Mostrando entradas con la etiqueta ICTUS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ICTUS. Mostrar todas las entradas

sábado, 13 de enero de 2018

ICTUS: ESTRATEGIAS PARA PROTEGERSE DEL MAYOR ENEMIGO FEMENINO

Ictus: estrategias para protegerse del mayor enemigo femenino

iStock-618611610
El ictus es la principal causa de muerte y discapacidad para las mujeres. De los 125.000 casos anuales de ictus que se producen en España, la mayoría, concretamente el 75%, se producen por una falta de riego a un territorio del cerebro (ictus isquémico). Aunque también existen los ictus de tipo hemorrágico por rotura de alguna malformación arterial o por hipertensión arterial. 
Esta falta de aporte de sangre arterial se puede producir por diferentes causas:
- Causa embólica cardiaca: un trombo que se forma en el corazón (en muchas ocasiones producido por una fibrilación auricular u otras cardiopatías no tratadas) y que viaja desde el corazón hasta las arterias del cerebro, taponándolas.
- Causa embólica de otro territorio vascular: placas de ateroma (aterosclerosis) de otros territorios arteriales que también ocluyen las arterias más distalmente.
- Causa trombótica: la formación de trombos locales dentro de las arterias cerebrales, que en algunos casos se facilitan por alteraciones de la sangre, "síndromes de hipercoagulabilidad".

Factores facilitadores

Los factores de riesgo principales son el envejecimiento, la hipertensión, el tabaquismo, la diabetes y un perfil desfavorable de colesterol. Pero también hay otros factores que pueden influir en la aparición de un ictus como la presencia de una cardiopatía no controlada, una fibrilación auricular no tratada, inactividad física y obesidad, la historia familiar, tomar drogas o estados de hipercoagulabilidad heredados o adquiridos (trombofilias).
Especial atención merece la asociación de hipertensión durante el embarazo y el tabaquismo en mujeres que toman o no anticonceptivos orales. En ocasiones hasta un 15% de estos ictus se producen por debajo de los 45 años y con escasos factores de riesgo. Por eso, lo más prudente es consultar todas las dudas con el médico.

Síntomas

Se puede presentar alguno de estos síntomas o varios a la vez, sin causa aparente que lo explique:
- Pérdida de fuerza o/y sensibilidad de una parte del cuerpo bruscamente: en la cara, brazo y/o
- Pérdida de visión súbita: parcial o total, en uno o ambos ojos.
- Dificultad para hablar: dificultad para expresarse, lenguaje difícil de articular o incomprensible para el que lo escucha.
- Dolor de cabeza de inicio brusco: sin causa aparente y muy intenso.
- Vértigo intenso: con inestabilidad, desequilibrio o caídas bruscas inexplicadas, si se acompañan de cualquiera de los síntomas descritos con anterioridad.
Ante estos síntomas es urgente la valoración, ya que el tratamiento precoz de la enfermedad cerebrovascular es vital para reducir la mortalidad y las secuelas. Por ello se debe consultar cuanto antes y darle importancia a todo lo que no parezca normal.

Recomendaciones

- No fumar y evitar ambientes con humo.
- Seguir un estilo de alimentación saludable y protectora como la dieta mediterránea.
- Ejercicio regular: 30 minutos diarios.
- Reposo nocturno e higiene de sueño.
- Hidratación correcta: fundamentalmente agua y alimentos frescos con alto contenido en agua.
- Evitar alcohol y drogas.
- Conocer y controlar las cifras de colesterol, glucosa, tensión y peso.
- Cumplir con los tratamientos prescritos.
- Consultar siempre las dudas con los profesionales de la salud.

Artículo elaborrado por la doctora Nieves Tarín, miembro del Consejo de Expertos de la FEC y directora médico del Hospital de Móstoles de Madrid.
http://fundaciondelcorazon.com/corazon-facil/blog-impulso-vital/3098-ictus-estrategias-para-protegerse-del-mayor-enemigo-femenino.html

jueves, 29 de mayo de 2014

LA RECUPERACIÓN DEL ICTUS DEBE INCLUIR LA PRESCRIPCIÓN DE EJERCICIO

El ejercicio es un valioso componente aún infrautilizado en la atención posterior al accidente cerebrovascular, según concluye una declaración científica publicada en 'Stroke: Journal of the American Heart Association', que propone prescribir a los supervivientes la práctica de ejercicio tras comprobar que experimentan pérdida de acondicionamiento físico y pasan a llevar estilos de vida inactivos, disminuyendo su capacidad para realizar actividades de la vida diaria y aumentando el riesgo de otro accidente cerebrovascular. "Hay una fuerte evidencia de que la actividad física y el ejercicio después del accidente cerebrovascular pueden mejorar la condición cardiovascular, la capacidad de caminar y la fuerza del brazo", afirma Sandra A. Billinger, autora principal de la declaración y terapeuta física en el Centro Médico Kansas de la Universidad de Kansas, en Estados Unidos. 

