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jueves, 31 de agosto de 2017

CAMINAR , ¿MÁS CARDIOSALUDABLE QUE CORRER?


Imagen: yekophotostudio
Tanto correr como caminar son actividades saludables que cuidan del corazón. Pero aunque ambas proporcionan beneficios al organismo, caminar cuenta con algunas ventajas más: entre ellas, menor riesgo de lesiones, menos desgaste y más aspectos positivos a nivel cardiovascular. Son las virtudes del llamado power walking o caminar a paso ligero, un deporte cada vez con más adeptos que los cardiólogos recomiendan porque reduce factores de riesgo considerados clave, como se detalla a continuación.

Beneficios cardiovasculares de caminar y correr

"Caminar ayuda a reducir los principales factores de riesgo cardiovascular, como son la obesidad, la hipertensión y la diabetes", explica el doctor Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC). "Además, se ha demostrado que también contribuye a un aumento del tono muscular y nos ayuda a controlar el estrés emocional", añade.
Todos esos beneficios son comunes a los que se pueden obtener con el running, pero, según los cardiólogos, caminando a un determinado ritmo se potencian más. Y las investigaciones lo han ratificado con números. Según un estudio publicado en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology, cuando se gasta la misma energía andando que corriendo, correr disminuye el riesgo de hipertensión en un 4,2% mientras que caminar lo hace en un 7,2%.
Y no es el único beneficio de esta práctica sobre la de correr. También baja de forma más eficiente los niveles de colesterol: mientras que correr puede suponer una reducción de los niveles de colesterol de hasta un 4,3%, caminando pueden bajar incluso más, hasta un 7%. Además, en términos generales, caminar reduce el riesgo de enfermedades cardiacas en mayor medida que correr: un 9,3% frente a un 4,5%, según el mismo trabajo científico.

Cómo caminar para multiplicar los beneficios

Aunque pasear sea una de las prácticas más recomendadas por los especialistas, estos advierten que para obtener beneficios cardiovasculares no basta con caminar de cualquier manera.
Para empezar, la frecuencia es fundamental. Se debe pasear de tres a cuatro veces a la semana durante unos 45 minutos para poder notar sus ventajas.
Pero también la intensidad es clave. Los beneficios solo se obtienen si se camina a paso ligero. Como referencia, se debería caminar a un paso que ronde el 60% de la frecuencia cardíaca máxima, lo que equivale a un ritmo ágil aunque, al mismo tiempo, cómodo, que no exige demasiado esfuerzo.
En cuanto a la postura, también es importante. La cabeza debe estar erguida, manteniendo la vista unos 20 metros por delante. Y si es posible, lo idóneo es que la espalda permanezca recta sin que por ello la postura sea rígida, con los hombros relajados. Los pies deben mantenerse a la misma distancia que el ancho de los hombros.
Y, por último, hay que prestar atención a la respiración. Esta debe ser fluída. Lo conveniente es respirar rítmicamente para oxigenar bien el organismo.

Caminar: recomendado para la rehabilitación cardiaca

Pasear a buen ritmo ayuda a mantener en forma el sistema cardiovascular, en especial si se combina esta práctica con una alimentación saludable. Y la recomendación no solo es válida para quienes gozan de buena salud y quieren prevenir problemas de corazón.
A la mayoría de los pacientes que ya han sufrido algún evento cardiaco también se les aconseja caminar a paso ligero. Andar es parte de su rehabilitación cardiaca porque mejora la respuesta del corazón al esfuerzo. Esto sucede debido a que aumenta el tamaño de las cavidades de este órgano y, por tanto, la cantidad de sangre en cada latido, incrementando el transporte de oxígeno y sustancias nutritivas.
En cualquier caso, antes de realizar cualquier ejercicio, conviene consultar con el médico por si cree conveniente dar alguna pauta.
http://www.consumer.es/web/es/salud/prevencion/2017/08/29/225486.php?utm_content=bufferedcb0&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer

sábado, 13 de mayo de 2017

CAMINAR RECABLEA TU CEREBRO PARA CURAR PENAS Y ALIVIAR EL ESTRÉS

Si te sientes triste, preocupado o ansioso, uno de los mejores remedios naturales es caminar. Aléjate, literalmente, de la fuente del problema y sumérgete en la naturaleza. No hay nada como un buen paseo para aliviar las penas, deshacerte de la tensión acumulada y recargar las pilas. De hecho, se conoce que el ejercicio físico, y caminar en especial, son excelentes estrategias terapéuticas para tratar tanto la depresión como la ansiedad. 

Se ha demostrado que caminar a paso rápido potencia la liberación de endorfinas, unas hormonas que nos hacen sentir felices y relajados, mientras disminuye la producción de cortisol, la hormona del estrés. Sin embargo, neurocientíficos de la Universidad de Princeton creen que los efectos de caminar van mucho más allá de estimular momentáneamente la producción de determinados neurotransmisores, creen que este hábito puede conducir a un recableado cerebral que nos ayudará a lidiar mejor con los problemas cotidianos, sin tanto estrés. 

Las “neuronas calmantes” del cerebro 

Estos investigadores trabajaron con dos grupos de ratones, un grupo se mantuvo activo y el otro fue destinado a una condición sedentaria. Después de caminar, los científicos analizaron su funcionamiento cerebral y descubrieron que en los animales que habían hecho actividad física se activaban algunas neuronas encargadas de inhibir la actividad de las células nerviosas demasiado excitadas. A continuación añadieron un poco de estrés ambiental y apreciaron una activación de las neuronas excitables del hipocampo, una región del cerebro involucrada en las respuestas emocionales. 

Sin embargo, los animales que habían caminado fueron capaces de lidiar mejor con esa activación cerebral ya que también se activaron las “neuronas calmantes” para evitar que el impacto de la situación fuera excesivo y mantener el nivel de estrés bajo control. Estos resultados, que los neurocientíficos consideran válidos para los seres humanos, podrían explicar por qué caminar nos ayuda a relajarnos y olvidarnos de las preocupaciones y las penas. Todo indica que cuando caminamos se activan las “neuronas calmantes” del cerebro para inhibir el nivel de excitación de aquellas neuronas que se encuentran en la base de las preocupaciones, las rumiaciones y el estrés. 

