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viernes, 28 de febrero de 2014

EVALÚA TU RENDIMIENTO AERÓBICO CON EL TEST DE COOPER


Una de las cosas más importantes para un deportista siempre debe ser la superación personal. El interés por ir mejorando día a día, ya sea para uno mismo o para batir a otros, es algo que tienen en común todos los deportes. Pero para progresar es indispensable (entre otras muchas cosas), poder medir tu rendimiento, y mientras en ejercicios como el levantamiento de pesas suele ser algo bastante obvio, en el running y en otros deportes donde la resistencia tiene gran importancia, es más común tener que recurrir a métodos como el que comentaré en este artículo, el test de Cooper. 

El test de Cooper se pensó en un inicio para medir el rendimiento físico de los atletas, de cara a conocer su estado y para aumentar su resistencia, pero en realidad es útil para cualquiera, y a día de hoy está muy extendido su uso. De hecho, es habitual recurrir a él para evaluar a los alumnos en clase de educación física, a alguien nuevo en un gimnasio de cara a establecer planes de entrenamiento, e incluso para clasificar a aspirantes a bombero o policía. 

En qué consiste 

Este test se basa en recorrer la máxima distancia posible durante los 12 minutos que dura la prueba. Durante ese tiempo, se mantiene un ritmo más o menos constante al máximo que permita la capacidad de cada uno, evaluando así las posibilidades en lo que a rendimiento aeróbico se refiere. La idea es que, realizando el test varias veces, e introduciendo entrenamientos entre cada prueba, podamos evaluar las mejoras que vayamos teniendo gracias a ellos. Como va a someterse al cuerpo a un gran esfuerzo, debe consultarse la realización de este tipo de prueba con un médico si se tiene algún problema o enfermedad que la desaconseje. 

Evalúa tu rendimiento 

 De cara a entender los resultados, es importante tener en cuenta el sexo y la edad. No es difícil encontrar tablas que ofrecen información concreta sobre lo que se considera una buena marca o una mala, pero en general podemos decir que la prueba se entiende como superada entre los 2000 y 2400 metros para el caso de los hombres, y entre 1700 y 2200 metros en el de las mujeres (dependiendo de la edad). Sin embargo, yo creo que este dato debe tomarse más como una referencia de cara a mejorar y seguir un programa de entrenamiento que como una evaluación en sí misma (siempre que no sea requisito para clasificar en algo). 

Resumiendo, podemos decir que el test de Cooper es una muy buena forma de evaluarnos a nosotros mismos de cara a progresar y para ver hasta qué punto estamos mejorando. Desde luego, el no tener unos objetivos de rendimiento hace más fácil el estancamiento, por lo que este tipo de prueba puede ser muy útil para mantener la motivación y mejorar el rendimiento.
Pablo Pérez Grau | Publicado hace 9 horas

martes, 2 de octubre de 2012

LOS TEST DE APTITUD FÍSICA

Comienza el curso y casi todos los patios de los institutos de secundaria de casi todo el pais, se llenan de criaturas sudorosas y esforzadas que realizan los “test de aptitud física” para la valoración inicial de su capacidad física. Habitualmente estas pruebas se llevan a cabo al inicio y al final del curso. Suelen causar ansiedad entre el alumnado, por lo menos entre el mío, y es uno de los aspectos que menos gustan de toda la materia. 

Suponen un reto a superar: “la marca que obtengas vale tantos puntos”, “tienes que superar la marca del curso pasado, o la del trimestre anterior…” En mi opinión esta manera de aplicar los test de valoración de la aptitud fisica, perpetúa una idea de la actividad física exclusivamente deportiva. Los test son individuales y se trataría simplemente de constatar el estado de aptitud física de cada persona; sin embargo, lo que consiguen es comparar entre sí a todos y todas las del grupo de clase, y esto, que se puede negar, se transmite por la propia estructura de la prueba de valoración de aptitud física compuesta por cinco seis o siete pruebas que se pasan en dos días. 

