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jueves, 23 de julio de 2015

LOS 6 BENEFICIOS DEL SUEÑO

Además de ser un gran placer, dormir bien tiene efectos muy positivos en nuestro organismo. Estos son los 6 que los especialistas consideran más beneficiosos. 

Incrementa la creatividad 
Cuando el cerebro está descansado y la producción de hormonas está equilibrada, la memoria funciona a la perfección. Eso hace que la imaginación sea más potente y nosotros, más creativos. 

Ayuda a perder peso 
La falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, la hormona supresora del apetito. El insomnio provoca, además, que el estómago libere más grelina (la hormona del apetito). Ambas acciones hacen que dormir poco se asocie a la obesidad. 

Te hace estar más sano 
Nuestro sistema inmunitario emplea el tiempo de sueño para regenerarse, lo que le permite luchar con eficacia contra contra las toxinas y los gémenes que de forma continua nos amenazan. Con un sistema inmunitario débil tenemos muchas menos posibilidades de superar con éxito las infecciones. Mejora la memoria 

Dormir fortalece las conexiones neuronales. 
Durante la fase REM del sueño, el hipocampo, el almacén de nuestra memoria, se restaura, transformando la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. En la Universiad de Hafi (Israel) lo han corroborado con los resultados de un estudio que afirma que una siesta de 90 minutos a media tarde ayuda a fijar los recuerdos y la destreza. 

Protege el corazón 
Un reciente estudio publicado en el European Heart Journal afirma que los insomnes tienen tres veces más posibilidades de sufrir una insuficiencia cardíaca que los que duermen a pierna suelta. El insomnio aumenta los niveles en sangre de las hormonas del estrés, lo que aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíaca. Otros estudios también ligan el insomnio a tener el colesterol más alto. 

Reduce la depresión 
Cuando dormimos, el cuerpo se relaja y eso facilita la producción de melanina y serotonina. Estas hormonas contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) y nos ayudan a ser mas felices y emocionalmente mas fuertes. La falta de sueño provoca, por el contrario, una liberación aumentada y sostenida de las hormonas del estrés. Artículo publicado por Mercedes Parra Gil en el número 108 de la revista Salud y Corazón.
http://www.fundaciondelcorazon.com/corazon-facil/blog-impulso-vital/2727-dormir-bien-6-beneficios-sueno.html

domingo, 10 de mayo de 2015

¿POR QUÉ ES NECESARIO DORMIR BIEN? LOS SEIS BENEFICIOS DEL SUEÑO


Además de ser un gran placer, dormir bien tiene efectos muy positivos en nuestro organismo. Estos son los 6 que los especialistas consideran más beneficiosos. 


Incrementa la creatividad 
Cuando el cerebro está descansado y la producción de hormonas está equilibrada, la memoria funciona a la perfección. Eso hace que la imaginación sea más potente y nosotros, más creativos. 

Ayuda a perder peso 
La falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, la hormona supresora del apetito. El insomnio provoca, además, que el estómago libere más grelina (la hormona del apetito). Ambas acciones hacen que dormir poco se asocie a la obesidad. 

Te hace estar más sano 
Nuestro sistema inmunitario emplea el tiempo de sueño para regenerarse, lo que le permite luchar con eficacia contra contra las toxinas y los gémenes que de forma continua nos amenazan. Con un sistema inmunitario débil tenemos muchas menos posibilidades de superar con éxito las infecciones. 

Mejora la memoria 
Dormir fortalece las conexiones neuronales. Durante la fase REM del sueño, el hipocampo, el almacén de nuestra memoria, se restaura, transformando la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. En la Universiad de Hafi (Israel) lo han corroborado con los resultados de un estudio que afirma que una siesta de 90 minutos a media tarde ayuda a fijar los recuerdos y la destreza. 

Protege el corazón 
Un reciente estudio publicado en el European Heart Journal afirma que los insomnes tienen tres veces más posibilidades de sufrir una insuficiencia cardíaca que los que duermen a pierna suelta. El insomnio aumenta los niveles en sangre de las hormonas del estrés, lo que aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíaca. Otros estudios también ligan el insomnio a tener el colesterol más alto. 

Reduce la depresión 
Cuando dormimos, el cuerpo se relaja y eso facilita la producción de melanina y serotonina. Estas hormonas contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) y nos ayudan a ser mas felices y emocionalmente mas fuertes. La falta de sueño provoca, por el contrario, una liberación aumentada y sostenida de las hormonas del estrés. 

Artículo publicado por Mercedes Parra Gil en el número 108 de la revista Salud y Corazón.
http://www.fundaciondelcorazon.com/corazon-facil/blog-impulso-vital/2727-dormir-bien-6-beneficios-sueno.html

domingo, 31 de agosto de 2014

DORMIR LA SIESTA REDUCE EL GRADO DE ESTRÉS Y AUMENTA LA CAPACIDAD DE CONCENTRACIÓN

SEGÚN HOSPITAL QUIRÓN MURCIA 

La doctora Teresa Lluch, responsable de la Unidad del Sueño de Hospital Quirón Murcia, ha destacado que "la siesta reduce el grado de estrés y las tensiones físicas, aumenta la capacidad de concentración del individuo en un 34 por ciento, refuerza totalmente el estado de alerta y disminuye en un 37 por ciento los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares". Asimismo, considera que "el tiempo recomendable que debemos dormir en la siesta oscila entre los 20 y 30 minutos, de esta forma reponemos las fuerzas necesarias para afrontar el resto de la jornada. Sin embargo, al echarnos una siesta de más de media hora, el efecto que obtenemos es el contrario, teniendo una sensación de malestar general y de un cansancio mayor al que teníamos antes". Además, la práctica de la siesta, que se realiza habitualmente tras la comida, "produce una relajación muscular que ayuda al aparato digestivo a hacer la digestión, función principal de este órgano, de una manera más eficaz". 

Al hilo, manifiesta que la mayoría de veces que se piensa en echarnos una siesta, el único objetivo que nos proponemos es "reponer fuerzas de una manera rápida y breve". Sin embargo, "no tenemos en cuenta cómo debemos hacerlo para lograr una siesta perfecta". Para conseguirlo, aconseja que se deben de evitar, en la medida de lo posible, "los ruidos y la claridad, con una buena temperatura en la habitación para favorecer la calidad del sueño, y dormir la siesta cómodos". Mientras que para los adultos, los efectos de la siesta "resultan favorables por combatir las posibles alteraciones de sueño que pueden padecer debido a la excitación o el estrés emocional, para los niños y ancianos esta práctica es fundamental, ya que los más pequeños la necesitan para su desarrollo físico y neurológico, y los mayores para tener una mejor calidad de vida". La doctora Lluch señala la importancia del descanso para un buen rendimiento diario tanto en el trabajo como en las actividades cotidianas. 

Por ello, comenta que "los trastornos del sueño, como la conciliación del mismo o las alteraciones relativas a su duración, necesitan ser tratadas por especialistas que ayuden a solucionar estos problemas, por lo que es recomendable asistir a una Unidad de trastornos del sueño como la de Hospital Quirón Murcia, que cuenta con la última tecnología para la realización de pruebas neurofisiológicas, que den el diagnóstico de las alteraciones del sueño y de la actividad bioeléctrica cerebral". Las siestas pueden ser planificadas cuando vamos a ir a dormir un poco más tarde, por ejemplo en verano por que la mayoría de las actividades se inician cuando hace menos calor y esto lleva a que nos acostemos más tarde; de emergencia, que se producen al encontramos muy cansados y no poder continuar la actividad, sería el caso de las siestas para combatir el adormecimiento o fatiga en la conducción en periodo estival cuando nos desplazamos de un sitio a otro por la carretera); y habituales, que corresponde al sujeto que hace la siesta todos los días a la misma hora, por ejemplo la de los niños pequeños cada tarde y la de los adultos después de comer. http://www.infosalus.com/asistencia/noticia-dormir-siesta-reduce-grado-estres-aumenta-capacidad-concentracion-20140812115610.html

jueves, 29 de mayo de 2014

DORMIR POCO EN LA INFANCIA SE VINCULA CON MAYOR PESO DESPUÉS

PREVENCIÓN Hábitos saludables 

Una investigación muestra este vínculo y señala que hay que tener buenos hábitos desde los primeros meses de vida pues, de lo contrario, puede contribuir en una obesidad en la infancia. "Nuestro estudio encuentra evidencia convincente de que dormir menos de lo recomendado en los primeros años de vida es un fuerte factor de riesgo e independiente de obesidad y adiposidad", explica Elsie Taveras, jefe del servicio General de Pediatría en el Hospital Infantil MassGeneral (MGHfC). Concretamente, según los resultados relatados en el estudio, publicado en la revista Pediatrics, los niños que dormían menos tenían un índice de masa corporal 0,48 unidades más alto que aquellos que más horas de sueño cumplían cada día.

"Asociaciones similares hemos visto también en otras medidas", apunta el autor, como el índice de grasa corporal (una diferencia de 0,72 kg/m²), la circunferencia de la cintura (unos 3,61 centímetros de diferencia) y la de la cadera (aproximadamente 2,78 milímetros de diferencia), la medición de los pliegues cutáneos (una diferencia de 4,22 milímetros) y la grasa abdominal (con una diferencia de 0,36 kg/m²). Investigaciones previas señalaban un periodo crítico antes de los cinco años. Hasta esta edad, decían, dormir poco podía desencadenar obesidad. Sin embargo, y "al contrario de lo que dichos estudios postulaban, no encontramos ningún periodo crítico en el que la falta de sueño influya especialmente en una ganancia posterior de peso. De hecho, dormir poco en cualquier momento de la infancia temprana [desde el nacimiento hasta los siete años] tuvo efectos adversos", agregan los autores del informe. 