Esto nos indica que la actividad física reorganiza el cerebro, por lo que es menos probable que las personas que caminen y practiquen ejercicio con frecuencia sufran niveles elevados de ansiedad y el estrés interferirá menos en su funcionamiento normal. Básicamente, caminar fortalece el mecanismo de inhibición, impidiendo que las células nerviosas más excitables se disparen. 

Para aprovechar al máximo la caminata, mejor que sea en la naturaleza 

No es lo mismo caminar sobre una cinta dentro de las cuatro paredes de un gimnasio que caminar por la ciudad o rodeados de naturaleza. Neurocientíficos de la Universidad Heriot-Watt lo comprobaron manteniendo monitorizada la actividad cerebral de 12 personas mientras caminaban durante 25 minutos en un centro comercial, un espacio verde y una calle de una concurrida zona de negocios. La electroencefalografía móvil rastreó señales de emociones y estados como la frustración, la meditación, el entusiasmo y la atención. 

Descubrieron que el estado de relajación y meditación era más intenso cuando se paseaba por espacios verdes. Estas personas también experimentaban menos frustración. Lo que sucede es que en los espacios verdes nuestro cerebro logra desconectarse realmente y poner en marcha lo que se conoce como atención involuntaria, teniendo la oportunidad de vagar con mayor libertad en un estado bastante parecido a la meditación mindfulness. 

Al contrario, en las calles y centros comerciales debemos mantenernos mucho más atentos, por lo que no tenemos la oportunidad de desconectarnos por completo de nuestras preocupaciones y no dejamos que el cerebro descanse. 

Fuentes: Roe, J. et. Al. (2015) The urban brain: analysing outdoor physical activity with mobile EEG. British Journal of Sports Medicine; 49(4): 272-276. Gould, E. et. Al. (2013) Physical exercise prevents stress-induced activation of granule neurons and enhances local inhibitory mechanisms in the dentate gyrus. Journal of Neuroscience;33(18): 7770-7777.
http://www.rinconpsicologia.com/2017/04/efectos-caminar-cerebro.html

domingo, 4 de diciembre de 2016

SALIR A ANDAR HACE TIEMPO QUE DEJÓ DE SER UNA ACTIVIDAD MENOR

Salir a andar hace tiempo que dejó de ser una actividad menor. Es verdad que el esfuerzo que requiere no se parece al de otros deportes como el running o la natación, pero esto es precisamente lo que lo hace tan atractivo. No solo es menos cansado, además se puede practicar en cualquier sitio.

En 2013, se publicó un artículo en Plos One en el que los investigadores demostraban que practicar actividades físicas moderadas (como caminar) durante más tiempo al día conlleva mayores beneficios para la salud que la actividad física más intensa, pero de menor duración. Eso sí, un paseo contemplativo puede ser un bálsamo para el espíritu, pero si lo que quiere es quemar calorías, no es suficiente. 

La idea es caminar rápido (según el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM), para un adulto sano lo aconsejable es caminar a una velocidad que oscile entre los 4,8 Km/h y los 6,4 Km/h): un estudio publicado en Journal of the American College of Cardiology muestra que quienes lo hacen reducen su riesgo de mortalidad hasta en un 30%, mientras que el riesgo de fallecer de quienes practican la carrera a mayor velocidad y de forma más vigorosa no se diferencia mucho de la de los sujetos sedentarios. “La velocidad puede ser un indicador simple y accesible de la salud de una persona mayor”, concluye otro estudio realizado por investigadores de universidades de varios países, entre ellas la Universidad Autónoma de Barcelona. 

¿Y cuánto tiempo caminando empieza a dar resultados en el cuerpo? 

Según la Universidad de Texas (EEUU), una carrera de cinco minutos proporciona los mismos beneficios que una caminata de 15; mientras que para igualar los beneficios de una carrera de 25 minutos, habría que caminar una hora y tres cuartos. Este es su ejercicio perfecto si ha sufrido alguna lesión, tiene sobrepeso, problemas en rodillas, articulaciones o espalda y busca un deporte de bajo impacto, o simplemente su cuerpo le pide moverse y quiere iniciarse en una actividad que pueda practicar durante muchos años. 

En cuestión de distancia, el National Center for Biotechnology Information fija en 10.000 pasos el mínimo exigible para que el esfuerzo se traduzca en beneficios significativos para la salud. Esto es, dependiendo de la zancada de cada uno (la media está en 75 cm), aproximadamente 8 kilómetros. Deporte sencillo pero con dress code Marcos Flórez, director de la web de entrenadores a domicilio Estarenforma.com, recomendaba a BUENAVIDA equiparse y planificar: “No vale cualquier equipamiento. 

Lo ideal es comprar un calzado adecuado a las necesidades de la actividad (superficie sobre la que vamos a entrenar, ritmo…) y a la morfología de nuestro tren inferior (es decir, cómo pisamos)”. Soraya Casla, especialista en Atletismo y doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, aconseja un calzado deportivo “ligero, que aporte mayores sensaciones en la pisada y mayor grado de naturalidad en nuestra biomecánica; una adecuada amortiguación, para prevenir lesiones; comodidad y adaptabilidad al pie, buscando que no haya zonas que rocen, con algunos refuerzos”. En cuanto al resto de la ropa, Ruth Cohen, entrenadora personal y experta en fitness, contaba a BUENAVIDA que debemos descartar las prendas concebidas para sudar. "Con ellas, solo se pierde agua, y no grasa, provocando una deshidratación excesiva y perjudicial", matiza. 

Los expertos aconsejan un calzado ligero y con buena amortiguación para evitar lesiones. Los expertos aconsejan un calzado ligero y con buena amortiguación para evitar lesiones. Si es valiente, camine como un noruego Si le gusta andar pero le sabe a poco, existe una alternativa mucho más completa: el nordic walking. Consiste en caminar usando bastones paralelos o detrás del cuerpo, con una postura erguida y la barbilla paralela al suelo. El paso debe ser natural e ir acompañado de braceo, realizado desde el hombro (no doblando el codo). Su primera ventaja, con respecto a hacerlo de la forma clásica, es que con los bastones implicamos la zona superior del cuerpo. 