Por decirlo de otra forma, la batería de test de aptitud física es análoga a un chequeo médico, al que unas personas temen y otras no, pero pensemos que pasaría si los resultados de ese chequeo se hicieran públicos entre los miembros de nuestro claustro, por ejemplo…..pues lo mismo ocurre cada vez que se pasa la bateria de test de aptitud física. 

Opciones hay: por ejemplo, pasar los test de manera fraccionada, cuando se trabajan las diferentes cualidades físicas a lo largo del curso; otra opción: hacer de esta tarea un trabajo cooperativo entre el grupo de clase, formando pequeños grupos de trabajo que se encarguen de la tarea y de que se desarrolle conforme a los parámetros establecidos, en lugar de primar el resultado final, es decir, centrar la actividad en la tarea y no tanto en el ego. ¿Alguien quiere opinar sobre los test de apitud física? ¿Son necesarios? ¿Cómo lo hacéis en vuestros centros?

viernes, 1 de octubre de 2010

LA UTILIZACIÓN DE PRUEBAS FÍSICAS COMO MEDIO CALIFICADOR: "UNA HERENCIA PATOLÓGICA"

Antes de la lectura del artículo quisiera exponer mi punto de vista:
Es a principios de los años 90, con el auge y nacimiento de los INEFs en toda España, cuando los profesionales salidos de sus aulas comenzamos a impartir clases regladas en los diferentes institutos de toda España.
A los cambio sociales, educativos que teníamos que asumir, se une una formación basada no exclusivamente en el rendimiento, pero si con un gran peso específico en el currículo.

Aún nos acordamos de los famosos objetivos operativos que marcaban el cómo y el hasta dónde debía llegar un alumno/a para aprobar. Ej: realizar un salto horizontal alcanzando una distancia de 4 m para chicos y 3,5 m para chicas.

Los test de aptitut física siempre han sido una herramienta básica para el profesor en sus inicios y un desafio para el alumno/a.

En un primer momento el baremo estandarizado fue la base, donde el alumno/a se comparaba con una tabla estándar procedente de los resultados matemáticos obtenidos de una muestra amplia de chicos y chicas de su misma edad en las diferentes pruebas propuestas.

Se puede discutir su conveniencia desde el punto de vista de su justicia, valor o repercusiones, tanto para el alumno como para el profesor, no obstante, nunca los test han tenido un valor decisivo.

Creo que todos/as los profesores conocemos la justa medida de los mismos y sabemos, como muy bien indica el artículo, que el resultado depende de muchos aspectos transversales que nada tiene que ver con el trabajo realizado.

La propuesta sería :

a) Si el profesor decide que los test tiene valor como contenido en su currículo y que los va a llevar a cabo:

1) Elegir en función de edad, características de los alumnos/as, centro, objetivos etc. el tipo de test a realizar (a lo mejor todos no valen)

2) Una vez elegidos (según nivel) llevarlos a cabo al inicio de curso y con los datos obtenidos individualmente (sin baremos estándar) basar la calificación en la mejora personal de cada uno. Esto incentivará a los alumnos/as y les colocará en un línea de salida adecuada. No comparar.

3) Aprovechar esos test para trabajar las diferentes cualidades, teniendo como finalidad la superación personal.

4) Pasar nuevamente los test al final y comprobar la mejora individual.

No obstante ¡Cuidado! :

a) Con dos horas semanales no se pueden obtener datos significativos.

b) El resultado final de las pruebas también dependen de mejorar la técnica concreta de la prueba y no del trabajo diario.

c) El estado físico y emocional del alumno/a incide en el resultado.

d) Valorar las particularidades de cada alumno/a y si situación personal y familiar.

e) Procurar pasar los test a la misma día, hora, lugar y temperatura.