A diferencia también de los anteriores trabajos, el actual no sólo ha examinado sino que ha utilizado varias medidas, además del índice de masa corporal (IMC), que determina la obesidad basada exclusivamente en la relación entre la altura y el peso. Por ejemplo, la circunferencia de la cintura y la de la cadera. Siete años de seguimiento Este nuevo estudio está basado en los datos del Proyecto Viva (que incluía a 1.046 menores), una investigación que analiza el impacto a largo plazo sobre la salud de ciertos factores que ocurren durante el embarazo o después del nacimiento. Los investigadores recabaron información de entrevistas realizadas a madres cuando sus hijos tenían seis meses, tres y siete años. Estos cuestionarios se completaron cuando esos hijos habían cumplido uno, dos, cuatro, cinco y seis años. 

Entre otros asuntos, a las madres se les preguntó el tiempo que sus hijos dormían, tanto durante la noche como en el día. A lo largo de siete años, a los niños se les midió además de su peso y altura, su grasa total, la abdominal, la circunferencia de su abdomen y de su cadera. Se definió como sueño insuficiente pasar menos de 12 horas al día durmiendo entre los seis meses y los dos años, menos de 10 horas entre los tres y los cuatro años y menos de nueve de los cinco a los siete años. En función de las respuestas de cada madre, los niños fueron asignados a unos grupos u otros en función de la cantidad de horas que dormían. Más obesidad y adiposidad Tras analizar los datos, los investigadores comprobaron que los niños que estaban en la posición de la tabla de sueño más baja tuvieron medidas corporales mayores que reflejan obesidad y adiposidad, incluida la grasa abdominal que se considera particularmente peligrosa. 

Esta asociación fue consistente en todas las edades, indicando que no hay un periodo crítico para esta interacción entre sueño y peso. Lo que sí se detectó fue que en aquellos hogares con menos ingresos, o con una educación materna menor y entre las minorías étnicas fue más frecuente que el sueño de los hijos fuera más corto; pero la relación entre sueño y obesidad no cambió ajustando estos y otros factores. Entre los mecanismos biológicos que podrían estar detrás de esta relación se incluyen la influencia de las hormonas secretadas durante el sueño que controlan el hambre y la saciedad; la alteración del ritmo circadiano; la escasa capacidad para tomar buenas decisiones a la hora de elegir los alimentos; cambios en la conducta provocados por la deprivación del sueño; o la generación de rutinas en el hogar que conllevan a dormir menos y comer más sobre todo aperitivos o dulces mientras se está viendo la televisión. Todas estas explicaciones deben de ser evaluadas en otros estudios porque, de momento, no hay una causa clara. 

Rutinas contra la obesidad 

Según un estudio de Sarah Anderson, profesora de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU), algunas rutinas o la falta de las mismas en el hogar pueden ser los responsables directos de que los niños duerman pocas horas. Tal y como había comprobado, cenar en familia, asegurarse de que los más pequeños duermen las horas que les corresponden y limitar el tiempo de televisión a dos horas al día estaba asociado a un 40% menos de riesgo de desarrollar obesidad. "Mientras necesitamos más ensayos para determinar si mejorar el sueño conduce a una reducción de la obesidad, de momento podemos recomendar que los médicos enseñen a los niños y a sus padres formas para dormir mejor -que incluyen consejos sobre una buena rutina nocturna, limitar la cafeína en las bebidas que se toman por la tarde y eliminar las distracciones que generan los dispositivos electrónicos en la cama. 

Todo esto puede ayudar a promover unos buenos hábitos de sueño, lo cual favorecerá una mayor atención en el colegio o en el trabajo, un mejor humor y una mayor calidad de vida", explica Taveras. Sobre todo, teniendo en cuenta que "pocas horas de sueño durante la infancia están relacionadas con otros factores de riesgo cardiovascular, aparte de la obesidad, como la hipertensión". http://www.elmundo.es/salud/2014/05/19/537659ade2704e60208b4589.html

viernes, 11 de abril de 2014

'LA RECETA DORMIR MÁS Y MEJOR'

SUEÑO Efecto en el metabolismo 


Tiendas abiertas 24 horas, fábricas que no dejan de producir, horarios que se prolongan hasta la madrugada, el ocio de la noche que siempre es joven... Para las sociedades modernas, el sueño es un hábito accesorio, superfluo, que se puede alterar al antojo y la conveniencia de las circunstancias. "Ya dormiré cuando esté muerto", dijo en una ocasión el cineasta Fassbinder en una frase que muchos otros han hecho suya y que tiene algo de premonitorio, tal y como están demostrando varias investigaciones. Dormir poco y mal no sólo se traduce en ojeras y mal cuerpo a la mañana siguiente. 

Tiene consecuencias para la salud que van más allá y que, al menos en parte, ayudan a explicar por qué el mundo de hoy es como es. Varios trabajos han demostrado que existe una asociación entre los tiempos, la duración y la calidad del sueño y la aparición de trastornos de tipo metabólico. "Hay una relación muy directa, sobre todo con la obesidad", apunta Francisco Tinahones, jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y líder de un grupo de investigación en el CIBERobn sobre la patología metabólica asociada a la obesidad. Cuanto menos horas se duermen, mayor es el riesgo de aumento de peso, señala el especialista, quien subraya que está demostrado que "los sujetos que duermen menos hacen también menos actividad física" y, además, presentan una mayor ingesta de alimentos. 

"Por ejemplo, son más habituales los picoteos entre comidas", indica. Los mecanismos que están detrás de esta relación siguen estudiándose, aunque hay varias hipótesis que cuentan con muchos apoyos. Una revisión publicada en la revista The Lancet recoge las teorías más en boga. Una de ellas tiene que ver con cómo nuestro organismo maneja el azúcar. Según esta hipótesis, la falta o los desarreglos en el sueño tendrían un impacto directo sobre el metabolismo de la glucosa, provocando una progresiva falta de sensibilidad a la insulina y, en consecuencia, abriendo la puerta a la diabetes. Otra de estas líneas de investigación apunta que los lazos que unen al sueño y a enfermedades como la obesidad tiene más que ver con el control de la ingesta de alimentos. Esta teoría sugiere que la falta de sueño incrementa la producción de grelina, una hormona que aumenta las ganas de comer y, además, disminuye la labor de la leptina, que trabaja suprimiendo el apetito. 

Este doble efecto, señalan los investigadores, favorece sin duda la aparición del sobrepeso. "Se ha descrito que las personas que duermen poco tienen un perfil de adipoquinas diferente, lo que sugiere que, en su caso, el organismo activa señales que incrementan el apetito", señala Tinahones. La investigación tiene que continuar, pero está claro que el sueño es un factor de riesgo para padecer obesidad y otros problemas metabólicos que ha de tenerse en cuenta en las consultas, señala Tinahones, coincidiendo con el punto de vista del artículo de The Lancet. "Los profesionales sanitarios pueden recomendar con total seguridad a sus pacientes que disfruten de un tiempo suficiente de sueño en el momento adecuado del día", subrayan los autores del trabajo. "Sabemos que dormimos menos que hace 50 años y eso tiene consecuencias", comenta Tinahones, quien hace hincapié en que la relación entre sueño y obesidad es especialmente palpable entre los menores de 40 años. "Los estilos de vida son diferentes. Tenemos que saber que cualquier factor que genere estrés o determinados estímulos visuales tienen un impacto sobre el descanso nocturno", concluye. http://www.elmundo.es/salud/2014/04/04/5335c5e0ca474158338b4573.html

viernes, 28 de febrero de 2014

5 CONSEJOS PARA CONCILIAR EL SUEÑO Y PERMANECER DORMIDO


Problemas del sueño son cada vez más comunes, y un problema grave en nuestro país. De hecho, más de un tercio de los estadounidenses no duermen lo suficiente sobre una base regular. ¿Usted lucha con la falta de sueño? Se puede hacer una gran diferencia en su energía y sentimientos generales de bienestar. La cosa más importante en la promoción del sueño para la mayoría de la gente está tratando de mantener las hormonas de estrés bajo, que es un factor muy importante que impide a muchas personas para conciliar el sueño y permanecer dormido. Ya hemos tantos factores ambientales o de estilo de vida en nuestra contra cuando se trata de los ritmos circadianos y de cortisol, como la brillante y la luz artificial en la noche , no hay suficiente luz natural durante el día, hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarse, y simplemente meterse en la cama demasiado tarde.

Esto es común para las personas que viven en un ambiente moderno. De hecho, voy a admitir que lo que he luchado todos estos problemas en algún momento de mi vida. Estos factores conductuales y ambientales son las primeras cosas que hay que abordar si no duermes bien por la noche, ya que pueden hacer una gran diferencia en ayudar a conciliar el sueño y permanecer dormido. Pero ¿sabía usted que la nutrición puede afectar su sueño así? Siga leyendo para aprender cómo su dieta puede ayudar a dormir mejor! 