Según publicó el doctor Nobuo Takeshima en el Journal of Sports Science and Medicine, “la marcha nórdica mejora la fuerza del tren superior, la capacidad pulmonar y la flexibilidad”. Otro estudio de la doctora Barbara Pellegrini, publicado en la revista Plos one, confirma que “practicarlo es recomendable para aquellas personas que sufren dolores lumbares y problemas de espalda”. Y otro del American Journal of Preventive Medicine, firmado por Marcus Tschentscher, añade que es beneficiosa “para pacientes que sufren de diabetes, obesidad, problemas cardiovasculares... 

Y en mujeres mastectomizadas ayuda a recuperar la movilidad del hombro afectado”. También funciona para perder peso ya que, como afirma el profesor Klaus Bös en su libro Caminar y carrera suave (Hispano Europea), “implica una mayor cantidad de músculos en el esfuerzo y aumenta el gasto energético. El nordic walking quema 400 calorías más a la hora que la marcha tradicional”.
http://elpais.com/elpais/2016/11/22/buenavida/1479819788_734922.html

domingo, 19 de junio de 2016

LOS BENEFICIOS DE CAMINAR COMIENZA A PARTIR DE LOS 10.000 PASOS AL DÍA

Los fisioterapeutas establecen el 10.000 el número de pasos mínimo que se necesita para que una caminata sea efectiva. De esta forma, se aumenta nuestro número de células inmunológicas y provoca que las defensas del organismo incrementen su efectividad más de un 30%. Si se dan hasta 12.000 pasos (9,6 kilómetros), se comienza a perder peso de forma apreciable siempre que también se siga una dieta adecuada. Si se superan los 17.000 pasos (unos 13,6 kilómetros) se estará haciendo un ejercicio aeróbico "muy eficaz".

Dar unos 10.000 pasos al día aumenta nuestro número de células inmunológicas y provoca que las defensas del organismo incrementen su efectividad más de un 30%, según han asegurado expertos del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), el Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra, y el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia, a través de su videoconsejo del mes de mayo de la campaña 12 meses, 12 consejos de salud. 

Además, los fisioterapeutas han señalado que si se dan hasta 12.000 pasos (9,6 kilómetros), se comienza a perder peso de forma apreciable siempre que también se siga una dieta adecuada, y si se superan los 17.000 pasos (unos 13,6 kilómetros) se estará haciendo un ejercicio aeróbico "muy eficaz". Y es que, al caminar, se mueven 200 de los 650 músculos del cuerpo, es decir un 30% de todo el sistema muscular, lo que convierte a esta actividad, si se practica de forma regular y a cierta velocidad, en un "buen ejercicio" para mantenerse en forma y combatir muchas enfermedades del corazón, problemas de circulación, osteoporosis, infecciones y sobrepeso. 

Al caminar se mueven 200 de los 650 músculos del cuerpo, es decir un 30% de todo el sistema muscularAsimismo, caminar también fortalece los músculos de la cadera, muslos y piernas; regula la presión sanguínea, disminuyendo el peligro de infarto y mejorando la actividad cardiaca; apoya la regeneración ósea, ya que el calcio de los alimentos se aprovecha más si se activan los huesos regularmente, y ayuda a reducir el estrés. "Caminar resulta la alternativa más sana y agradable, ya que al ser en realidad el movimiento natural del ser humano, no sobrecarga los ligamentos, las articulaciones, ni los tendones, con lo que se reduce el riesgo de lesiones. 

Sin embargo, caminar por sí solo no ayuda a adelgazar, aunque sí se conseguirá perder peso si acompañamos el ejercicio de una ingesta de alimentos moderada de forma que quememos más calorías de las que ingerimos", ha señalado el secretario general del CPFCM, José Santos. Pérdida de calorías De hecho, prosigue, está comúnmente aceptado que un kilo de grasa equivale a 7.716 calorías por lo que si se queman 1.102 calorías más de las que se come cada día, se pierde 1 kilo en una semana, el máximo dentro de lo que se considera saludable. 

"Como regla general, podemos calcular el gasto calórico andando entre 4 y 6 kilómetros por hora y multiplicando el peso de la persona por los kilómetros que recorra y por el factor 0,73. De esta forma una persona de 80 kilogramos que recorra 10 kilómetros a ese ritmo quemaría unas 584 calorías", ha apostillado. Por otra parte, Santos ha recordado que cada vez más gente acude a podólogos y ortopedias para analizar su pisada y su marcha, y plantear patrones correctivos en el caso de que se haga de forma incorrecta. 

No obstante, ha recalcado que los fisioterapeutas también están capacitados para identificar y tratar estas incorrecciones, al distinguir cómo cambia el centro de gravedad del paciente antes y después del tratamiento fisioterapéutico. Y es que, la marcha se puede ver afectada por diversas patologías, lo que origina modificaciones en el patrón normal. 

Esto puede deberse a varias causas, entre ellas, a una discrepancia de longitud de los miembros inferiores; a una limitación del rango articular, es decir, cuando la articulación no puede moverse todo lo que debería; a una inestabilidad articular que puede llegar a imposibilitar la marcha, o que simplemente exige un trabajo extra a la musculatura para hacer un trabajo que cápsula y ligamentos no realizan; o a la alteración que se produce en el desplazamiento o apoyo normal de las piernas y pies de una persona cuando el dolor provocado por algún tipo de lesión, le impide caminar de forma normal. 

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2751423/0/caminar-beneficios-salud/?utm_source=Facebook-20minutos&utm_medium=Social&utm_campaign=Postlink#xtor=AD-15&xts=467263
http://www.20minutos.es/noticia/2751423/0/caminar-beneficios-salud/?utm_source=Facebook-20minutos&utm_medium=Social&utm_campaign=Postlink

sábado, 4 de octubre de 2014

¿ES MEJOR NADAR O SALIR A CAMINAR?

