El ejercicio cardiovascular ha sido el más utilizado por los profesionales de la actividad física para perder peso graso (Binzen y col., 2001 citado por (Benito Peinado, 2008). No obstante, conocidos los beneficios del ejercicio cardiovascular en la pérdida de peso, diversos estudios han encontrado aspectos positivos en el entrenamiento con cargas más allá de la reducción en la masa grasa. En un estudio pionero llevado a cabo por Hunter con mujeres con sobrepeso, se comparó el efecto del ejercicio sobre su composición corporal. Se establecieron los siguientes grupos:
Sin ejercicio (NT)
Ejercicio cardiovascular (AT)
Ejercicio de fuerza (RT)
Las mayores pérdidas de peso se obtuvieron en el protocolo aeróbico, pero el mayor cambio de % de grasa se vio en el grupo de fuerza (Hunter et al., 2008).
Ho en 2012 realizó un estudio en el que se compararon los efectos del ejercicio sobre el perfil lipídico, la resistencia a la insulina, el cambio en el porcentaje de grasa y la pérdida de peso. Nuevamente se distribuyeron 4 grupos: control, ejercicio aeróbico, ejercicio de fuerza y combinación de ambos. De nuevo se observaron mejores resultados en el ejercicio combinado (Ho, Dhaliwal, Hills, & Pal, 2012).Willis en 2012 obtiene resultados similares, quedando de esta manera demostrado que una combinación de ejercicio de fuerza con ejercicio cardiovascular produce un mayor impacto sobre la composición corporal (Willis et al., 2012). La obesidad viene ligada además a un perfil lipídico característico, siendo en muchas ocasiones preludio de diabetes tipo II. A partir del año 2010, se incluyó un nuevo y novedoso diagnóstico: la HbA1c. Para entender su lectura en primer lugar hay que desgranar cuál es su origen y función.
La HbA1c refleja la glucemia media del individuo durante los 3 o 4 meses que preceden a la muestra de sangre (Campuzano-Maya & Latorre-Sierra, 2010). Por ello, un control de la HbA1c puede ser determinante en prevenir esta enfermedad.
Se establecieron los siguientes valores para su diagnóstico (Campuzano-Maya & Latorre-Sierra, 2010):
a. Nivel no diabético: ≤ 5,6%; en la práctica descarta el diagnóstico de diabetes.
b. Nivel prediabético (riesgo aumentado de diabetes o prediabetes): entre 5,7% y 6,4%.
c. Nivel diabético: ≥ 6,5%, que es compatible con el diagnóstico de diabetes.
En una revisión realizada por Zanuso en 2010, el ejercicio combinado presenta de nuevo mejores resultados. Una combinación de ambos produce mayores cambios en el porcentaje de HbA1c que el aeróbico y el de fuerza solos (Zanuso, Jimenez, Pugliese, Corigliano, & Balducci, 2010). Además en la revisión se concluye que aquellos ejercicios de mayor intensidad producen mejoras más significativas.
De esta manera, podemos concluir que el ejercicio cardiovascular combinado con el de fuerza es una buena estrategia para programas de pérdida de peso y para la prevención de enfermedades asociadas a la obesidad.
Por último, nos gustaría recordar que siempre que vayamos a empezar cualquier programa de pérdida de peso, nuestro médico debe conocer el tratamiento específico que se va a realizar, y dentro del programa u empresa, se deberían incluir pruebas de reconocimiento médico y de control del tratamiento con médicos especialistas.
Adrián Castillo García
Lcdo. en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte
BIBLIOGRAFÍA
- Benito Peinado, P.J. (2008). Conceptos básicos del entrenamiento con cargas: de la musculación al wellness.: Editorial Kinesis.
- Campuzano-Maya, Germán, & Latorre-Sierra, Guillermo. (2010). La Hb1ac en el diagnóstico y en el manejo de la diabetes. Medicina & Laboratorio, 16, 211-241.
- Ho, S. S., Dhaliwal, S. S., Hills, A. P., & Pal, S. (2012). The effect of 12 weeks of aerobic, resistance or combination exercise training on cardiovascular risk factors in the overweight and obese in a randomized trial. BMC Public Health, 12, 704. doi: 10.1186/1471-2458-12-704
- Hunter, G. R., Byrne, N. M., Sirikul, B., Fernandez, J. R., Zuckerman, P. A., Darnell, B. E., & Gower, B. A. (2008). Resistance training conserves fat-free mass and resting energy expenditure following weight loss. Obesity (Silver Spring), 16(5), 1045-1051. doi: oby200838 [pii]
- Willis, L. H., Slentz, C. A., Bateman, L. A., Shields, A. T., Piner, L. W., Bales, C. W., . . . Kraus, W. E. (2012). Effects of aerobic and/or resistance training on body mass and fat mass in overweight or obese adults. J Appl Physiol (1985), 113(12), 1831-1837. doi: 10.1152/japplphysiol.01370.2011
- Zanuso, S., Jimenez, A., Pugliese, G., Corigliano, G., & Balducci, S. (2010). Exercise for the management of type 2 diabetes: a review of the evidence. Acta Diabetol, 47(1), 15-22. doi: 10.1007/s00592-009-0126-3
http://g-se.com/es/org/pronaf/blog/que-es-mejor-para-la-perdida-de-peso-ejercicio-cardiovascular-o-de-fuerza
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