 1. Proteínas en el desayuno, los carbohidratos en la cena 

Mi primer consejo para mejorar el sueño mediante su dieta está concentrando su proteína por la mañana y los carbohidratos en la noche, lo cual es casi lo opuesto de la manera que la mayoría de la gente come. La dieta típica estadounidense es un gran plato de carbohidratos en la mañana, ya sea cereales, avena, o un producto de pan, y luego un enorme plato de carne en la noche. Si usted está tratando de promover el sueño, usted debe tratar de comer más de su proteína en la mañana y más de sus carbohidratos en la noche. Eso podría significar comer un poco de carne o pescado en el desayuno y la reducción de su tamaño de la porción de proteína en la noche. Sé que suena contradictorio, pero estoy seguro que muchos de ustedes pueden recordar momentos en los que ha comido una gran cantidad de proteínas antes de acostarse y vueltas y toda la noche. (Sé que he estado allí antes!) 

Comer más carbohidratos antes de acostarse puede ayudar a prevenir una caída de azúcar en la sangre durante la noche, que se elevará hormonas del estrés como el cortisol y puede incluso despertar a algunas personas por si es bastante extrema. Además, un estudio controlado reciente mostró que una comida de alto índice glucémico a base de carbohidratos resultó en una reducción significativa de la aparición del sueño en los durmientes sanos en comparación con una comida de bajo IG, y fue más efectivo cuando se consume 4 horas antes de acostarse. La proteína, por otra parte, requiere de mucha energía para digerir y casi puede actuar como un estimulante, que es ideal para la mañana, pero no tan grande en la noche. Usted no quiere que la secreción de cortisol está estimulando justo antes de acostarse, y hay alguna evidencia de que la ingesta de carbohidratos en realidad puede reducir el cortisol , especialmente en personas estresadas. Esta recomendación va incluso para las personas que siguen una dieta muy baja en carbohidratos - lo que realmente debe hacer su mejor esfuerzo para concentrar sus carbohidratos en la noche. 

 2. No comer demasiado / demasiado tarde. 

Es importante tratar de no comer demasiado en la noche o comer demasiado tarde. Los estudios muestran que una dieta suprime la melatonina, que es nuestro principal hormona del sueño. También hay datos que sugieren que la ingesta de alimentos durante el período nocturno se correlaciona con los efectos negativos sobre la calidad del sueño de los individuos sanos. Así que lo ideal es que tratar de comer por lo menos 2 horas antes de irse a la cama, si no más. Esto significa que si usted está recibiendo en la cama a las 10 pm, que desea terminar su última comida de 20:00. Si de verdad tienes hambre antes de dormir, trate de tener un pequeño, snack rico en carbohidratos como una banana o té caffeine-free/decaf caliente con crema o leche de coco y una cucharada de miel. 

 3. Evite la cafeína después del mediodía 

Otra cuestión que afecta el sueño está bebiendo demasiado café o bebidas con cafeína tener demasiado cerca de la hora de acostarse. El promedio de vida media de la cafeína es de 5 horas, lo que significa que usted todavía tiene una cuarta parte de la primera dosis de cafeína dando vueltas en su sistema 10 horas después de tomarlo. Y algunas personas son particularmente sensibles a la cafeína , lo que significa que puede persistir incluso más tiempo. Así que si usted va a tomar un café, asegúrese de que lo haces antes del mediodía y tratar de limitar a una o dos tazas. Si usted está realmente luchando por el sueño, puede intentar cortar la cafeína por completo. Esto incluye cosas como el chocolate, que es un estimulante y puede estropear el sueño si usted come demasiado cerca de la hora de acostarse. Puedo dar fe de que yo mismo ... por mucho que me encanta el chocolate, si me lo como antes de la cama tengo un tiempo horrible para conciliar el sueño. 

 4. Tome su vitamina D Más temprano 

Hay un poco de evidencia anecdótica de que tomar suplementos de vitamina D en la mañana puede ayudar a promover el sueño en comparación con el de tomarlos por la noche. Creo que esto sería ir a la comida a base de vitamina D, así como el aceite de hígado de bacalao. No estoy seguro de si hay alguna investigación para apoyar esta teoría, sino como un concepto que tiene sentido, ya que su cuerpo sólo se produce la vitamina D durante el día. No sabemos necesariamente todas las funciones de la hormona de la vitamina D juega, y es posible que uno de los que podrían regular el ritmo circadiano. Desde que he visto a otras personas que recomiendan este , voy a seguir adelante y lo sugiero como una manera para que las personas mejoren su sueño. Si usted está tomando suplementos de vitamina D que contiene, tomarlos en la mañana en lugar de por la noche. 

 5. Caldo de hueso antes de acostarse 

Otra recomendación dietética voy a hacer es consumir, ya sea caldo de hueso o gelatina por la noche para favorecer el sueño. La glicina en gelatina puede ayudar realmente a mejorar la facilidad y calidad del sueño , sobre todo en personas con insomnio. Otro estudio encontró que 3 gramos de glicina dadas a los sujetos antes de acostarse producen mejoras cuantificables en la calidad del sueño. La glicina es también un neurotransmisor inhibitorio , lo cual puede reducir la ansiedad y promover la calma mental. Y como sabemos, nuestras dietas son relativamente deficientes en glicina a menos que nos estamos comiendo un montón de piel animal, carne de los huesos, y caldos de hueso. Así que la mezcla en unas cuantas cucharaditas de polvo de gelatina en agua caliente o caldo antes de acostarse puede ayudar a promover el sueño. 

De cualquier manera, es un buen hábito para entrar, ya que la glicina es un aminoácido importante para ayudar a equilibrar toda la metionina que obtenemos de carnes de músculo. Probablemente hay muchas otras maneras de estimular el sueño mediante la nutrición, pero esos son los grandes bateadores que creo que la mayoría de la gente puede encontrar una manera de incluir en su rutina. Dormir de buena calidad es algo que personalmente lucho con para una variedad de razones, tales como la luz natural inadecuada durante el día, beber demasiado café en momentos inadecuados, comer demasiada proteína en la noche, y que ejercen demasiado tarde. Estoy seguro de que hay un montón de gente ahí fuera que tienen los mismos problemas de sueño como yo, para que todos podamos trabajar en ellos juntos! Dime, ¿hay técnicas nutricionales que se usan para ayudar a dormir mejor?
por Laura en 20 de febrero 2014 en Blog 80619534  ------------------------------------------------------

ENGLISH

Eating for Better Sleep: 5 Tips To Fall Asleep and Stay Asleep by Laura on February 20, 2014 in Blog 80619534 Sleep issues are increasingly common, and a serious issue in our country. In fact, over one third of Americans don’t get enough sleep on a regular basis. Do you struggle with poor sleep? It can make a huge difference in your energy and overall feelings of wellness. The most important thing in promoting sleep for most people is trying to keep stress hormones down, which is a huge factor that prevents many people from getting to sleep and staying asleep. We already have so many environmental or lifestyle factors working against us when it comes to circadian and cortisol rhythms, such as bright and artificial light at night, not enough natural light during the day, exercising too close to bedtime, and simply getting in bed too late. This is common for people living in a modern environment. In fact, I’ll admit that I’ve struggled with all of these issues at some point in my life. These behavioral and environmental factors are the first things you need to address if you’re not sleeping well at night, since they can make a major difference in helping you fall asleep and stay asleep. But did you know that nutrition can affect your sleep as well? Read on to learn how your diet can help you sleep better! 

1. Protein At Breakfast, Carbs at Dinner 

My first tip for improving sleep using your diet is concentrating your protein in the morning and carbohydrates at night, which is pretty much the opposite of the way most people eat. The typical American diet is a big bowl of carbs in the morning, either cereal, oatmeal, or a bread product, and then a massive plate of meat at night. If you’re trying to promote sleep, you should try eating more of your protein in the morning and more of your carbohydrates at night. That might mean eating some meat or fish at breakfast and reducing your protein portion size at night. I know it sounds counterintuitive, but I’m sure many of you can remember times where you’ve eaten a huge amount of protein before bed and tossed and turned all night. (I know I’ve been there before!) Eating more carbohydrates before bed can help prevent a blood sugar drop overnight, which will ramp up stress hormones like cortisol and can even wake some people up if it’s extreme enough. Also, a recent controlled trial showed that a carbohydrate-based high-glycemic-index meal resulted in a significant shortening of sleep onset in healthy sleepers compared with a low-GI meal, and was most effective when consumed 4 hours before bedtime. Protein, on the other hand, requires a lot of energy to digest and can almost act as a stimulant, which is great for the morning but not so great in the evening. You don’t want cortisol secretion being stimulated right before bed, and there’s some evidence that carbohydrate intake can actually reduce cortisol, especially in stressed people. This recommendation even goes for people on a very low carbohydrate diet – they should really do their best to concentrate their carbohydrates in the evening. 

2. Don’t Eat Too Much/Too Late. 

It’s important to try to not eat too much at night or eat too late. Studies show that eating suppresses melatonin, which is our primary sleep hormone. There’s also data that suggests that food intake during the nocturnal period is correlated with negative effects on the sleep quality of healthy individuals. So ideally you should try to eat at least 2 hours before going to bed, if not more. That means if you’re getting in bed at 10PM, you want to finish your last meal by 8PM. If you’re really hungry before bedtime, try having a small, carbohydrate-rich snack like a banana or hot caffeine-free/decaf tea with cream or coconut milk and a spoonful of honey. 