Hemos escuchado un montón de veces que nadar es el mejor ejercicio, bueno incluso para la abuela. Con la natación se trabaja todo el cuerpo y no es agresivo con las articulaciones. Si además es verano y el asfalto se derrite bajo los pies, la piscina –y, por supuesto, el mar– se convierte en una opción de lo más apetecible. Pero, ¿qué ocurre con caminar, nuestro antiguo favorito? La natación, señalan los entrenadores personales de Trainido, conlleva un gasto calórico mayor que caminar por unidad de tiempo y, además, mueve más músculos. Para algunas personas, puede convertirse en el único ejercicio disponible. “Dependerá de los problemas articulares de cada persona en rodillas, cadera o tobillos. 

En función del grado, el problema puede llegar a imposibilitar andar durante un tiempo determinado y constante para que el ejercicio tenga efectos positivos, y la natación quedaría casi como la única alternativa”, apuntan. El fisioterapeuta y osteópata David Ponce cree, por su parte, que la natación es un ejercicio beneficioso para la mayoría de las personas, pero hay que practicarlo con criterio. “Una persona con problemas de cervicales, como hernias o rectificación, tendría que hacer espalda. Sin embargo, si no le gusta hacerlo, quizás no pueda practicar el crawl clásico, aunque sí podría hacer crawl con un sencillo equipo de gafas y tubo de respiración”. Para las personas con problemas en la zona lumbar, por su parte, la braza es un estilo prohibido, según los expertos de Trainido. ¿Sirve la natación para perder peso? “Mientras nadamos ponemos en marcha un gran número de grupos musculares. 
Con buena intensidad, genera mucho gasto de energía”, señalan los expertos de Trainido. Como con cualquier otro ejercicio aeróbico, es importante poder mantener el esfuerzo durante un tiempo prolongado. Es aquí donde aparecen las dificultades, ya que para ello es necesario tener una buena técnica. En realidad, los efectos para la salud de la natación son similares a aquellos que proporcionan los movimientos aeróbicos que se practican en tierra, como caminar o bicicleta, señala Hirofumi Tanaka, director del laboratorio de investigaciones cardiovasculares de la Universidad de Texas. Los experimentos elaborados por Tanaka y otros expertos muestran que nadar es muy efectivo para reducir la presión arterial y mejorar la función vascular. Como también lo es caminar. La única ventaja de nadar es que al estar flotando el porcentaje de lesiones ortopédicas y las relacionadas con el calentamiento excesivo del cuerpo es muy bajo. 

Dejando de lado el pequeño inconveniente de que es necesario tener una piscina cerca de casa, una de las mayores desventajas de nadar –en particular cuando se pretende que el deporte ayude a perder peso– es que estimula el apetito, señala Tanaka. En un experimento sobre los hábitos de ejercicio y el peso en el que participaron más de 15.000 adultos de entre 53 y 57 años, se encontró que aquellos que caminaban deprisa, corrían o montaban en bicicleta engordaron muy poco, mientras que aquellos que optaban por nadar tendían a almacenar los kilos de más. Para caminar, por otra parte, no hace falta técnica. Lo único necesario es salir por la puerta. Raro es el día que no aparece un nuevo estudio ratificando las bondades de esta actividad tan simple y, con frecuencia en esta era de la inmediatez, denostada. Por ejemplo, una investigación de 2011 en la que participaron cerca de 30.000 personas de entre 40 y 79 años mostró que caminar más de una hora al día mejora de forma significativa la esperanza de vida. “Un incremento del tiempo que la población dedica a caminar traería consigo un tremendo cambio en la salud y los costes médicos”, señalaron sus autores. 

Andar también es eficaz contra el insomnio, de acuerdo con un estudio que recomienda caminar a paso ligero durante 45 minutos por la mañana (caminar por la tarde puede tener el efecto contrario). En el caso de las mujeres post-menopáusicas, mejora la salud de los huesos. Ayuda a perder peso (aunque si este es el objetivo principal correr es más efectivo) y, lo que es igualmente importante en estos tiempos que vivimos, mejora el estado de ánimo. Para no quedarnos entre dos aguas, resumamos la cuestión. “Si hay que elegir entre uno u otro deporte”, señalan en Trainido, quizá el caminar (si no existen problemas y se puede hacer a buen ritmo) sea la mejor opción, ya que tiene mayor transferencia con la vida cotidiana, mayor interacción con el medio que te rodea y por lo tanto motiva más. Además es mucho más social, ya que lo puedes hacer acompañado”. 

Para nadar bien 

Realizar, a ser posible, estiramientos y calentamiento en alguna piscina donde se haga pie, para favorecer la flotabilidad y amplitud de movimientos. Practicar sobre todo ejercicios con desplazamiento estilo espalda. Es un estilo que no compromete ni las cervicales ni ninguna zona vertebral. Evitar nadar al estilo mariposa, ya que compromete la zona lumbar y ejerce mucha presión en la zona de los hombros. Utilizar un tubo de respiración tipo snorkel si se tienen problemas en las cervicales. Se evita así la rotación del cuello. Realizar ejercicios de flotación con o sin material. Favorece la eliminación de la presión intervertebral. El dominio de la técnica, señalan en Trainido, evita la fatiga por movimientos repetitivos, los dolores por adoptar una postura incorrecta y una respiración inadecuada. Nadar bien técnicamente también permite cambiar de ritmos y modificar intensidades, algo muy útil si se quiere perder peso en la piscina. Intercalar series a intensidad alta con otras a ritmo normal favorece el gasto de oxígeno y energético. Por ejemplo, series de 75m a partir de 50m normales + 25m fuertes. Los descansos deben ser cortos para favorecer el trabajo aeróbico y mantener las pulsaciones altas. * @nataliamartin es periodista. 

Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es http://smoda.elpais.com/articulos/es-mejor-nadar-o-salir-a-caminar/5060

domingo, 31 de agosto de 2014

¿ES BUENO CAMINAR DESCALZO?

Caminar sin calzado unas horas al día en un ambiente limpio y protegido, como el interior de nuestra vivienda, puede tener beneficios: ayuda a la transpiración natural de la piel, además de permitirnos descansar de tacones y hormas estrechas. Caminar sobre arena fina de playa masajea y relaja los músculos y libera la piel de durezas (actúa como un exfoliante natural). Pero la piel descubierta también está desprotegida y expuesta al medio (como le ocurre a la del rostro o las manos). Se puede deshidratar fácilmente y, por ello, los pies necesitan cuidados adicionales de hidratación, limpieza y fotoprotección cuando están al descubierto. A esto hay que añadir que la ausencia de la amortiguación que proporciona el calzado aumenta la presión que el cuerpo ejerce sobre los pies. Además de que el contacto directo con el suelo lo es también con gérmenes, residuos, suciedad, etcétera. *Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral. 