"Además, investigaciones recientes sugieren que el ejercicio puede mejorar los síntomas depresivos, la función cognitiva, la memoria y la calidad de vida después del accidente cerebrovascular", añade. Sin embargo, lamenta que "muy pocos profesionales de la salud prescriben el ejercicio como una forma de terapia para el accidente cerebrovascular". "Hay una gran brecha en América entre el momento en que los pacientes con ictus son dados de alta de la rehabilitación y la transición a programas de ejercicios comunitarios cuando van a casa. Muchos se quedan por su cuenta. No tenemos un sistema para ayudar a los pacientes con accidente cerebrovascular a que se sientan cómodos con el ejercicio", argumenta. La actividad física es el movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que utilizan la energía y el ejercicio es un subconjunto de la actividad física que está planificado, estructurado y se realiza de forma repetitiva para mejorar o mantener la condición física. 

Los supervivientes de un ictus deben superar varias barreras para realizar ejercicio, como la gravedad de su accidente cerebrovascular, la fatiga, la depresión, la falta de apoyo social, la asequibilidad y la motivación. "Estos pacientes pueden no saber cómo o no poder permitirse el lujo de aprovechar las ventajas de los programas de ejercicio en sus comunidades, ser incapaces de conducir hasta un gimnasio o no sentirse cómodos yendo a un gimnasio", explica Billinger. "Nosotros, como profesionales de la salud, tenemos que ayudar a los pacientes con ictus a desarrollar las habilidades y la confianza necesarias para comenzar y mantener un programa de ejercicios que incluya ejercicio aeróbico y entrenamiento de fuerza como parte de su atención al ictus", apuesta esta experta. "La clave para hacer ejercicio es que sólo funciona si se hace de forma coherente", sentencia Billinger. 

Por ello, algunas de las recomendaciones estatales para la atención posterior al accidente cerebrovascular incluyen adaptar las prescripciones de ejercicio a la tolerancia del paciente, la etapa de recuperación, el medio ambiente, el apoyo social disponible, las limitaciones en la actividad y las preferencias de actividad física. Minimizar el reposo en la cama en los días inmediatos después del accidente cerebrovascular y que los sobrevivientes se sienten o se paren de forma intermitente, iniciar un programa de entrenamiento cuando los pacientes son médicamente estables para recuperar o sobrepasar los niveles de actividad anteriores a su accidente cerebrovascular y usar programas de rehabilitación que incorporen ejercicio aeróbico, entrenamiento de fuerza, flexibilidad y equilibrio son otros consejos. 

La recomendación general es que los supervivientes de ictus hagan ejercicio al menos tres días a la semana durante entre 20 y 60 minutos, dependiendo de su capacidad funcional individual. Muchos sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares pueden tolerar mejor múltiples ejercicios de intensidad moderada de 10 a 15 minutos, además de que simples actividades que reconstruyen poco a poco la resistencia y la fuerza, como caminar por el barrio o realizar tareas del hogar, suman beneficios y marcan una diferencia, según Billinger. "Cualquier cosa es mejor que sentarse en el sofá", afirma esta investigadora. El accidente cerebrovascular es la cuarta causa principal de muerte en Estados Unidos y una de las principales causas de discapacidad a largo plazo. En 2030, nada menos que 11 millones de personas podrían vivir tras un ictus a medida que más personas viven más tiempo. 
http://www.infosalus.com/actualidad/noticia-recuperacion-ictus-debe-incluir-prescripcion-ejercicio-20140521093835.html

viernes, 28 de febrero de 2014

EL DÉFICIT DE HIERRO PUEDE AUMENTAR EL RIESGO DE ICTUS

AL HACER LA SANGRE MÁS PEGAJOSA

Científicos del Imperial College de Londres, en Reino Unido, han descubierto que la deficiencia de hierro puede aumentar el riesgo de apoplejía al hacer la sangre más pegajosa, un hallazgo que publica la revista 'Plos One' y que podría ayudar a prevenir el ictus. Cada año, 15 millones de personas en el mundo sufren un accidente cerebrovascular, casi seis millones mueren y otros cinco millones quedan permanentemente discapacitados. El tipo más común, el accidente cerebrovascular isquémico, ocurre debido a que el suministro de sangre al cerebro se ve interrumpido por pequeños coágulos. En los últimos años, varios estudios han demostrado que la deficiencia de hierro, que afecta a alrededor de 2.000 millones de personas en todo el mundo, puede ser un factor de riesgo para el accidente cerebrovascular isquémico en adultos y niños. Sin embargo, no estaba claro cómo la deficiencia de hierro podría elevar el riesgo de accidente cerebrovascular. 

