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viernes, 30 de enero de 2015

"FAKES":PREPARADO VACUNO, ¿ES O NO ES CARNE?

La escasez de leche de cabra en Europa hizo sospechar a un grupo de consumidores británicos sobre la composición del queso de cabra que compraban en el supermercado. "Si no era un alimento derivado del mamífero caprino, ¿de qué demonios se trataba?", se preguntaron. Chris Elliott, de la Universidad Queen’s (Irlanda del Norte), analizó, en 2014, 76 muestras del presunto queso de cabra, y resultó que seis de ellos contenían más de la mitad de leche de… oveja. Fraudes como este atentan contra la calidad nutricional, higiénico-sanitaria u organoléptica (sabor, textura, color, etc.) de un producto alimentario. Incluso algunos de estos engaños pueden tener consecuencias sobre la salud del consumidor. “La picaresca forma parte de la condición humana”, comenta Carme Vidal, catedrática del departamento de Nutrición y Bromatología del Campus de la Alimentación de la Universidad de Barcelona. 

La variedad en las trampas es muy amplia, asegura Vidal, aunque los métodos más habituales consisten en la adulteración de alimentos con ingredientes más baratos, mentiras sobre las proporciones de composición, uso de aditivos no autorizados y hacer pasar por frescos productos que ya han sido congelados. La administración pública lleva a cabo controles periódicos para cerciorarse sobre la composición de los productos alimenticios, desde auditorías durante el proceso de elaboración a inspecciones del producto final. La colaboración internacional entre países y las denuncias de los consumidores y los medios de comunicación también inspiran a las autoridades en la persecución del fraude alimentario. 

La trampa está en la carne 

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recibe muchas cartas de personas que denuncian fraudes alimentarios, como carne congelada de cerdo que solo contiene un 65% de carne, mantecados que no llevan ni mantequilla ni manteca en sus ingredientes y anillas de calamar que en realidad son de pota, una especie más grande y barata. En cuanto a los preparados de carne picada, la OCU aconseja: "Es mejor escoger la pieza y pedir que se la piquen en el momento. Hemos detectado problemas de higiene en los preparados envasados y fechas de caducidad demasiado prolongadas". Con esto, no queremos decir que las bandejas no sean de carne, pero, desde luego, no siempre de la mejor calidad ni tampoco del animal deseado. En cuanto a lo primero, la asociación independiente de consumidores añade: "Diversos análisis de la OCU han demostrado que es muy frecuente el uso de sulfitos en las carnes picadas, con el fin de avivar artificialmente el color y hacerla parecer más fresca. 

Esto, aparte de ilegal, destruye la vitamina B1 y puede provocar reacciones alérgicas". Un fraude de este tipo se puede cometer en cualquier etapa de la cadena de producción de un alimento. "El sistema de trazabilidad permite identificar el punto del proceso donde sucede el engaño, pero al final el que paga el pato en la escena mediática es la compañía que vende al consumidor", puntualiza Vidal. Los métodos de control del fraude intentan adentrarse a las nuevas estrategias, y evolucionan en función de las artimañas, como también pasa en el dopaje deportivo. 

Los 6 fakes alimentarios más sonados de los últimos tiempos son: Kebab de ternera: 24 de las 25 muestras analizadas por la OCU en octubre de 2014 contenían carne de otras especies animales (pollo, pavo y caballo). 
Carne de caballo: en 2013 se identificaron en toda Europa trazas de carne de caballo en muchos productos etiquetados como carne de vacuno. Muchos alimentos fueron retirados del mercado, e importantes marcas se vieron salpicadas por el escándalo, con albóndigas y pastas rellenas de carne adulteradas. 
Chuletones sin demasiado buey: también aquí la OCU dio la voz de alarma, cuando en verano de 2011 analizó diez entrecots de buey y verificó su cantidad de grasa intramuscular, una característica que la diferencia y le confiere un sabor especial. Solo tres chuletones resultaron ser de macho bovino castrado; el resto, de vacas lecheras. 
Aceite de oliva poco virgen: Nueve marcas de aceite de oliva extra no superaron la prueba de cata de la OCU y otras dos mostraron una calidad tan baja que ni siquiera se deberían haber vendido como aceite de oliva virgen sin pasar antes por un proceso de refinado, en noviembre de 2012. Los consumidores pagan de media casi un euro más por litro por un aceite de calidad superior. 
Sardinas en aceite de oliva: cada español consume cinco kilos de pescado y moluscos en lata al año. Las sardinas ocupan la segunda posición, por detrás del atún. 10 de las 25 latas analizadas por la OCU no aprueban los estándares de calidad por no ofrecer el pez que deberían (alacha, en lugar de sardina) o por no contener el aceite prometido. 
Pescado congelado maquillado como fresco: dos empresas italianas y una española hacían pasar por fresco pescado que había sido congelado, después de someterlo a un proceso estético. La Guardia Civil y los Carabinieri destaparon la red en mayo del pasado año. En diciembre entró en vigor una normativa europea que obliga a dar más y mejor información al usuario en las etiquetas de los productos alimentarios para permitir una correcta elección de los consumidores. Sin embargo, como concluye Vidal sobre los fraudes en este campo, el quid de la cuestión está en que se cumpla lo que dice la etiqueta. 
http://elpais.com/elpais/2014/12/19/buenavida/1418981462_767871.html