Responde el osteópata 

Desde el punto de vista de la osteopatía, disciplina donde se pone una atención especial en la estructura anatómica y los trastornos mecánicos del cuerpo, andar descalzo es muy beneficioso, sobre todo si se hace sobre superficies rugosas, planas y sin inclinación lateral, sin importar la temperatura. El pie se adapta también muy bien a las superficies con inclinación lateral, aunque se pueden producir sobrecargas musculares en la cadera, glúteos o columna lumbar. Andar sin zapatos, hace que la biomecánica producida en el pie, y en el cuerpo entero como unidad, genera de forma natural una reorganización tensional estructural que alivia la presión producida por el calzado que utilizamos a diario. Un descanso muy recomendable para recuperar la alineación de las articulaciones y el espacio anatómico. Si se padece algún tipo de patología o disfunción –sesamoiditis, metatarsalgias o fascitis plantar…– lo aconsejable es acudir al traumatólogo. 

Andar descalzo es también aconsejable para los bebés: contribuye a su desarrollo en el proceso de interconexión neuronal motora y además les ayuda a reconocer el terreno, a ubicarse mejor en el espacio y afianzar su seguridad día a día. Y para los ancianos, aquellas personas que están sometidas a mucha tensión muscular y emocional cada día y quienes pasan mucho tiempo de pie o sentado. *Raúl Guzmán. Jefe del Servicio de Osteopatía en Clínica VASS, director de formación en el Instituto de Formación y Desarrollo Clínico IFENTI. 

 Responde el podólogo 

El ser humano está diseñado para caminar descalzo y en la naturaleza. Hacerlo en casa o sobre superficies inventadas por el hombre –más duras y lisas, y por tanto más nocivas– de forma repetida puede provocar lesiones en los pies. No estamos diseñados para andar por la ciudad, es una mala superficie para nosotros. De ahí que se inventara el calzado para evitar la agresión que supone el contacto el terreno. Ir sin zapatos fortalece los pies y mejora la circulación sanguínea: en ellos existe una red circulatoria profunda que impulsa la sangre al corazón cuando andamos correctamente. Ahora los expertos están observando que el pie del hombre moderno no es tan fuerte como el de nuestros ancestros. Lo ideal es ir descalzos una hora al día por superficies naturales. 

Para aquellos que viven en la ciudad un magnífico ejercicio para ejercitar nuestro sistema músculo-esquelético es subirse a una bossu, media pelota de Pilates que se apoya en el suelo y cuya superficie blanda obliga a mantener el equilibrio, lo que fortalece músculos y ligamentos. Andar con los bordes externos de los pies, sobre los talones y de puntillas son también buenos ejercicios. Nada que no se haya inventado hace años e incluso siglos. Barefoot es el nuevo nombre para un deporte que consiste en correr y andar descalzo y que ya se practicaba en Florida en 1947. Si se practica es recomendable incrementar la intensidad del ejercicio poco a poco por la falta de costumbre; cuando se es un experto es una gran forma para fortalecer nuestros pies. *Ángel González de la Rubia, podólogo deportivo y cofundador de tulesiondeportiva.com. Coordinador de la Maratón de Madrid. http://elpais.com/elpais/2014/07/18/buenavida/1405670927_525149.html

jueves, 20 de marzo de 2014

CAMINE PARA CARGAR SU MÓVIL

Camine para cargar su móvil: un generador transforma en electricidad el movimiento. Su desarrollo fue posible gracias a un descubrimiento fortuito.  La energía que producimos al nadar o al caminar es energía mecánica. Hasta ahora, había resultado complicado aprovechar esta energía en forma de electricidad. Pero científicos del Georgia Institute of Technology de Estados Unidos han conseguido desarrollar un generador en miniatura que aprovecha el movimiento cotidiano. 

Imagínese encender su teléfono celular con sólo caminar alrededor de su oficina o frotándolo con la palma de su mano. En lugar de enchufarlo a la pared, usted se convierte en la fuente de alimentación. Investigadores del Georgia Institute of Technology (Atlanta) han presentado en la última Reunión y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química (ACS), la sociedad científica más grande del mundo, las posibilidades comerciales y ecológicas de esta idea. El encuentro, al que asisten miles de científicos, incluye más de 10.000 informes sobre nuevos avances en ciencia y otros temas. Se celebra en el Centro de Convenciones de Dallas (texas) hasta el jueves. Aprovechar la energía mecánica Zhong Lin Wang y su equipo, incluyendo el estudiante de posgrado Long Lin, quien presentó el trabajo, se han propuesto transformar la manera en que vemos la energía mecánica. Hasta ahora, las fuentes de energía convencionales se han basado en la ciencia del siglo pasado, que requiere plantas de energía costosas y dispersas y una red para distribuir la electricidad. 

"Hoy en día las plantas de carbón, gas natural y energía nuclear usan todas generadores de inducción electrómagnética accionados por motor de turbina", explica Wang en la nota de prensa de la ACS. "Durante cien años, esa ha sido la única manera de convertir la energía mecánica en energía eléctrica." Hace un par de años, el equipo de Wang en el Instituto de Tecnología de Georgia estaba trabajando en un generador en miniatura basado en un fenómeno de energía llamado el efecto piezoeléctrico, que es resultante de la presión. La piezoelectricidad (del griego piezein, "estrujar o apretar") es un fenómeno que ocurre en determinados cristales que, al ser sometidos a tensiones mecánicas, adquieren una polarización eléctrica en su masa y aparecen un diferencia de potencial y cargas eléctricas en su superficie. 

Un descubrimiento fortuito 

Para su sorpresa, los científicos descubrieron que el generador producía más energía de lo esperado. Investigaron la causa de este exceso, y descubrieron que dos superficies de polímero en el dispositivo se habían frotado entre sí, produciendo lo que se llama un efecto triboeléctrico, básicamente lo que la mayoría de nosotros conocemos como electricidad estática. 