3. Avoid Caffeine After Noon 

Another issue that affects sleep is drinking too much coffee or having caffeinated beverages too close to bedtime. The average half-life of caffeine is 5 hours, which means that you still have one quarter of the first dose of caffeine rolling around in your system 10 hours after you drink it. And some people are especially caffeine sensitive, meaning it can linger even longer. So if you’re going to drink coffee, make sure you do it before noon and try to limit to one or two cups. If you’re really struggling with sleep, you might try cutting out caffeine altogether. That includes things like chocolate, which is a stimulant and can mess up your sleep if you eat it too close to bedtime. I can vouch for that myself… as much as I love chocolate, if I eat it before bed I have a horrible time falling asleep. 

4. Take Your Vitamin D Earlier 

There’s some anecdotal evidence that taking vitamin D supplements in the morning can help promote sleep as compared to taking them in the evening. I think this would go for food based vitamin D as well, such as cod liver oil. I’m not sure if there’s any research to support this theory, but as a concept it makes sense, since your body would only be producing vitamin D during daylight hours. We don’t necessarily know all the roles the vitamin D hormone plays, and it’s possible that one of those might be regulating our circadian rhythm. Since I’ve seen other people recommending this, I’ll go ahead and suggest it as a way for people to improve their sleep. If you’re taking vitamin D containing supplements, take them in the morning rather than at night. 

5. Bone Broth Before Bed 

One more dietary recommendation I’ll make is to consume either bone broth or gelatin in the evening to promote sleep. The glycine in gelatin can actually help improve sleep ease and quality, particularly in people with insomnia. Another study found that 3 grams of glycine given to subjects before bedtime produced measurable improvements in sleep quality. Glycine is also an inhibitory neurotransmitter, which can decrease anxiety and promote mental calmness. And as we know, our diets are relatively deficient in glycine unless we’re eating a lot of animal skin, meat off the bone, and bone broths. So mixing in a few teaspoons of gelatin powder into hot water or broth before bed may help promote sleep. Either way, it’s a good habit to get into, since glycine is an important amino acid to help balance out all the methionine we get from muscle meats. 

There are probably many other ways to promote sleep using nutrition, but those are the big hitters that I think most people can find a way to include in their routine. Getting good quality sleep is something I personally struggle with for a variety of reasons, such as inadequate natural light during the day, drinking too much coffee at inappropriate times, eating too much protein at night, and exercising too late. I’m sure there are a lot of people out there who have the same sleep issues as I do, so we can all work on them together! Tell me, are there any nutritional techniques you use to help you sleep better?

sábado, 8 de febrero de 2014

¿DORMIR JUNTOS O SEPARADOS?

SUEÑO 
Claves para el buen descanso

La decisión de dormir juntos es algo que sólo la pareja puede tomar.  Si uno de ellos tiene una patología del sueño, sí suele haber problemas Los ronquidos y algunas costumbres pueden dificultar el sueño en... Una de las calves para tener una buena salud, tanto física como mental, es tener un buen descanso. Y para esto es necesario llevar a cabo lo que los expertos llaman higiene del sueño, es decir, tener un dormitorio placentero, con un ambiente silencioso y con una adecuada iluminación y temperatura. 

Además de esto, es fundamental tener unos buenos hábitos. No es más que aplicar el sentido común, tal como explica la doctora Milagros Merino Andreu, especialista de la Unidad de Trastornos Neurológicos del Sueño del Hospital Universitario La Paz y del Programa de Medicina del Sueño del Hospital Rúber Internacional (ambos en Madrid): "Tener unos horarios de sueño regulares, hacer ejercicio preferentemente por la mañana, evitar todo aquello que pueda dificultar el sueño como estimulantes, tabaco o alcohol al final del día, etc.) y asumir que la cama solo sirve para dormir y las actividades sexuales (y no para ver la televisión, o manejar el ordenador)". Sin embargo, hay otro factor que parece inquietar a algunas personas. Para tener un descanso optimo, ¿qué es más recomendable dormir solos o hacerlo en camas separadas? 

Qué ocurre al dormir solo 

La clave de todo está en si afecta o no nuestra calidad de sueño. Y para esto, es necesario saber qué es y cómo, lo que nos hace despertarnos. El doctor Diego García-Borreguero, director del Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS), explica que durante el sueño el cerebro se aísla del entorno, la información que está recibiendo a través de los sentidos disminuye significativamente mientras se duerme. "Cuando tocamos a una persona que está dormida, si el estímulo (táctil en este caso) es suficientemente elevado se despertará. Hay aún relación con el exterior, pero tendemos a aislarnos", expone. Por tanto, si recibimos un estímulo muy elevado, del tipo que sea, (visual, acústico, etc.) se va a producir en el cerebro un microdespertar, esto es, una activación del cerebro desde la actividad cortical durante unos pocos segundos. 

En el sueño nocturno, añade el especialista, si cada 20 segundos emitimos un pequeño ruido de 15-20 decibelios, o si cada 15-20 segundos le tocamos a la persona con la que dormimos en el hombro, repetidamente a lo largo de la noche, haremos que tenga más microdespertares. "Permanecerá dormida pero tendrá un sueño más superficial y de mucha peor calidad", afirma. Y además, algunas veces, es posible que estos microdespertares se conviertan en despertares. La capacidad de despertarnos durante la noche, afirma, es mayor cuanta más edad tenemos, es decir, "a mayor edad, más probabilidad de despertarnos, aunque sea con estímulos leves", indica. En cambio, en el caso de un niño pequeño de 7-8 años, que viene dormido en el coche, podemos meterlo en la cama y ni se enterará. 

Ronquidos y otros problemas 

"He recomendado dormir en camas separadas muy pocas veces porque se trata de una decisión de la pareja. Sin embargo, cuando existe un trastorno de sueño cuya causa son los ronquidos o sacudidas bruscas en las piernas de la pareja, es conveniente descansar en camas distintas o, incluso, en dormitorios separados", argumenta la doctora Merino. 

La especialista alude de este modo a los estudios del doctor Blumen y colaboradores del Hospital Raymond Poincaré de París, que han observado (al analizar el sueño de las parejas) que quienes duermen con alguien roncador tienen más despertares nocturnos y menor calidad del sueño. Y sin embargo, matiza Merino, su sueño tiene una duración y estructura muy similar al de dormir solos . Otro de los estudios, realizado por este grupo de investigadores, ha analizado a parejas de roncadores en los que se ha observado que las interrupciones del sueño tienen relación con la persistencia y duración del ronquido, más que con la intensidad del mismo o la presencia de pausas respiratorias. "Los estudios del Dr. Blumen realizados a parejas de roncadores mediante registros polisomnográficos han objetivado que tienen más despertares (episodios de más de 15 segundos en los que el sujeto está despierto) pero un número similar de microdespertares (cuando los episodios tienen una duración de 3 a 15 segundos)", cuenta. 

Por otro lado, explica que el doctor Seidel y sus colaboradores, en Viena, han observado que las parejas de roncadores tienen más dolores de cabeza al despertar, que parece tener una relación directa con estos despertares nocturnos. En roncadores severos, expone García-Borreguero, la intensidad del ronquido puede llegar a cerca de los 45-50 decibelios, siendo además un sonido intermitente (es más fácil adaptarnos a un sonido continuo que a uno intermitente) dificultando, lógicamente, el sueño de la otra persona. Al igual que por ejemplo en las personas que tienen parasomnias, puede surgir un efecto en el sueño de la pareja. Sin embargo, apunta este especialista, hay pocos estudios sobre el sueño, ya que la metodología es muy cara. Lo que sí hay son muchas encuestas. Según explica, las parejas de roncópatas tienden a atribuir que duermen peor acompañadas, pero "hay discrepancia entre lo que son los datos objetivos y lo que es la queja de la pareja", mantiene. 

Cuando hacemos un estudio de sueño (cantidad, calidad, microdespertares, etc.) en parejas de roncópatas (con el ronquido y sin él) lo que vemos en general, es que no varía mucho la calidad ni la cantidad del sueño. Así, asegura que (en cuanto a dormir juntos o no) "no hay ninguna política oficial sobre ello". Eso sí, cuando hay patología, es conveniente evaluarla. La doctora Merino mantiene que en adultos, dormir en camas separadas es una decisión personal y muy íntima, ya que para muchas parejas representa un momento de complicidad al final del día. Sin embargo, añade que "cuando uno de los miembros de la pareja tiene un sueño caracterizado por eventos que interfieren el sueño del compañero, es aconsejable dormir en camas o dormitorios separados hasta que sea evaluado por un especialista en Medicina del Sueño, quien podrá ofrecer una solución al problema. Y, afortunadamente, esto es posible la gran mayoría de las veces".
ELISABETH NOGALES BEATRIZ G. PORTALATÍNMadrid 

lunes, 2 de septiembre de 2013

¿POR QUÉ EL SUEÑO AYUDA A APRENDER?