Todos estos aspectos son importantes a la hora de valorar adecuadamente los test, sin embargo, su resultado no puede suponer bajo ningún concepto la nota de evaluación, puesto que ésta tiene un valor más amplio que el puro valor numérico que se obtiene de la misma.

Para acabar, quisiera exponer que los test de aptitud física no son ni buenos ni malos. Todo, como casi siempre en la vida, en su justo término. Si los test se consideran sin valor, no se hagan. Pero si se hacen, nunca con un valor tan alto como para aprobar o suspender a un alumno/a.


INTRODUCCIÓN

El resultado final de un proceso de enseñanza- aprendizaje se traduce, al finalizar aquel, en un valor numérico, que trata de mostrar aquellos logros que cada alumno ha conseguido. A la asignación de este valor se le conoce como calificación (Sáenz y cols., 1996).

Anteriormente a la asignación de este valor numérico, existe todo un largo y complejo paso conocido como evaluación (Blázquez, 1994), entendido como un proceso continuo y personalizado, que debe tener por objetivo el aprendizaje de los alumnos y el proceso de enseñanza (Delgado, 1991; Blázquez, 1994).

Sin embargo, con frecuencia la evaluación no se lleva a cabo, porque se confunde con calificación, al interpretarse que ambas significan lo mismo.

Este típico error, ha creado una situación en la que los profesores de Educación Física, utilizan como medio “calificador” las pruebas físicas o test motores, basando el valor numérico en el resultado conseguido por los alumnos en aquellas pruebas utilizadas.

FUNDAMENTACIÓN DEL PROBLEMA

El hecho de calificar mediante el resultado numérico en unas pruebas físicas, es un problema (Sáenz y cols., 1996) multifactorial. Uno de los factores surge del uso de modelos lineales de actuación (Delgado, 1991) donde la evaluación se centra en el producto y el medio principal que se utiliza para la evaluación son las pruebas físicas (Sáenz y cols., 1996).

Pruebas físicas entendidas como la realización por todos los sujetos de una tarea idéntica, con una técnica precisa, para la apreciación del éxito y del fracaso ó para la expresión numérica del grado de logro.

Sin embargo, habría que clarificar que los datos obtenidos mediante estas pruebas, pueden tener un sentido práctico y funcional. Éste sentido se refiere a la valoración y diagnóstico de los niveles de las cualidades físicas (Blázquez, 1994), para tender a que éstas se sitúen en niveles óptimos de salud. Y éste es el objetivo al que deberían tender estas pruebas.

Otro gran problema reside en la interpretación de los objetivos y contenidos de la LOGSE, para Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, puesto que en ningún momento se insta a usar las pruebas como medio para calificar, sino al uso de pruebas como medio de diagnóstico, para atender al buen desarrollo de las cualidades. Esto lo vemos, por ejemplo, en la secuenciación de contenidos para E.S.O. al instar a la “aplicación sistemática de test y pruebas funcionales que informen al alumno de sus posibilidades y limitaciones” (JUNTA, 1989).

Diagnóstico que está más acorde con modelos integradores de actuación (Sánchez Bañuelos, 1986; Delgado, 1991; Blázquez, 1994), donde se valora el proceso, y donde el rendimiento queda excluido categóricamente con referencia a la calificación, por cuanto será en las actividades extracurriculares donde éste debe ser buscado si así se desea.

TEST Y PRUEBAS FÍSICAS

Existe una gran gama de test y pruebas que los profesores de Educación Física usan como medio calificador. En caso de utilizar una calificación o valoración transversal (usando tablas estandarizadas) el problema se agudiza. Algunos de estos tests son:

1. Lanzamiento de balón medicinal.

2. Salto vertical y horizontal.

3. Course Navette.

4. Test de Cooper.

5. 50 metros lisos.

6. Test de Wells (flexión de tronco adelante desde sedestación)

7. Abdominales en 60 segundos.

Si entendemos que el uso de estas pruebas para calificar es una patología a extinguir, aún lo será en mayor medida si se utilizan comparaciones transversales (tablas categorizadas y estandarizadas de puntuación) para establecer la “nota”.