Sobre la base de este descubrimiento fortuito, Wang desarrolló entonces el primer nanogenerador triboeléctrica o TENG. Emparejó dos láminas de diferentes materiales -uno dona electrones, y el otro los acepta". Cuando las hojas se tocan, los electrones fluyen de una a la otra. Cuando se separan las hojas, se desarrolla una tensión entre ellas. Desde la primera publicación de su laboratorio sobre el TENG, en 2012, han aumentado la densidad de potencia de salida por un factor de 100.000, con la densidad de potencia de salida ya en 300 vatios por metro cuadrado. Ahora, con un pedal, Wang puede iluminar una lámina con mil bombillas LED. 

Su grupo ha incorporado el TENG a plantillas de zapatos, silbatos, pedales, alfombrillas, mochilas y boyas oceánicas para distintas aplicaciones potenciales. Estos aparatos aprovechan el poder del movimiento cotidiano desde lo más pequeño (dar un paso) hasta lo más grande (olas del mar). Estos movimientos producen energía mecánica que ha estado con nosotros todo el tiempo, pero los científicos no sabían cómo convertirla directamente en energía utilizable de manera sostenible hasta ahora. 

La química 

La clave para el gran salto de la producción y otras mejoras en el futuro es la química. " La cantidad de carga transferida depende de las propiedades de la superficie", explica Wang. "Haciendo patrones de nanomateriales en las superficies de las películas poliméricas aumenta el área de contacto entre las hojas y se puede multiplicar por 1.000 la potencia generada." Con estas mejoras, Wang dijo que su grupo está trabajando en comercializar productos para recargar teléfonos celulares y otros dispositivos móviles utilizando TENG. A la larga, prevé que estos nanogeneradores puedan tener un impacto mucho mayor a una escala mucho más grande. 

Los investigadores podrán utilizar la tecnología para aprovechar la energía sin fin de las olas del mar, las gotas de lluvia y el viento que nos rodea -con pequeños generadores en lugar de grandes turbinas- para ayudar a alimentar la siempre creciente demanda de energía del mundo, señalan. 

En trenes 

El aprovechamiento del efecto piezoeléctrico ha dado lugar a otras investigaciones, como la técnica desarrollada en Israel, que permite generar electricidad a través del paso de los trenes por las vías. Los primeros resultados de las pruebas indicaban que los sectores de vías por los cuales circulan entre 10 y 20 trenes de 10 vagones por hora pueden generar 120 kilovatios de energía renovable por hora. Esta producción puede emplearse para colaborar en la alimentación eléctrica de los trenes o de las señales ferroviarias. Además, los dispositivos piezoeléctricos no solamente recolectan energía, sino que además pueden recopilar información vital que incluye la velocidad de las unidades ferroviarias, el número de ruedas de cada coche, el peso de cada rueda y el diámetro de las mismas. http://www.tendencias21.net/Camine-para-cargar-su-movil-un-generador-transforma-en-electricidad-el-movimiento_a31992.html

jueves, 27 de febrero de 2014

APRENDER A CAMINAR NO ES COSA DE NIÑOS

UN MAL HÁBITO CONDUCE A LESIONES

La recomendación más habitual en la consulta de un médico es realizar ejercicio moderado y la opción estrella en este sentido es caminar. Pero ¿sabemos hacerlo? Examinamos las reglas básicas para que este ejercicio natural no pase de fuente de salud a origen de lesiones. Aunque la mente también se beneficia de la movilización del cuerpo, los principales beneficios de caminar son la función cardiaca, la respiratoria y la sanguínea. 

Caminar aumenta el latido cardiaco y mejora la contracción del corazón, ayuda a mantener una respiración constante más saludable para oxigenar el organismo y además mejora la circulación sanguínea de retorno, con lo que mejoran síntomas como las piernas cansadas o trastornos como las varices. Los músculos también obtienen beneficios tras caminar de forma sostenida y con ellos la salud de los huesos también se refuerza. 

CAMINAR SÍ, PERO BIEN 

José Santos, fisioterapeuta y Secretario General del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, recomienda seguir las siguientes pautas para conseguir los beneficios saludables de caminar y evitar lesiones: 

1. Realizar un pequeño calentamiento inicial. Pueden consistir en hacer movimientos de rotación de los pies con movimientos de tobillo. 
2. Caminar con una zancada natural. La forma de andar es muy importante para prevenir lesiones. Hay que evitar realizar zancadas más amplias pensando que así se rinde más al caminar ya que sobrecargan los ligamentos de la pelvis y los músculos esqueléticos. La biomecánica natural lleva a realizar un aterrizaje con el talón y a tomar impulso con el antepié, de esta forma el cuerpo humano consigue repartir de forma equilibrada todo su peso en una estructura ósea tan pequeña como el pie. 
3. Utilizar el braceo como parte del ejercicio. El cuerpo necesita de los brazos para equilibrar el paso, así las extremidades superiores e inferiores se contrabalancean y el ejercicio implica de forma global al individuo. Si se camina en el campo, además de ayudar con las inclinaciones del terreno, los bastones de marcha, similares a los de esquí, ayudan a realizar un ejercicio consciente con la parte superior del cuerpo. 
4. Treinta minutos diarios sin detenerse. La actividad sostenida es la que reporta los mayores beneficios al caminar. 
5. Comenzar en terrenos planos con poca inclinación y mejor tierra que asfalto. Si se está comenzando a instaurar el hábito de caminar o bien se sale de un periodo en el que se ha restringido la movilidad general, es conveniente comenzar en lugares en los que no existan cuestas o pendientes y si es posible hacerlo en parques públicos o caminos de tierra en los que la pisada es más suave. 
6. La clave del éxito: utilizar un calzado adecuado para el terreno y la estación del año. Asfalto o tierra, piso húmedo o seco, inclinación o planicie, verano o invierno, existen distintos tipos de calzado que sujetan el pie y lo protegen de las condiciones ambientales y de las lesiones. Lo principal es que el calzado no aporte inestabilidad al talón, con lo que se evitan esguinces, y que amortigüe la pisada, ya que esto puede provocar desde inflamación (fascitis plantar) hasta una fractura por estrés causada por el exceso de presión. 