NEUROCIENCIA | Habilidades motoras

Seguro que más de una vez lo ha notado. Por la mañana, lo que tanto le costaba aprender en la tarde anterior -ya fuera un truco de patinaje o el temario de un temido examen- parece haberse grabado en su cabeza como por arte de magia. La 'culpa' de ese milagro la tiene el sueño, tal y como han demostrado numerosos estudios. Dormir ayuda a consolidar el aprendizaje, fija los conocimientos y contribuye a mejorar las habilidades adquiridas. Todo sucede mientras dormimos, pero la ciencia aún no ha podido descubrir los mecanismos que explican esta relación. Un equipo de investigadores de la Universidad de Brown (EEUU) ha tratado de abrir una pequeña vereda en la complicada maraña de la actividad cerebral noctura y ha conseguido identificar, con datos palpables, algunas de las claves del proceso. 

En concreto, estos científicos han observado que las mejoras en el aprendizaje de una habilidad motora se asocian de forma muy significativa con cambios particulares en las ondas cerebrales (la información viaja entre las neuronas mediante impulsos eléctricos que producen ritmos). Estos cambios se producían en la fase conocida como 'sueño de ondas lentas', una etapa en la que el sueño ya es bastante profundo y generaba una actividad particular en un área del cerebro que ya se había asociado anteriormente con las habilidades motoras. En su trabajo, los investigadores no han podido averiguar por qué el cerebo 'elige' la noche para aprender estas tareas, aunque sugieren que el órgano gris podría beneficiarse especialmente de esta etapa de descanso ya que permite una mayor disponibilidad de energía y no hay tantos estímulos que puedan 'distraerle' de su cometido. 

Para llevar a cabo su investigación, los investigadores realizaron un seguimiento durante cinco días a 15 individuos que debían aprender una determinada secuencia con sus dedos (como si tocasen el piano o escribiesen a máquina) con su mano no dominante. Durante el tiempo que duró la investigación, se monitorizó el sueño de los participantes a través de tres técnicas distintas de análisis cerebral -magnetoencefalograía, polisomnografía y resonancia magnética-, lo que permitió obtener datos claros del proceso. Tras unas horas de sueño, los participantes mejoraron en velocidad y precisión a la hora de realizar una tarea motora y, según las pruebas de imagen, eso se relacionó con cambios en el área motora cerebral, una zona situada en la mitad superior del cerebro. Según explican en las páginas de la revista 'Journal of Neuroscience', además de profundizar en esta investigación, el siguiente paso de su análisis será comprobar qué mecanismos cerebrales están implicados en el aprendizaje relacionado con el sentido de la vista.
 ELMUNDO.es

domingo, 24 de febrero de 2013

AUMENTA EL SONAMBULISMO EN MENORES

Aumento de sonambulismo en menores por la presencia de medios informáticos en sus cuartos La presencia de elementos informáticos en las habitaciones de los niños es "una de las causas" del incremento actual de los casos de episodios de sonambulismo entre los menores, tal y como ha asegurado a Europa Press, el vicepresidente de la Asociación Española del Sueño (Asenarco) y coordinador de la unidad de Pediatría de Hospital Quirón Valencia, el doctor Gonzalo Pin. A su juicio, los niños españoles "se acuestan muy tarde", algo que hace que estén "crónicamente deprimidos de sueño y tengan sueño crónico". El experto descarta que suela haber "una enfermedad de base" que cause estos síntomas, aunque sí reconoce que existe "una carga genética, un alto porcentaje de herencia". 

Al respecto, Pin afirma que "el 60 por ciento de los niños que tienen sonambulismo, tiene padres que tuvieron antecedentes". A pesar de que añade que existen otros factores desencadenantes, como "los trastornos respiratorios durante el sueño o el estrés", reconoce que la causa exacta "no se conoce". El sonambulismo es una parasomnia que se produce, "generalmente, en el primer tercio de la noche, en el paso de un sueño profundo no REM a un sueño más superficial", explica el experto. Lo que le ocurre a la persona que lo padece es que "mientras su cerebro está durmiendo, su cuerpo se despierta", algo que hace que realice "ciertos movimientos sin control cerebral", sostiene. Su incidencia es mayor en los niños, de los que un seis por ciento de los que tienen entre seis y once años lo padecen. Estos episodios suelen desaparecer "espontáneamente", ya que aproximadamente "un 65 por ciento" deja de sufrirlos transcurridos cinco años desde la primera vez que le ocurrieron, explica. 

El tratamiento para ellos se basa fundamentalmente "en la mejora de la higiene del sueño", además de en establecer medidas de seguridad para que no tenga ningún incidente durante los episodios, asegura Pin. No obstante, confirma que existen otras terapias, que no suelen ser necesarias, como "las técnicas conductuales basadas en los despertares precoces y, en algún caso, el tratamiento farmacológico si las consecuencias lo requieren". 

NUNCA HAY QUE DESPERTAR A UN SONÁMBULO 

Hasta que mejoran en su afectación, los menores pueden sufrir, dependiendo de la frecuencia y la intensidad del episodio, y de si existe enfermedad subyacente, "dificultades de aprendizaje y más irritabilidad". En cualquier caso, "no hay que despertar nunca a un sonámbulo durante los entre 5 y 15 minutos que dura el episodio, hay que observarlo para evitar que se haga daño", indica. Por su parte, cuando este problema aparece en la adolescencia o en la edad adulta, "lo primero que hay que hacer es tratar la posible enfermedad de base, que puede ser un trastorno respiratorio como la apnea del sueño", expone. Además, una de las posibles causas es el síndrome de las piernas inquietas, el cual hace que se realicen movimientos periódicos de estas extremidades "de manera involuntaria", señala. 

El origen puede ser aún peor si estos episodios se producen por primeras vez en un sujeto anciano, ya que las enfermedades que deriven en el sonambulismo pueden ser "las degenerativas del sistema nervioso central", manifiesta Pin. Tras los síntomas del sonambulismo "aparecen los propios de la patología", confirma. Los pacientes de sonambulismo tienen una frecuencia episódica "muy variable" en la que son capaces de hacer "actividades que el cerebro ha automatizado. Éstos son capaces de "levantarse, abrir la puerta o la ventana y salir por ellas o acceder a la cocina y coger un cuchillo", por lo que las medidas de seguridad también son necesarios para ellos, argumenta. En cualquier caso, se debe acudir al médico, ya que los tranquilizantes que se suelen automedicar los pacientes "no sirven para nada", mantiene Pin. 

Lo que sí es beneficioso es la actividad física, "sobre todo a primera hora de la mañana", y la siesta de una duración "de entre 15 y 20 minutos". Por último, el experto de Asenarco se refiere a dos circunstancias típicas de las parasomnias, como levantarse a comer o hablar en sueños. Respecto a la primera, señala que no es propia exactamente del sonambulismo y que es una patología en sí misma; mientras que hablar cuando se está dormido sí es probable en un sonámbulo, aunque éste "no responde a preguntas y es difícil entenderlo".
27 Ene. (EUROPA PRESS)

domingo, 11 de noviembre de 2012

EL 60% DE LOS NIÑOS ESPAÑOLES NO DUERME LAS 10 HORAS RECOMENDADAS

UN PROGRAMA EDUCATIVO IMPULSA BUENOS HÁBITOS EN ESTE CAMPO 

El 60 por ciento de los niños españoles no duerme las 10 horas recomendadas y, de ellos, el 30 por ciento tiene síntomas de somnolencia diurna, advierte el director del Instituto de Investigaciones del Sueño, el doctor Diego García Borreguero, con motivo de la presentación este miércoles del programa educativo 'I Have a Dream' de Philips con el que se pretende impulsar buenos hábitos en este campo. 

De este modo, este experto ha subrayado la importancia que cobra dormir las horas estipuladas durante la infancia, pues "el crecimiento del sistema nervioso depende de cuantas horas se duerma". Además de que "no dormir lo suficiente" predispone a la diabetes y obesidad. "No dormir lo suficiente va a cobrar un precio", ha advertido. Asimismo, durante la primera hora de sueño se produce el 60 por ciento de la secreción total de la hormona de crecimiento. En general, "el sueño juega un papel fundamental en muchas esferas del desarrollo infantil tales como la conducta, el rendimiento escolar y el crecimiento", ha señalado. 

Sin embargo, García Borreguero ha lamentado que, desde 1985 hasta la fecha, la hora de acostarse se ha retrasado unos 30 minutos. "Existe la tendencia creciente a que se acuesten cada vez más tarde", ha remarcado. En este sentido, el director del Instituto de Investigaciones del Sueño ha señalado que el 66 por ciento de los niños de entre 10 y 15 años deciden ellos mismos la hora a la que se van a dormir. En este fenómeno, ha dicho, juega un importante papel la exposición a la televisión por la noche, "que va a mandar una señal errónea al cerebro" y, de esta manera, el niño va a estar más tiempo en vigilia. 

De este modo, al dormir menos horas, el niño, durante el día, está "más disperso", aprende "peor", lo que puede dar lugar al síndrome de déficit de atención. Además de que el niño está más "irritable" y cuenta con dificultades a la hora de relacionarse con los demás. Por ello, este experto ha subrayado la importancia de que, desde pequeños, establezcan unas rutinas "que favorezcan el sueño", ya que dormir mal durante la infancia "predispone a los trastornos del sueño" en la vida adulta. "Las alteraciones del sueño son frecuentes en la edad infantil y,a diferencia de lo que ocurre en el adulto, afectan también y de manera intensa a la calidad de vida de su entorno familiar", ha insistido. 