Esto se debe a que la mayoría de los test no se caracterizan por el principio de igualdad, que debería estar presente en todos ellos. Con este principio nos referimos a que las características genéticas, antropométricas, etc., van a determinar el resultado logrado en el test, por lo que no es posible utilizar tablas estandarizadas de puntuación para calificar, puesto que supone cierto grado de discriminación.

Por ejemplo: un alumno muy alto tendrá una mayor altura de salida del balón medicinal y por lo tanto podrá llegar más lejos ante una misma aplicación de fuerza; en un salto horizontal, aquellos sujetos con las extremidades inferiores más largas, pueden ganar centímetros en la batida y recepción; En las pruebas de velocidad o resistencia, la genética puede hacer que el resultado esté muy determinado (por la mayor o menor proporción del tipo de fibras que influyen en el rendimiento de la prueba); la flexión de tronco desde sedestación dará un resultado u otro según los parámetros antropométricos de miembros superiores e inferiores, etc.

Así pues, podemos constatar las tremendas desigualdades que generan parámetros no modificables. ¿O deberíamos suspender a una persona que en un test de flotación ventral, se sumerge debido a su gran porcentaje muscular y óseo?.

CONCLUSIONES

La calificación mediante pruebas físicas es un hecho consumado que hemos heredado en la actualidad. Dicha concepción calificadora se escapa de los objetivos planteados en el nuevo sistema educativo, y de las necesidades reales de la propia materia que nos ocupa.

Por el contrario el uso de pruebas físicas como diagnóstico de los niveles de condición física de los alumnos, no sólo es recomendable, sino eficaz (Blázquez, 1994), por cuanto con ello, podremos cumplir una parte de nuestra labor educativa y sanitaria. Si conocemos los niveles de condición física, se podrá programar un trabajo que tienda a optimizar dichos niveles, y conseguir mejorar su calidad de vida. Objetivo específico que se presenta en los objetivos de la LOGSE para secundaria y bachillerato (JUNTA, 1989).

Debemos plantearnos y analizar muy concienzudamente los procesos de evaluación y calificación, para ser justos y consecuentes con los objetivos de la LOGSE. Habría que seguir la lógica interna de un proceso de enseñanza-aprendizaje, donde el rendimiento en pruebas o tests físicos para asignar una calificación, queda excluido por su falta de funcionalidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BLÁZQUEZ, D.: Estrategias de evaluación formativa en Educación Física y Deporte. Habilidad Motriz, 4, pp.5-15, 1994.

DELGADO, M.A.: Didáctica de la Educación Física en el marco constructivista. En: Actualizaciones en Educación Física. Madrid, Centro de profesores, 1991.

JUNTA DE ANDALUCÍA, CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CIENCIA, DIRECCIÓN GENERAL DE RENOVACIÓN PEDAGÓGICA Y REFORMA (1989): Diseño curricular de Educación Física, Etapa 16-18. Sevilla.

SAENZ , P; TIERRA, J.; GIMÉNEZ, F.J.: La evaluación de la Educación Física en primaria. Habilidad Motriz, 8, pp.18-23, 1996.

SÁNCHEZ BAÑUELOS, F. (1986): Bases para una Didáctica de la Educación Física y el Deporte. Madrid, Gymnos

Pedro Ángel López Miñarro
Paloma Fontana Pérez

Doctorandos “ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD”

Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de

Tomado de:
http://alpatio.blogspot.com/2010/09/evaluar-con-tests-fisicos-una-herencia.html

domingo, 15 de noviembre de 2009

FECHAS PARA LOS TEST DE APTITUD FÍSICA


Al inicio de la 1ª evaluación se os han pasado a todos una serie de test (son pruebas que sirven para medir algo) con el objetivo de valorar vuestro estado de forma.