ERRORES MÁS COMUNES 

Santos recuerda que hay que evitar una serie de malos hábitos o prácticas que pueden restar eficacia al caminar o bien perjudicar al organismo, entre ellos: - Utilizar el calzado del trabajo para caminar. Si se desea ir caminando al trabajo es aconsejable utilizar un calzado apropiado y cambiarlo al llegar a la oficina. 

- Emplear calzado nuevo. Los zapatos necesitan una adaptación al pie que si se realiza de forma brusca puede causar rozaduras o ampollas. 
- Usar tobilleras. Aunque se crea que pueden evitar los esguinces, en realidad impiden la circulación sanguínea de retorno y atrofian la sensibilidad del tobillo para adaptarse al terreno. Si además se utilizan pesos para realizar un mayor esfuerzo se pueden lesionar las rodillas al sobrecargarlas. 
- Aumentar el ritmo para aumentar los beneficios. Si se desean conseguir más beneficios de caminar hay que aumentar la duración del ejercicio y no forzar al organismo con una intensidad para la que puede no estar preparado. 
- Detenerse a mirar escaparates o a conversar. Para que los 30 minutos de ejercicio sean eficaces el ritmo debe ser sostenido. 
- Olvidar el braceo. Aunque se tenga frío hay que evitar meter las manos en los bolsillos porque se altera el equilibrio natural del cuerpo al caminar. 
- Creer que una pendiente supone menos esfuerzo. Cuando se camina cuesta abajo el cuerpo debe ir frenando y las articulaciones deben ejercer un mayor esfuerzo en el movimiento de descenso. 
- Pasar por alto la importancia de los calcetines. Es fundamental que no se formen arrugas en el calcetín porque pueden dar lugar ampollas y rozaduras. 

ACUDIR A LOS EXPERTOS 

Por último, Santos recomienda acudir a los especialistas cuando se necesite consejo o se detecte algún tipo de lesión o molestia. Así, ortopedistas, podólogos y fisioterapeutas pueden ayudar en el día a día de quienes deseen adaptar mejor sus peculiaridades físicas al caminar ya sea a través de un análisis de la pisada, conseguir un calzado adaptado, mejorar las condiciones físicas de los pies o asesorarse para evitar o tratar posibles lesiones.
MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS

miércoles, 13 de junio de 2012

LOS CAMBIO EN LA VELOCIDAD AL CAMINAR PUEDEN SER SEÑAL DE PROBLEMAS DE SALUD

COMO UN DETERIORO COGNITIVO LEVE

Un nuevo estudio muestra que los cambios en la velocidad al caminar pueden ser una señal de las primeras etapas de un tipo de demencia, conocida como deterioro cognitivo leve (MCI, por sus siglas en inglés). La investigación ha sido publicada en 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.  

"En nuestro estudio, hemos utilizadoC una nueva técnica que incluye la instalación de sensores infrarrojos en los techos de las casas, un sistema diseñado para detectar el movimiento de las personas en los pasillos", explica el autor del estudio, Hiroko Dodge, de la Universidad de Oregón. Según el investigador, "al usar este nuevo método de seguimiento, hemos sido capaces de observar cómo, incluso los cambios sutiles en la velocidad al caminar, se pueden correlacionar con el desarrollo del deterioro cognitivo leve". En el estudio participaron 93 personas mayores de 70 años, que vivían solas. 

De ellos, 54 participantes no tenían problemas cognitivos, 31 no tenían problemas de memoria relacionados con el deterioro cognitivo leve, y 8 mostraban síntomas de MCI. Los participantes pasaron por pruebas cognitivas y de memoria, y se controló su velocidad al caminar en sus casas, durante un período de tres años. 

 Los participantes fueron colocados en tres grupos: lentos, moderados o rápidos, en función de su velocidad al caminar. El estudio encontró que las personas con MCI no relacionada con problemas de memoria tenían nueve veces más probabilidades de ser caminantes lentos, y la cantidad de la variación de la velocidad al caminar también se asoció con el deterioro cognitivo leve. 

 Según los investigadores, nuevas investigaciones deben llevarse a cabo con grandes grupos de participantes, para determinar si la velocidad al caminar, y sus fluctuaciones, pueden ser un predictor de futuros problemas cognitivos y de memoria en las personas mayores. Si se logra detectar la demencia en sus primeras fases, diferentes tratamientos podrían mantener la independencia de estas personas y, finalmente, desarrollar formas de prevenir que la enfermedad se desarrolle.
12 Jun. (EUROPA PRESS) 

miércoles, 2 de mayo de 2012

CAMINAR COMBATE LA DEPRESIÓN

Investigadores de la Universidad de Stirling, en Escocia, aseguran que una simple caminata tranquila puede ser un componente importante a la hora de combatir algunos síntomas de la depresión, un trastorno mental que afecta a una de cada diez personas a lo largo de su vida.

Así se desprende de una revisión de ocho estudios con un total de 341 pacientes publicada en la revista 'Mental Health and Physical Activity', con la que han tratado de corroborar el papel que puede jugar la actividad física como parte del tratamiento de esta dolencia.
Los autores del informe sostienen que "caminar es una intervención efectiva de la depresión" y tiene un efecto similar a otras formas más enérgicas de ejercicio físico.
Sin embargo, según han explicado en declaraciones a la BBC recogidas por Europa Press, la ventaja de caminar es que "la mayoría de personas puede hacerlo fácilmente, genera poco o ningún coste económico y es relativamente fácil de incorporar a la rutina diaria".

Para el profesor de la Universidad de Exeter Adrian Taylor, el ejercicio es una distracción de las preocupaciones, lo que da una sensación de control y libera hormonas del "bienestar".

No obstante, todavía debe investigarse esta potencial terapéutico del tradicional paseo ya que, según apuntan, todavía hay preguntas abiertas sobre la duración y la rapidez en que se debe hacer ese ejercicio, además de si ha de realizarse en lugares cerrados o abiertos.