lunes, 6 de octubre de 2014

CARNE

Las carnes aportan entre un 16-22% proteínas de alto valor biológico, es decir, contienen todos los aminoácidos esenciales. 

Definición de carne 
Según el Código Alimentario Español (CAE), se denomina carne a “las partes blandas comestibles del ganado bovino, ovino, porcino y aves”. 

Características nutricionales de carne 
Las carnes aportan entre un 16-22% proteínas de alto valor biológico, es decir, contienen todos los aminoácidos esenciales. Son una buena fuente de vitaminas, principalmente del grupo B (en especial B12). Excepto las vísceras, son pobres en vitamina A, C, ácido fólico e hidratos de carbono. Son ricas en hierro del tipo hemo, que presenta mejor absorción que el hierro no hemo presente en alimentos de origen vegetal. Aportan minerales, zinc, potasio, fósforo y, en menor medida, calcio y magnesio. El contenido de grasa y colesterol depende del tipo de especie, la pieza, así como la edad y la alimentación del animal. 

Tabla de composición 
Composición por 100 g de algunas carnes P G Kcal Col AGS Ternera 19 11 181 70 3,4 Cerdo 16 25 290 72 11,5 Pollo deshuesado 20,5 4,3 121 87 1,4 Cordero 17 19 248 78 9,4 Conejo 22 8 162 65 2,6 Hígado de ternera 19 3,8 140 300 1,2 Kcal: kilocalorías; P: proteínas; G: grasas; Col: colesterol; AGS: ácidos grasos saturados 

Consejos 
Seleccionar cortes magros, retirar la grasa visible de la carne y la piel en el caso de las aves. Utilizar formas de cocción que no incorporen grasas adicionales -hervir, plancha, parrilla- y restringir las frituras. Moderar el consumo de carnes grasas, vísceras y embutidos grasos. 

Ingesta recomendada de carne 
Carnes y aves: 3-4 raciones de cada una a la semana. Alternar su consumo. 1 ración: 100-125 g (1 filete pequeño, 1 cuarto de pollo)

miércoles, 14 de marzo de 2012

EL CONSUMO DE CARNE ROJA PUEDE ELEVAR LA MORTALIDAD CARDIOVASCULAR Y POR CÁNCER

MEJOR COMER CARNE DE AVE O PESCADO


Investigadores del Harvard School of Public Health de Boston, en Estados Unidos, aseguran que el consumo de carne roja puede estar asociado con un mayor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular y cáncer, en comparación con quienes en lugar de estos alimentos optan por el pescado o la carne de ave.

Así se desprende de los resultados de una investigación publicado en 'Archives of Internal Medicine', después de analizar los datos de dos estudios prospectivos, que incluyeron a más de 37.000 hombres y 83.000 mujeres. Durante los 28 años de seguimiento que incluían los estudios, se documentaron 23.926 muertes, entre ellos 5.910 por enfermedades cardiovasculares y 9.464 por cáncer.

La carne es una fuente importante de proteínas y grasas, pero algunos estudios previos ya habían sugerido que su consumo podría estar asociado con un mayor riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardiovasculares (ECV) y ciertos tipos de cáncer.

Sin embargo, según explican los autores del estudio, "ahora se ha observado que el consumo de carne roja "procesada y sin procesar" podría estar también detrás de un incremento del riesgo de mortalidad por estas enfermedades.

En concreto, observaron que el riesgo de mortalidad total en personas que consumían una pieza de carne al día se incrementaba un 12 por ciento, un 13 por ciento para la carne roja sin procesar y un 20 por ciento para la carne procesada.

Además, al introducir un cambio en la dieta y sustituir la carne roja por pescado, aves, frutos secos, legumbres o productos lácteos bajos en grasa, se redujo el riesgo de mortalidad en todos los casos.

En concreto, el riesgo de muerte se rebajó un 7 por ciento con el pescado, un 14 por ciento con la carne de ave, un 19 por ciento con los frutos secos, un 10 por ciento con las leguminosas y otro 10 por ciento para los productos lácteos bajos en grasa.

