Este blog pretende ser un herramienta de intercambio de información, experiencias y conocimientos, para ampliar en lo posible la formación y poner de manifiesto la relación entre la capacidad motriz y la inteligencia.La defensa indivisible del hombre para que su desarrollo sea equilibrado. Los conocimientos no se dan aislados tal como ofrece la educación actual... somos una unidad.
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domingo, 1 de abril de 2018
lunes, 10 de enero de 2011
MÚSICA PLACENTERA ¿PARA HACER EJERCICIO?
Canciones imprescindibles. Canciones que nos aceleran el pulso y la respiración. Canciones que nos ponen la piel de gallina y que desencadenan en el cerebro una cascada de reacciones mediadas por la dopamina en el sistema de recompensa. Un estudio revela que la música puede ser tan placentera como la droga
¿Quién no ha visto hacer ejercicio por cualquier calle del mundo a alguien con unos cascos?
Las personas experimentamos un intenso placer frente a estímulos que son necesarios para sobrevivir (comida), a las llamadas recompensas secundarias (dinero) y a las sustancias que promueven esas reacciones químicas (drogas). Pero también tenemos la capacidad de obtener placer a través de estímulos abstractos como la música o el arte.
Las personas experimentamos un intenso placer frente a estímulos que son necesarios para sobrevivir (comida), a las llamadas recompensas secundarias (dinero) y a las sustancias que promueven esas reacciones químicas (drogas). Pero también tenemos la capacidad de obtener placer a través de estímulos abstractos como la música o el arte.
Y si no que se lo digan a los miles de personas que haciendo ejercicio con la música pegada al oído han soportado con mejor actitud el esfuerzo realizado.
"La mayor parte de la gente coincide en que la música es un estímulo placentero especialmente potente que se usa con frecuencia para influir en los estados emocionales", explican los autores del trabajo en las páginas de 'Nature Neuroscience'. Su capacidad para provocar reacciones fisiológicas está perfectamente documentada. Es lo que se llama 'escalofrío emocional', una respuesta mediada por el sistema nervioso autónomo que afecta a la frecuencia cardiaca, respiratoria, a la conductividad de la piel y a la temperatura periférica.
Aunque también se ha observado que las áreas del cerebro que conforman los circuitos de la emoción y la recompensa se activan mientras que escuchamos los compases que consideramos placenteros, el papel directo de la dopamina no se ha comprobado. Este neurotransmisor es el mediador de las adicciones a drogas como la cocaína o la heroína.
Gracias a la investigación realizada en el Instituto Neurológico de Montreal de la Universidad McGill (Canadá), ahora sabemos que la dopamina también media el placer que experimentamos con la música, "una recompensa muy abstracta que consiste en una secuencia de tonos desplegados a través del tiempo que produce una respuesta comparable a la de estímulos más básicos", indican los autores.
Y no sólo durante los momentos especialmente estimulantes de una melodía. El cerebro también reaccionaba (y liberaba dopamina) justo antes, un fenómeno llamado anticipación. En resumen, "estos resultados ayudan a explicar por qué la música está tan valorada en todas las sociedades", concluye el estudio.
Cristina de Martos Madrid
Europa press
"La mayor parte de la gente coincide en que la música es un estímulo placentero especialmente potente que se usa con frecuencia para influir en los estados emocionales", explican los autores del trabajo en las páginas de 'Nature Neuroscience'. Su capacidad para provocar reacciones fisiológicas está perfectamente documentada. Es lo que se llama 'escalofrío emocional', una respuesta mediada por el sistema nervioso autónomo que afecta a la frecuencia cardiaca, respiratoria, a la conductividad de la piel y a la temperatura periférica.
Aunque también se ha observado que las áreas del cerebro que conforman los circuitos de la emoción y la recompensa se activan mientras que escuchamos los compases que consideramos placenteros, el papel directo de la dopamina no se ha comprobado. Este neurotransmisor es el mediador de las adicciones a drogas como la cocaína o la heroína.
Gracias a la investigación realizada en el Instituto Neurológico de Montreal de la Universidad McGill (Canadá), ahora sabemos que la dopamina también media el placer que experimentamos con la música, "una recompensa muy abstracta que consiste en una secuencia de tonos desplegados a través del tiempo que produce una respuesta comparable a la de estímulos más básicos", indican los autores.
Y no sólo durante los momentos especialmente estimulantes de una melodía. El cerebro también reaccionaba (y liberaba dopamina) justo antes, un fenómeno llamado anticipación. En resumen, "estos resultados ayudan a explicar por qué la música está tan valorada en todas las sociedades", concluye el estudio.
Cristina de Martos Madrid
Europa press
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