IMPORTANCIA DE LA LUZ 

 Unos buenos hábitos de higiene del sueño pasan por utilizar la luz natural siempre que sea posible, apagar las luces que no sean necesarias e intentar no recibir luz en los ojos directamente. A este respecto, este experto ha asegurado que la importancia que juega la luz a la hora de fomentar el sueño "está menos explorada" pese a que existe más documentación científica. En este sentido, ha puesto como ejemplo a padres que acuden a la consulta explicando que sus hijos padecen el síndrome de fase de sueño retrasada, al acostarse a las 3 ó 4 de la mañana. Entonces, la primera medida que establecen los profesionales es la de colocarles unas gafas oscuras y exponerles a luces a "determinada distancia" por las mañanas. 

Se trata de que el organismo reciba luz a primera hora de la mañana y oscuridad por la noche, pues la secreción de melatonina, sustancia liberada en el cerebro en condiciones de oscuridad, fomenta el sueño. "Jugando con la luz y oscuridad se adecua el sueño de los niños", ha insistido 'I HAVE A DREAM' 

Por su parte, la campaña 'I have a dream', promovida por Philips y respaldada por el Instituto de Investigaciones del Sueño, está dirigida a alumnos de 3º de Educación Primaria con el objetivo de impulsar buenos hábitos en este campo. Este programa bilingüe, presentado este miércoles en el colegio Pintor Rosales de Madrid, se desarrolla mediante aplicación diseñada para pizarra digital. A final de cada sesión, de una hora de duración, los niños serán invitados a participar en el concurso de redacción 'I have a dream' en el que podrán optar a varios premios, consistentes en artículos de la marca. "'I have a dream' forma parte del programa global SimpliHealthy@Schools. 

Esta iniciativa tiene un doble objetivo, por un lado refleja el compromiso de Philips con la salud y los hábitos de vida saludables, y por otro ofrece la posibilidad a los empleados de participar en acciones de voluntariado", ha señalado la directora de Comunicación, Relaciones Públicas y RSC Philips Ibérica, Ángeles Barrios. Durante el mes de noviembre, participarán en el programa los colegios Estudiantes Las Tablas, Alberto Alcocer, Claudio Moyano, San Eugenio y San Isidro, Dámaso Alonso, Eugenio Maria de Hostos, Regimiento Inmemorial del Rey y Pablo Picaso, situados en la Comunidad de Madrid.
MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) 

domingo, 28 de octubre de 2012

LOS ADOLESCENTES ESPAÑOLES DICEN QUE NECESITAN DORMIR MAS

HASTA EL 75%

El 75 por ciento de los adolescentes españoles reconoce que necesita dormir más todos los días, según un estudio publicado en la revista electrónica 'FAMIPED' recogido por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). De hecho, diversos estudios realizados en el medio escolar han mostrado que un 10 por ciento de los alumnos presentaba somnolencia durante el día y que casi el 20 por ciento se encontraba cansado en horario escolar. La causa más frecuente de esta somnolencia es el sueño insuficiente en cantidad, es decir, que el niño duerme pocas horas porque se acuesta tarde o porque se despierta demasiado temprano. Aquí se incluye el insomnio de inicio o la ausencia de un hábito correcto de sueño, con múltiples despertares. 

Por ello, y para combatir este problema, los expertos han recomendado instaurar una adecuada 'higiene del sueño', que consiste en hacer partícipe al niño, desde los primeros meses de su vida, de unas rutinas razonables en los horarios y actuaciones en la cena y al irse a la cama. En el caso de los adolescentes, la somnolencia suele estar motivada, además de por lo anterior, por el llamado 'retraso de fase' en el que, a una base fisiológica de inicio del sueño a una hora más tardía se añade una tendencia en la sociedad a mostrar a los chicos una visión atractiva de la noche. 

Por otra parte, el uso del móvil, Internet o televisión durante las horas inmediatas a aquellas en las que el adolescente se acuesta, unido a unos horarios de salir y acostarse excesivamente tardíos durante los fines de semana, así como el exceso en el consumo de bebidas con cafeína, conducen también a un "círculo vicioso" de insomnio nocturno y somnolencia diurna de "nefastas consecuencias en las relaciones familiares, sociales y de rendimiento académico de estos jóvenes". 

Por estos motivos, los especialistas han aconsejado a los padres no permitir que sus hijos vean la televisión en la cama, utilicen Internet en las últimas horas del día, practiquen deporte antes de acostarse y consuman bebidas con cafeína. Además, les han recomendado que les digan que apaguen el teléfono móvil por la noche para favorecer el sueño. Por último, han destacado la necesidad de que se elabore, consensue y pacte un horario de estudio y de tiempo libre donde, además, haya una lista de "extras" en función de la edad y de la persona que, en el caso de los adolescentes, suelen estar relacionados con el ordenador, salir con amigos, tiempo de ver la televisión, uso del móvil y de dispositivos de música, videoconsolas, entre otros. 

"En el calendario deben figurar las horas de llegar a casa, de merendar, de realizar las tareas escolares y de acostarse, teniendo en cuenta que, por ejemplo, un adolescente debe dormir 10 horas, aproximadamente. El estudio siempre será lo primero", ha zanjado la AEPap basándose en la información de la revista 'FAMIPED'.
EUROPA PRESS MADRID

sábado, 25 de agosto de 2012

RECOMIENDAN UN EQUILIBRIO ENTRE HORAS DE ESTUDIO Y SUEÑO

RECOMIENDAN UN EQUILIBRIO ENTRE HORAS DE ESTUDIO Y SUEÑO 

Estudiar la noche de antes del examen pone en riesgo el éxito académico.
Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha alertado del riesgo que puede suponer para los estudiantes sacrificar el sueño de la noche antes de un examen para estudiar más, tras haber comprobado que el rendimiento más óptimo se consigue cuando hay un equilibrio entre el tiempo de estudio y el sueño. Asó se desprende de los resultados del estudio que publica la revista 'Child Development', cuyos autores han querido analizar una práctica frecuente entre los estudiantes, que suelen hacer un sobreesfuerzo la noche antes de sus exámenes a costa de dormir poco o nada.

"Nadie está sugiriendo que los estudiantes dejen de estudiar", ha reconocido Andrew J. Fuligni, uno de los autores del estudio, sino que "tengan en cuenta que las horas de sueño pueden ser determinantes para su éxito académico". En este caso, los investigadores analizaron las pautas de estudio de 535 estudiantes de secundaria de Los Ángeles, a quienes se les pidió que llevaran un diario durante 14 días en el que apuntar su tiempo de estudio, las horas de sueño y sus problemas académicos (no entender algo en clase o un bajo rendimiento en una tarea o examen).

En general, los investigadores encontraron que quienes más estudiaban sacaban mejores calificaciones pero al indagar en los momentos dedicados al mismo, observaron que estudiar por la noche --asociado a menos horas de sueño-- se relacionaba cada vez más con problemas académicos. Asimismo, la falta de sueño también daba lugar a mayores problemas académicos el día siguiente. "El éxito académico puede depender de la estrategia de estudio a seguir", ha explicado Fuligni, quien insiste en fijar un horario de estudio al día en el que "se evite tener que renunciar al sueño".
 23 Ago. (EUROPA PRESS) -

viernes, 10 de agosto de 2012

LA SIESTA MAS BENEFICIOSA...

EVITAR EL SUEÑO PROFUNDO
La siesta que más beneficia a la salud es aquella que dura un máximo de 30 minutos y que se realiza en el sofá, según ha asegurado a Europa Press el coordinador del grupo de trabajo de Salud Mental de la Sección del Sueño de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), Enric Zamorano.

Y es que, después de comer el organismo experimenta una sensación de cansancio que hace necesario que, normalmente, se tenga que echar una pequeña siesta o se tomen bebidas excitantes --como el café o la tila-- para poder seguir con el mismo ritmo de actividad. Ahora bien, el experto ha avisado de que las siestas pueden ser también negativas ya que, en el caso en el que la duración sea demasiado larga, puede provocar que por la noche no se tenga sueño. "El sueño es algo beneficioso para el organismo porque repara lo que has desgastado tanto física como psicológicamente.

Sin embargo, echarse la siesta es cuestión de poco tiempo y de no tener un sueño profundo porque, de lo contrario, puede provocar que no duermas por la noche", ha recalcado el experto. Echarse la siesta siempre ha sido considerada como una costumbre española, tanto para los niños como para los adultos, aunque, según ha recordado Zamorano, ya han aparecido varios estudios científicos de distintos países que han demostrado los beneficios que tiene dormir media hora después de comer. Además, existen ya empresas que ponen a disposición de sus trabajadores habitaciones para que duerman la siesta. "Es más malo no dormir que no comer", ha recalcado el experto para zanjar insistiendo en la importancia que tiene realizar una siesta corta y no muy profunda.
3 Ago. (EUROPA PRESS) - 

domingo, 10 de junio de 2012

DESARROLLAN UN CALCETÍN INALÁMBRICO QUE MIDE LOS FACTORES DE LA CALIDAD DEL SUEÑO

INGENIEROS DE CYL 

Desarrollan un calcetín inalámbrico que mide los factores que influyen en la calidad del sueño 
El proyecto ayudaría a afectados por insomnio y otros trastornos del sueño.