De hecho, los autores estiman que "el 9,3 por ciento de los fallecimientos en hombres y el 7,6 por ciento en las mujeres se podrían haber evitado si todos los participantes hubieran consumido la mitad de carne roja al día".
(EUROPA PRESS)

viernes, 30 de diciembre de 2011

¡CUIDADO CON COMER MUCHA CARNE ROJA...!

ASOCIADO CON EL DESARROLLO DEL CÁNCER RENAL
Comer mucha carne roja puede estar asociado con desarrollar cáncer renal, especialmente si está cocinada al 'grill' o a la barbacoa, según un estudio estadounidense publicado en 'American Journal of Clinical Nutrition'.


"Nuestros resultados están en sintonía con la dieta que recomienda la Sociedad Americana del Cáncer para prevenir la enfermedad --limita el consumo de carne roja y aquella preparada al horno y a la parrilla--", ha explicado el principal investigador Carrie Daniel, del 'National Cancer Institute' de Estados Unidos.

El estudio, realizado en base al seguimiento de los hábitos alimenticios de aproximadamente 500.000 estadounidenses mayores de 50 años durante nueve años, encontró que los adultos que comían más carne roja que el resto (cerca de 113 gramos diarios) eran más propensos (en un 19%) de padecer cáncer renal que aquellos que comían menos. Así, del número total estudiado, aproximadamente 180 fueron diagnosticados con este tipo de cáncer.


Asimismo, los investigadores advirtieron de que al consumir carne cocinada a la barbacoa o al 'grill' se ingieren más productos químicos, relacionados con el incremento del riesgo de padecer esta enfermedad.


Para realizar el estudio, los investigadores tomaron en cuenta otros aspectos, a parte de la ingesta de carne, como la edad, el consumo de fruta y verduras, el hábito de fumar y beber, y la situación médica, como la diabetes y la presión sanguínea.


Por su parte, el epidemiólogo de la Universidad 'Health Science Center in Fort Worth', situada en Texas (EEUU), Mohammed El-Faramawi, ha reconocido que algunas personas que comen mucha carne roja no desarrollan este tipo de cáncer mientras que otras que la ingieren en raras ocasiones caen enfermos.


"La carne roja es una fuente importante de hierro, que es una proteína", ha señalado Faramawi, así que "no debes de dejar de comer carne porque esté asociado con el cáncer renal", ha aconsejado.

WASHINGTON, 29 Dic. (Reuters/EP) -

martes, 22 de noviembre de 2011

EL CONSUMO DE CARNE DE ANIMALES SALVAJES PERMITE OBTENER IMPORTANTES MICRONUTRIENTES

Evita la desnutrición de los niños

El consumo de carne de animales salvajes permite obtener importantes micronutrientes, sobre todo entre los niños, según se desprende de las conclusiones de un estudio llevado a cabo por el doctor Christopher Golden, de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

El estudio de Golde, publicado esta semana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), se realizó a lo largo de un año en el noreste de Madagascar, donde la pérdida del acceso a carne de animales salvajes ha provocado un aumento del 30 por ciento en la desnutrición de niños menores de 12 años.

"Esta investigación pone de relieve la tensión entre las políticas de conservación, la salud humana y los medios de subsistencia", afirma Golden. "La zona donde se realizó el estudio es un área extremadamente pobre --Madagascar está a menudo entre los diez países más pobres del mundo--, donde la gente come carne de una a cuatro veces al año, y pollo una vez al mes. Por lo tanto, los alimentos salvajes a los que tienen acceso son de enorme importancia, porque su carne les proporciona nutrientes que no pueden conseguir de otras formas", ha explicado.

Según Golden, el estudio analiza "la forma en que la biodiversidad impacta en la salud humana" por lo que, a su juicio, "la conservación es un proceso poderoso y positivo que, sin el cual es muy probable que estos animales fueran explotados de forma insostenible".

El experto recuerda que la anemia es la forma más frecuente de malnutrición. Así, a nivel mundial, casi 2.000 millones de personas sufren de deficiencia de hierro, un tipo de anemia que causa bajos niveles de hemoglobina, la proteína que ayuda a transportar el oxígeno por todo el cuerpo. Los niveles de hemoglobina se han relacionado con problemas en el desarrollo cognitivo, el aumento de la mortalidad materna y el retraso mental.

Para analizar la repercusión del consumo de carne de animales salvajes en los niveles de hemoglobina, Golden diseñó un estudio que siguió de cerca la dieta de los niños en un área concreta de Madagascar. Durante más de un año, los investigadores tomaron muestras mensuales de sangre de niños menores de 12 años para medir sus niveles de hemoglobina; durante el mismo período de tiempo, las dietas de los niños fueron registradas y medidas con precisión.