Como habéis comprobado durante este trimestre, hemos venido trabajando el desarrollo de las diferentes cualidades físicas básicas a través de diferentes sistemas, juegos o actividades. Así:


  1. La resistencia

  2. La velocidad

  3. La flexibilidad

  4. La fuerza

Ahora llega el momento de comprobar si ha habido mejora. Para ello, se estable con antelación el calendario para que tengáis constancia del mismo y las podáis preparar física y mentalmente.


1º ESO:
  • Prueba de resistencia 9 minutos carrera continua: consiste en recorrer la mayor distancia posible en este tiempo. Fecha: 24 noviembre

  • Prueba de flexibilidad profunda en tabla.Fecha: 24 noviembre

  • Prueba de salto a pies juntos y abdominales en un minuto.Fecha: 25 noviembre

2º ESO:


  • 2º ESO A:

- Prueba de resistencia 12 minutos (Cooper).


Fecha: 26 noviembre


- Prueba de velocidad 30 metros y abdominales en un minuto.


Fecha: 3 diciembre


- Prueba de flexibilidad profunda en tabla y salto a pies juntos.


Fecha: 4 diciembre


  • 2º ESO B:

- Prueba de resistencia 12 minutos (Cooper).


Fecha: 24 noviembre.


- Prueba de flexibilidad profunda de tronco y salto a pies juntos.


Fecha: 25 noviembre


- Prueba de velocidad 30 metros y abdominales.


Fecha: 1 diciembre.


3º ESO:


  • 3º ESO A:

-Prueba de abdominales en un minuto y salto a pies juntos.


Fecha: 23 noviembre.


- Prueba de resistencia 15 minutos de carrera continua.


Fecha: 25 noviembre.


- Prueba de velocidad de 30 metros.


Fecha: 30 noviembre.


- Prueba de flexibilidad profunda de tronco y lanzamiento de balón


Fecha: 2 diciembre.


  • 3º ESO B:

- Prueba de abdominales en un minuto y salto a pies juntos.


Fecha: 23 noviembre.


- Prueba de resistencia 15 minutos carrera continua.


Fecha: 25 noviembre.


- Prueba de flexibilidad profunda de tronco en tabla y lanzamiento


Fecha: 30 noviembre.


- Prueba de velocidad en 30 metros.


Fecha: 2 diciembre.


4º ESO:


  • Prueba de abdominales en un minuto y salto a pies juntos.Fecha: 26 noviembre.

  • Prueba de resistencia 18 minutos de carrera continua: Fecha: 27 noviembre

  • Prueba de lanzamiento de balón medicinal y flexibilidad profunda de tronco. Fecha: 3 diciembre.

  • Prueba de velocidad en 30 metros. Fecha: 4 diciembre.

1º BACHILLER:


  • 1º A BACHILLER (1)

- Prueba de resistencia 20 minutos de carrera continua:


Fecha: 25 noviembre.


- Prueba de velocidad en 30 metros.


Fecha. 2 diciembre.


  • 1º A BACHILLER (2)

- Prueba de resistencia 20 minutos de carrera continua.


Fecha:27 noviembre.


- Prueba de velocidad.


Fecha: 4 diciembre.


  • 1º B BACHILLER

- Prueba de resistencia 20 minutos de carrera continua.


Fecha: 26 noviembre.


- Prueba de velocidad en 30 metros.


Fecha: 30 noviembre.


RECOMENDACIONES PARA LA RESISTENCIA:


- No correr muy deprisa al principio. Mantener el mismo ritmo siempre.
- No desayunéis ese día abundantemente.
- Las zapatillas bien atadas.
- Si se preve baja temperatura, abrigarse (guantes, bufanda...)
- Entrena por tu cuenta.


En el caso de mal tiempo, podrá haber cambio de pruebas.

En caso de falta a la prueba deberás presentar justificante médico y tendrás que realizar el test en el recreo.