Un calcetín inalámbrico desarrollado por ingenieros de Castilla y León mide los factores que influyen en la calidad del sueño y que podría ayudar a los afectados por insomnio y otros trastornos del sueño, así como problemas relacionados con el estrés o la ansiedad y cuyas manifestaciones podrían desembocar en alteraciones del descanso o incluso complicaciones cardiovasculares. Esta prenda, que en su origen iba a ser un guante y después pasó por otras posibilidades como la de faja, cuenta con un sistema "multisensorial" que recoge las "señales vitales" del cuerpo durante el sueño, tales como la temperatura periférica del cuerpo, la respuesta galvánica de la piel o el pulso cardiaco, según ha explicado una de las responsables del proyecto, la palentina Alba Espinosa, en declaraciones realizadas a Europa Press. 


 Por su parte, el otro de los responsables de la iniciativa, el vallisoletano Alberto Santiago, ha concretado que se trata de una típica prenda para cubrir el pie, pero dotada de sensores que miden los factores mencionados anteriormente. Así, un dispositivo GSR es el responsable de recoger la información que ofrece la piel a través de la sudoración y otros factores con los que se puede determinar el nerviosismo o el estrés del usuario. Un segundo sensor, en este caso colocado junto al primer dedo del pie, se encarga de medir la temperatura periférica del organismo durante las distintas fases del sueño, de forma que si los valores se mantuvieran dentro de un rango "normal", el individuo conciliaría el sueño "bien", mientras que en el caso, por ejemplo, de una pesadilla, ésta se incrementaría de forma anormal. 

 El tercer elemento de medición se encarga del pulso cardíaco y la presión arterial --pulsioximetría--, la cual puede reflejar problemas cardiovasculares relacionados con el sueño y que muchas veces degeneran en infartos mientras se duerme. Otras posibles aplicaciones del proyecto serían la investigación de fenómenos como el sonambulismo o incluso las pesadillas. Estos tres sensores se encuentran conectados a través de cables a un módulo instalado en el interior de una pequeña caja donde un dispositivo 'XBEE' transmite la información de manera inalámbrica hasta un ordenador que lo recibe mediante un receptor conectado por vía USB. 

Una vez allí, mediante el software Matlab se procesan los datos y se pueden analizar de forma gráfica, por lo que el producto va dirigido tanto para usuarios domésticos como para especialistas que "pueden comprender y aprovechar mejor la información obtenida", según Espinosa. MATRICULA DE HONOR El prototipo, ideado como Proyecto Fin de Carrera por estos dos alumnos de Ingeniería Técnica Industrial en la especialidad de electrónica de la Universidad de Valladolid (UVA), ha contado con la coordinación del investigador del Centro Tecnológico Cartif y profesor asociado de la Universidad, Fernando Gallego y ha obtenido una calificación de 9,8 y Matrícula de Honor.

 No obstante, Alberto Santiago ha apostado por "optimizar" el modelo, mediante la reducción del tamaño de la caja donde se ubica el dispositivo 'XBEE' y la batería de seis voltios que alimenta el calcetín, así como añadir nuevos sensores que recojan otros factores que condicionan el sueño como la temperatura ambiente, el ruido (para lo que implementarían un software 'Truerta'), la luminosidad o la humedad de la habitación. Para mejorarlo y completar los trámites de patente, Santiago y Espinosa han decidido presentar el proyecto a la convocatoria de becas 'Prometeo', que se resolverá previsiblemente en este mes de junio.

 Ambos han mostrado su deseo de que alguna empresa se interese en el proyecto para poder trabajar en su desarrollo. En cuanto a su posible salida comercial, Alberto Santiago ha señalado que, de lograr financiación, podría estar disponible en farmacias u ortopedias en el plazo de un año, con un coste de venta al público que este joven ingeniero ha estimado en 100 euros. En cuanto a su concepción como guante o faja, Alba Espinosa ha reconocido que al final se decantaron por el calcetín por ser "más original" y porque resultaba "menos molesto" para usar durante el sueño, aunque ha confesado que "hasta que no se desarrolle", su diseño actual "aún resulta poco práctico", por lo que ha insistido en las posibilidades de implementarlo para favorecer su difusión.

 Espinosa también ha ensalzado el "esfuerzo" que requirió el proyecto a lo largo de los cerca de diez meses que tardaron en completarlo, durante los cuales "hubo que empezar de nuevo varias veces", aunque ha reconocido que tanto a ella como a su compañero les gustó la iniciativa porque "tocaba un poco de todo lo visto a lo largo de la carrera".
 (EUROPA PRESS) 

sábado, 17 de diciembre de 2011

CUANTO MENOS SE DUERME MAS SE QUIERE COMER

Alerta de la SEEN y la SEEDO

Sociedad Española Endocrinología NutriciónDía Persona ObesaSociedad Española Estudio Obesidad AlJavier Salvador .



La falta de sueño conlleva un aumento de las hormonas que incitan al apetito y a la ingesta de alimentos ricos en grasa y azúcares

La falta de sueño conlleva un aumento de todas las hormonas que incitan al apetito y provoca la ingesta precisamente de alimentos ricos en grasa y azúcares, lo que repercute en un incremento del peso corporal. Sin embargo, una sola hora de diferencia en la duración del sueño por sí sola es capaz de poner en marcha mecanismos que ayudan a mantener el peso, según han explicado expertos con motivo del Día de la Persona Obesa, que se celebra este miércoles.

Dormir al menos 8 horas diarias es una más de las actitudes que deben adoptarse para intentar conseguir y mantener un peso adecuado, explican expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) .

Al parecer, esto es consecuencia de dos hormonas -leptima y la ghrelina- relacionadas con el apetito y que se modifican con las horas de sueño. "La leptina, que inhibe la sensación de hambre, y la ghrelina, que estimula el apetito", explica el presidente de la SEEN, el doctor Javier Salvador. Así, a menor tiempo de sueño, las concentraciones de leptina disminuyen y aumentan las de ghrelina, o lo que es igual, cuanto menos dormimos más queremos comer.

"En la última década se ha puesto en evidencia la existencia de una estrecha correlación entre dormir pocas horas y un mayor riesgo de ser obeso. Es por ello que para prevenir el desarrollo de obesidad en nuestra sociedad, así como para intentar que las personas obesas pierdan peso, junto a los obligados cambios del estilo de vida (alimentación y ejercicio), es necesario dormir al menos 7 u 8 horas diarias", añade.

En concreto, el coordinador del Grupo de Trabajo de Obesidad de la SEEN, el doctor Albert Lecube, desaconseja dormir menos de 7 horas, y afirma que se ha comprobado que aumentar las horas de sueño de 6 o menos hasta 7 u 8 horas, durante un periodo de 6 años, se acompaña de un menor aumento del índice de masa corporal y de una menor acumulación de grasa corporal.

Asimismo, destacan la estrecha relación entre las horas de sueño y la presencia de obesidad en niños. Se ha constatado que los niños obesos duermen menos que aquellos niños que tienen normopeso, explica el presidente de la SEEDO, profesor Felipe Casanueva.

"En España, los niños duermen una media de menos de ocho horas al día, algo insuficiente y que, además, provoca otros hábitos perjudiciales con repercusión negativa en el incremento del peso corporal, como es no desayunar", advierte Casanueva, quien hace hincapié del gran problema que supone la obesidad infantil, "dado que un alto porcentaje de niños obesos mantiene este trastorno cuando son adultos".

Actualmente, añade Lecube, "se considera que en los niños, dormir 5 o menos horas casi duplica el riesgo de ser un adulto obeso". De hecho existen estudios que apuntan que niños que más duermen durante sus primeros 11 años de vida tienen un menor riesgo de ser obesos en la edad adulta, independientemente del sexo, las horas que pasan viendo la televisión, la situación socioeconómica de los padres, o la actividad física que realicen.

SUEÑO DE BUENA CALIDAD
En relación a los adultos, lo expertos señalan que ocurre lo mismo. En gente mayor se ha observado que tanto el índice de masa corporal como el perímetro de cintura es significativamente mayor entre aquellos que duermen menos de 5 horas. En concreto, dormir menos se asocia con un aumento del perímetro de la cintura de 6,7 centímetros para los hombres y de 5,4 centímetros para las mujeres.

Junto a las horas de sueño, Casanueva añade que también es fundamental tener una buena calidad del sueño y, advierte de que "en España se sufre una de las mayores contaminaciones lumínicas y de ruido del mundo, lo que también incide en el aumento del peso".

Por otra parte, recuerda que la relación entre sueño y obesidad es bidireccional, de forma que "la obesidad es el principal factor de riesgo para desarrollar alteraciones respiratorias y apneas durante el sueño y producir una mayor somnolencia diurna". "En los niños, además esto supone un aumento del riesgo de hipertensión y cardiovascular".

Asimismo, dormir poco se asocia también con un riesgo dos veces mayor de desarrollar una diabetes, así como con una mayor prevalencia de hipertensión arterial. Sin embargo, el principal factor de riesgo se asocia con la hipersomnia diurna y el mayor riesgo de accidentes.

En la actualidad, recuelan desde la SEEN y SEEDO, el 23 por ciento de la población española de más de 18 años tiene obesidad, enfermedad que está presente en el 35 por ciento de los mayores de 65 años. Junto a la disminución de la calidad de vida que comporta, aumenta también el riesgo de presentar otras enfermedades graves como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, el síndrome de apneas-hipoapneas del sueño, y diversos tipos de neoplasias, como cáncer de colon.