"Cada trozo de pescado, cada trozo de carne, fue pesado antes de entrar en la olla", explica Golden, "con el fin de examinar la relación causal entre el cambio de la biodiversidad y la salud humana. Debido a este estudio longitudinal, hemos sido capaces de desentrañar el verdadero efecto de la carne de animales salvajes en los niveles de hemoglobina", relata.

Así, Golden y sus colaboradores fueron capaces de modelar los efectos en la salud de la falta de acceso a la carne de animales salvajes, que provocó un incremento absoluto del 12 por ciento de la anemia y un aumento relativo del 30 por ciento.

Los resultados sugieren que el objetivo no debe consistir en permitir la caza sin restricciones o aplicar medidas de conservación estrictamente controladas, sino un punto medio, donde los esfuerzos de conservación permitan a las comunidades mantener su dieta, o mediante la creación de un sistema que permita reducir la caza a favor de la cría de animales domésticos.
22 Nov. (EUROPA PRESS) -

martes, 16 de agosto de 2011

LA CARNE ROJA AUMENTA EL RIESGO DE DIABETES TIPO 2

RECOMIENDAN SUSTITUIR SU CONSUMO POR FRUTOS SECOS O CEREALES.
La carne roja aumenta el riesgo de diabetes tipo 2.

Un estudio realizado por la Harvard School of Public Health (HSPH) (Estados Unidos) ha hallado una fuerte relación entre el consumo de carnes rojas, especialmente cuando son procesadas, y un mayor riesgo de diabetes tipo 2.

El trabajo, ya disponible en la versión 'on line' de la revista 'American Journal of Clinical Nutrition', también muestra que la sustitución de las carnes rojas por proteínas más saludables, como lácteos bajos en grasa, frutos secos o cereales integrales, puede reducir significativamente este riesgo.

En el estudio, dirigido por An Pan, del Departamento de Nutrición de la HSPH, y cuyo autor principal es el profesor de nutrición y epidemiología de la HSPH, Frank Huy, se analizaron las respuestas a un cuestionario de 37.083 hombres durante 20 años, procedentes del 'Health Professionals Follow-Up Study', 79.570 mujeres seguidas durante 28 años en el 'Nurses' Health Study I', y 87.504 mujeres seguidas durante 14 años en el 'Nurses 'Health Study II'.

También llevaron a cabo un meta-análisis actualizado, que combina los datos de su nuevo estudio con los de otros estudios existentes, e incluyó a un total de 442.101 participantes, 28.228 de los cuales desarrollaron diabetes tipo 2 durante el estudio.

Tras ajustarlo por edad, índice de masa corporal (IMC), estilos de vida y otros factores dietéticos de riesgo, los investigadores descubrieron que 100 gramos diarios de carne roja no procesada (aproximadamente del tamaño de una baraja de cartas) se asocian con un aumento del 19 por ciento del riesgo de diabetes tipo 2.

Asimismo, constataron que una porción diaria de la mitad de esa cantidad de carne procesada, 50 gramos (por ejemplo, un perrito caliente o dos rebanadas de tocino), se asocia con un riesgo aún mayor, de más del 50 por ciento.

"Claramente, los resultados de este estudio tienen importantes implicaciones en la salud pública dado el aumento de la epidemia de diabetes tipo 2 y el aumento de las carnes rojas en todo el mundo", explica Hu, para quien, "la buena noticia es que tales factores de riesgo pueden ser compensados mediante el cambio de la carne roja por una proteína más saludable".

En este sentido, los investigadores vieron que una persona que consume a diario una porción de carnes rojas, si la susituye por una porción de frutos secos al día, puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2 hasta un 21 por ciento, con la sustitución de lácteos bajos en grasa, se experimenta un riesgo del 17 por ciento menor, y con los cereales integrales un 23 por ciento.

Basándose en estos resultados, los investigadores aconsejan reducir al mínimo el consumo de carnes rojas procesadas -como salchichas, tocino y carnes frías, que generalmente tienen altos niveles de sodio y nitritos- al igual que se debe reducir la ingesta carne roja sin procesar. Además, si es posible, las carnes rojas deben ser reemplazados por opciones más saludables, como frutos secos, cereales integrales, productos lácteos, pescado o frijoles.

"Este estudio, el más importante de su tipo tanto por el tamaño de la muestra como por el número de años de seguimiento, demuestra claramente que el consumo de los carnes rojas tanto procesadas como sin procesar, se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2", concluye Pan.
MADRID (EUROPA PRESS)