En una investigación similar, la organización benéfica de la salud mental Mind ha demostrado que pasar tiempo al aire libre ayuda a mantener la salud mental.
El director de esta entidad, Paul Farmer, ha reconocido que "lo importante es encontrar un tipo de ejercicio con el que uno disfrute", para lo que es necesario probar diferentes actividades, "ya sea caminar, montar en bicicleta, dedicarse a la jardinería o incluso nadar en aguas abiertas".
"Hacer ejercicio con otros puede tener incluso un mayor impacto, pues brinda una oportunidad de socializar, simplemente reír y disfrutar una pausa de la familia y el trabajo", ha admitido.
MADRID, 1 May. (EUROPA PRESS) -

viernes, 15 de octubre de 2010

CAMINAR ES BUENO PARA PRESERVAR LA MEMORIA



Vinculan el ejercicio de pasear con un menor riesgo de padecer Alzheimer
Esta actividad podría proteger al cerebro de la atrofia vinculada a la edad

Pasear a menudo, un placer gratuito que puede ejercitarse tanto en la ciudad como en el campo, podría ayudar a conservar la memoria en edades avanzadas y a prevenir trastornos como el Alzheimer y otras clases de demencia.

Así se desprende de un nuevo estudio, que ha encontrado que las personas mayores de 65 años que caminan más de nueve y kilómetros y medio a la semana presentan un menor porcentaje de atrofia cerebral, además de una menor tasa tanto de demencias graves como de trastornos cognitivos leves.

Los autores del estudio, encabezados por Kirk Erikson, de la Universidad de Pittsburgh (EEUU), siguieron la evolución de 299 voluntarios durante 13 años. Ninguno de ellos padecía problemas neurológicos al comenzar la investigación. Pero, pasado este tiempo, 64 habían desarrollado algún tipo de demencia y 52 presentaban un deterioro cognitivo leve.

El tejido cerebral se deteriora con la edad y el volumen de la materia gris se va reduciendo. La pérdida de las capacidades cognitivas suele ir acompañada de atrofia cerebral, o reducción del volumen. Según el nuevo estudio, que publica la revista 'Neurology', los voluntarios que no desarrollaron demencias caminaban más y habían perdido, por regla general, menos volumen en los lóbulos temporal y prefontal, incluidas regiones relacionadas con la memoria y la demencia, como el hipocampo y la corteza endorrinal.

El efecto beneficioso sólo es detectable estadísticamente cuando se considera a las personas que caminan "distancias relativamente grandes", advierten los autores. En concreto, entre 9,6 kilómetros y 14,5 kilómetros a la semana.

En todo caso, los investigadores reconocen que su estudio presenta varios problemas, empezando por uno evidente: "Queda la posibilidad de que andar menos sea resultado de una salud endeble", la cual aumentaría, a su vez, las posibilidades de perder volumen cerebral y desarrollar demencias.

Seguimiento cercano
Por otra parte, señalan también lo que consideran "fortalezas" de su estudio: la gran cantidad de voluntarios, un seguimiento cercano de los mismos durante 13 años y un diagnóstico clínico de las demencias y problemas asociados.

De un modo u otro, los resultados coinciden con los de otras investigaciones anteriores y las recomendaciones de los expertos: "El ejercicio físico segrega serotonina y otros neurotransmisores que protegen al cerebro", comenta a ELMUNDO.es Juan Antonio Hernández Tamames, director del laboratorio de Neuroimagen de la Fundación Reina Sofía-Fundación CIEN.

"Todo lo que es bueno para el corazón, es bueno para el cerebro", insiste este especialista, quien recuerda que cuidar el sistema cardiovascular beneficia tanto al riego sanguíneo en general como al del cerebro en particular, lo que consigue "que las neuronas estén bien alimentadas".
Ángel Díaz Madrid

jueves, 8 de abril de 2010

SI NO QUIERES CORRER.....



MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -

Caminar de forma habitual reduce el riesgo de ictus en las mujeres, según un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard en Boston (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Stroke: Journal of the American Heart Association'.

La investigación mostró que las mujeres que caminaban dos horas o más a la semana o quienes suelen realizar una caminata a paso ligero, unos 4,8 kilómetros por hora o más rápido, tenían un riesgo de ictus significativamente menor que aquellas que no caminaban. Los riesgos eran menores para el ictus total, el ictus isquémico y el hemorrágico.

Los resultados indicaron que en relación a quienes no caminaban, las mujeres que sí lo hacían a un ritmo ligero tenían un 37 por ciento menos de riesgo de cualquier tipo de ictus y quienes caminaban dos horas o más a la semana tenían un 30 por ciento menos de riesgo de ictus de cualquier tipo.

Aquellas que seguían un ritmo rápido en su caminata tenían un 68 por ciento menos de riesgo de ictus hemorrágico y quienes lo hacían dos o más horas un 57 por ciento menos. En el caso del ictus isquémico, estos porcentajes eran del 25 y el 21 por ciento respectivamente.

Según explica Jacob R. Sattelmair, director del estudio, "aunque se desconoce la relación exacta entre los diferentes tipos de actividad física y los subtipos de ictus, los resultados de este estudio indican que caminar en particular se asociaba con un menor riesgo de ictus".

Los investigadores siguieron a 39.315 profesionales de la salud estadounidenses que participaban en el Estudio de Salud de la Mujer que informaron cada dos o tres años de su actividad física durante el año anterior como caminar, hacer senderismo, correr, montar en bicicleta, nadar, practicar yoga o estiramientos. Además, las participantes informaron sobre si caminaban o no y a qué ritmo lo hacían.

Los resultados mostraron que las mujeres que eran más activas en su tiempo de ocio eran un 17 por ciento menos propensas a sufrir cualquier tipo de ictus en comparación con las menos activas.

Los investigadores explican que suelen existir diferencias entre hombres y mujeres en lo que respecta al riesgo de ictus y los patrones de actividad física. "La relación exacta entre caminar y riesgo de ictus identificada en este estudio no se puede generalizar de forma directa en los hombres. En estudios previos la relación entre caminar y riesgo de ictus entre los hombres ha mostrado ser inconsistente", explica Sattelmair.

El estudio es limitado porque fue observacional y la información sobre la actividad física procedía directamente de las participantes. Sin embargo, los autores señalan a su favor que es una investigación amplia y a largo plazo con información detallada sobre la actividad física.