"Se trata de un problema de salud pública de primer orden, que se asocia a una gran comorbilidad y coste sociosanitario. Favorece la aparición de muchas enfermedades, siendo éstas más frecuentes que en las personas con peso normal", afirma el presidente de la SEEN.
MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

sábado, 2 de julio de 2011

DORMIR MÁS PARA GANAR MÁS PARTIDOS

FISIOLOGÍA Descanso nocturno

Dormir más para ganar más partidos.

A partir de ahora puede que los entrenadores deportivos decidan añadir una nueva y sencilla táctica para que sus jugadores ganen todos los partidos: dormir más. Porque prolongar las horas de sueño es un factor clave para mejorar el rendimiento.


Lo defiende un equipo de investigadores estadounidenses liderados por Cheri Mah, de la Clínica de Trastornos del Sueño y Laboratorio de Investigación de la Universidad de Stanford (EEUU), tras llevar a cabo una investigación con estudiantes sanos del equipo de baloncesto de la universidad mencionada.


"Mientras que existen multitud de estudios del sueño que han examinado la relación entre dormir más y el funcionamiento cognitivo, se han llevado a cabo muy pocos sobre los efectos de prolongar el descanso en el rendimiento físico. De hecho, por lo que sabemos, no existen hasta la fecha trabajos que hayan documentado los efectos de dormir más en el rendimiento de los deportistas que están compitiendo activamente", introducen los autores en su ensayo.


En el estudio, publicado en el último 'Sleep', han participado 11 estudiantes, con una media de edad de 19 años. La investigación se llevó a cabo durante dos temporadas de baloncesto de 2005 a 2008. Los participantes mantuvieron sus habituales patrones de sueño y vigilia durante un periodo de dos a cuatro semanas de referencia durante la temporada del Campeonato de la División I de Baloncesto Masculino de la NCAA, con una media de horas de sueño de entre seis y nueve cada noche.


Posteriormente, extendieron el tiempo de descanso a lo largo de cinco a siete semanas. "El objetivo final era que alcanzaran las ocho horas y media diarias", documentan los autores.


"Para monitorizar los ciclos de sueño-vigilia, utilizamos la actigrafía, además de que solicitamos a todos los estudiantes que rellenaran cuestionarios diarios sobre su sueño. La actigrafía permite conocer la estructura del sueño mediante el uso de un dispositivo que se lleva en la muñeca las 24 horas del día y que evalúa la actividad física", relatan los investigadores. Se llevaron a cabo, asimismo, varias pruebas con el objetivo de evaluar el rendimiento, el tiempo de reacción, los niveles de somnolencia durante el día y el estado de ánimo de todos los participantes.


Sensaciones positivas


Los datos demuestran que a más horas de sueño, mejor rendimiento atlético. Dormir más contribuye además a acortar el tiempo de reacción, eleva el vigor, reduce el estado de fatiga y aumenta el estado de ánimo de los jugadores. "Incluso logra mejorar las habilidades en el baloncesto", recalca los autores de la investigación.


En la mayoría de los deportes, la "actitud mental de un atleta es fundamental, tanto para el entrenamiento como para la competición. Con un aumento del tiempo total de sueño, los sujetos reconocieron tener la sensación de mejorar en el juego. Estos hallazgos sugieren que la obtención de horas extra de descanso es probable que tenga efectos beneficiosos sobre el bienestar general y la mente de los atletas", apunta el trabajo.


Para Cheri Mah, "la necesidad de sueño de un deportista debe ser considerada una parte fundamental para alcanzar el máximo rendimiento en todos los niveles". Por ello, les aconseja: "Priorizar el descanso como parte de su régimen de entrenamiento regular. Extender el sueño durante varias semanas para reducir la deuda del mismo antes de la competición, llevar una buena higiene del sueño (acostarse y levantarse a la misma hora) y dormir siestas cortas (de entre 20 y 30 minutos)".


Patricia Matey Madrid

jueves, 19 de mayo de 2011

LA PRIVACIÓN DEL SUEÑO PODRÍA GENERAR AUMENTO DE PESO

RALENTIZA EL RITMO DE QUEMA DE CALORÍAS
La privación de sueño podría generar un aumento de peso

Estados Unidos apnea del sueño Journal of Centro de Investigacion


La privación de sueño ralentiza el ritmo en el que el organismo quema calorías, lo que podría provocar un aumento de peso. Así lo señala un estudio realizado por investigadores de la Universidad Uppsala (Suecia), cuyos resultados se han publicado en 'American Journal of Clinical Nutrition'.

Según el líder de este estudio, Christian Benedict de la Universidad Uppsala, este trabajo sugiere que dormir el tiempo necesario podría prevenir el aumento de peso. "Nuestros descubrimientos demuestran que una noche de privación de sueño reduce el gasto de energía en hombres sanos, lo que sugiere que el sueño contribuye a la regulación del gasto de energía durante el día en los humanos", señala.

Anteriores estudios habían vinculado la privación del sueño con la ganancia de peso y también habían demostrado cómo la interrupción del sueño también trastoca los niveles de estrés y de hambre relacionados con las hormonas durante las horas de vigilia.

Para ayudar a identificar los mecanismos exactos por los que una falta de sueño puede tener estos efectos, Benedict su equipo puso 14 estudiantes universitarios varones a través de una serie de "condiciones" de sueño -- restricción del sueño, no permitir el sueño o un sueño normal-- durante varios días. Después midieron los cambios en cómo comían, sus niveles de azúcar, sus niveles hormonales y los indicadores de sus tasas metabólicas.

Descubrieron que, incluso una sóla noche de privación del sueño, ralentizaba el metabolismo la mañana siguiente, reduciendo el gasto de energía para tareas como respirar y digerir de un 5 por ciento a un 20 por ciento, en comparación con la mañana después de una noche de descanso.

Los hombres jóvenes tenían incluso mayores niveles matutinos de azúcar en sangre; de hormonas de regulación del apetito, como la ghrelina y de hormonas del estrés, como el cortisol tras una interrupción del sueño. Aún así, la pérdida de sueño no disparó la cantidad de comida que los hombres consumieron durante el día.

Diversos estudios han observado que la gente que duerme cinco horas o menos es más propensa a engordar y a sufrir enfermedades relacionadas con el peso, como la diabetes tipo 2. Sin embargo, estos estudios no prueban que la privación de sueño cause una ganancia de peso.

Los expertos dicen que factores como el estilo de vida o la dieta podrían añadir riesgos de obesidad y que no está claro que la falta de sueño lleve a la obesidad.

Para Sanford Auerbach, jefe del Centro de Trastornos del Sueño del Boston Medical Center, señala que la privación de sueño es un tema complejo, con medicación y otros asuntos que lo influencian también, por lo que pide que estos nuevos descubrimientos se valoren en su contexto.

"Demuestran que nos adaptamos a la privación de sueño y que algunas de estas adaptaciones podrían, teóricamente, contribuir a la obesidad", dice este experto, añadiendo que no está claro cómo la falta de sueño crónica influencia los niveles hormonales. La Fundación Nacional del Sueño recomienda que los adultos duerman entre siete y nueve horas cada noche.
17 May. (Reuters/EP) -

miércoles, 8 de septiembre de 2010

MENOS SUEÑO MÁS RIESGO DE OBESIDAD

Los bostezos continuos y la falta de atención en clase no son las únicas consecuencias de la falta de sueño en la adolescencia. Dormir menos de ocho horas al día también puede influir de forma considerable en las posibilidades de acumular kilos de más, según los resultados de una reciente investigación.

Sus datos, que se publican esta semana en la revista 'Sleep', muestran que los jóvenes que descansan menos de lo necesario consumen más cantidad de productos ricos en grasas y 'snacks' que el resto de sus compañeros.

Los autores de este trabajo, investigadores de la Universidad de Case Western Reserve (Cleveland, EEUU), realizaron un seguimiento a 240 adolescentes cuyas edades oscilaban entre los 16 y los 19 años.

Además de un análisis de sus hábitos alimentarios –realizado mediante de un exhaustivo cuestionario que repasaba todo lo consumido en las 24 horas anteriores-, también midieron las horas de sueño de cada participante a través de un dispositivo capaz de captar los movimientos colocado en su muñeca.

Los resultados de su trabajo pusieron de manifiesto que "comparados con quienes dormían más de ocho horas, los jóvenes con carencias de sueño consumían una mayor proporción de productos ricos en grasas y una menor proporción de calorías procedentes de carbohidratos", tal y como explican los investigadores en su trabajo.

Además, los más noctámbulos también tomaban una mayor proporción de aperitivos y 'snacks' que el resto.

"Una corta duración del sueño puede incrementar el riesgo de obesidad al producir pequeños cambios en los patrones alimenticios que alteran el balance energético", comentan los autores, quienes subrayan que esta relación resultó ser mucho más fuerte entre las chicas.

Aunque no han podido establecer los mecanismos que explican esta asociación, los investigadores sugieren que, además de proporcionar más oportunidades para asaltar la nevera, la falta de sueño puede alterar la función metabólica, provocar mayor sensación de estrés o reducir la energía y las ganas de practicar ejercicio.

"Es fundamental establecer pautas adecuadas de sueño y alimentación desde la niñez porque llevar una vida desorganizada en este sentido afecta al funcionamiento del organismo y, en personas predispuestas genéticamente, puede conducir al sobrepeso", apunta Cristina Azcona, especialista en Endocrinología Pediátrica de la Clínica Universidad de Navarra.
Cristina G. Lucio Madrid