El equipo de esta investigación encontró que la deficiencia de hierro aumenta la viscosidad de las pequeñas células sanguíneas llamadas plaquetas, que inician la coagulación de la sangre cuando se pegan juntos. Aunque una relación entre la deficiencia de hierro y las plaquetas pegajosas fue descubierta por primera vez hace casi 40 años, su papel se ha pasado por alto hasta ahora. Los científicos estudiaron a un grupo de pacientes con una enfermedad rara llamada telangiectasia hemorrágica hereditaria (HHT, por sus siglas en inglés), que a menudo genera un agrandamiento de los vasos sanguíneos en los pulmones, de forma similar a las venas varicosas. Normalmente, los vasos sanguíneos de los pulmones actúan como un filtro para eliminar pequeños coágulos de sangre antes de que entren en las arterias, pero en pacientes con vasos pulmonares anormales, la sangre es capaz de evitar el filtro, por lo que pequeños coágulos pueden viajar al cerebro. Los pacientes en el estudio a los que se les redujo el hierro eran más propensos a tener un accidente cerebrovascular. 

Además, los investigadores analizaron las plaquetas en el laboratorio y encontraron que cuando los trataron con una sustancia que desencadena la coagulación, las plaquetas de las personas con niveles bajos de hierro se agruparon más rápidamente. "Como las plaquetas en la sangre se pegan más juntas si hay carencia de hierro, pensamos que esto puede explicar por qué estar falto de hierro puede conducir a accidentes cerebrovasculares, aunque se necesita mucha más investigación para probar esta relación", dijo una de las investigadoras, la doctora Claire Shovlin, del Instituto Nacional del Corazón y el Pulmón del Imperial College de Londres. Los investigadores estudiaron los datos de 497 pacientes con vasos sanguíneos anormales en el pulmón, conocidos como malformaciones arteriovenosas pulmonares, que fueron tratados por especialistas clínicos en HHT en el Hospital Hammersmith, en Reino Unido. 

El estudio encontró que incluso niveles de hierro moderadamente bajos, en torno a 6 micromoles por litro, proporcionan aproximadamente el doble del riesgo de ictus en comparación con niveles en el medio de la gama normal de 7 a 27 micromoles por litro. Además de este grupo de pacientes, muchas otras personas tienen condiciones que pueden permitir que se formen coágulos de sangre que eviten el filtro en los pulmones. Una de cada cuatro personas tienen un agujero en el corazón llamado foramen oval permeable, que también permiten que la sangre evite el filtro de pulmón de vez en cuando, aunque no tan a menudo como en el caso de los pacientes de pulmón.
MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS)

sábado, 8 de febrero de 2014

¿CÓMO DETECTAR QUE SE ESTÁ PRODUCIENDO UN ICTUS?

CLAVE PARA UN TRATAMIENTO EFICAZ

El ictus es la segunda causa de mortalidad entre los españoles y detectarlo a tiempo es esencial para conseguir buenos resultados en su tratamiento, además de minimizar sus posibles secuelas. Tan importante es controlar los factores de riesgo como detectar a tiempo que se está produciendo un ictus. El ictus es un trastorno brusco de la circulación cerebral que puede deberse a infarto debido a un daño producido por la falta de aporte sanguíneo o bien a una hemorragia derivada de la rotura de una arteria cerebral. 

Según explica a Infosalus Jose A. Egido, Coordinador de la Unidad de Ictus del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, "hasta hace poco no disponíamos de datos fiables de la población española. Recientemente hemos publicado el estudio IBERICTUS que arroja una incidencia de ictus nuevos cada año de 187 por cada 100.000 habitantes". En cuanto a la prevalencia, Egido señala que llega hasta el 5% de pacientes mayores de 65 años, lo que supone que en España hay aproximadamente 500.000 españoles que han tenido un ictus. 

Reconocer el ictus 

Según explica el doctor Egido, los signos de alarma del ictus en general son fáciles de reconocer, los más evidentes son: 

- Trastorno brusco de la movilidad de medio cuerpo: de forma brusca aparece debilidad de brazo y pierna del mismo lado, muchas veces con desviación de la boca. 
- Trastorno brusco del lenguaje: dificultad de expresión o comprensión de lo que se le dice, a veces cambiando unas palabras por otras, o con un habla mal articulada o ininteligible. Esto puede acompañarse de debilidad de medio cuerpo. 
- Trastorno brusco de la visión de un lado del campo visual. 
- Pérdida brusca de sensibilidad de medio cuerpo. La prevención, el principal aliado Las causas del ictus estan relacionadas con la enfermedad de las arterias y también con enfermedades cardiacas que pueden producir émbolos que van a viajar con la sangre hasta tapar una arteria cerebral. 

Así, los factores de riesgo más importantes son: 

 - Edad: a partir de los 60 años la incidencia se duplica por cada década de edad. 
- Hipertensión arterial: es el factor de riesgo mas potente tanto para el infarto como para la hemorragia cerebral y el principal factor modificable mediante la prevención. 
- Diabetes: ya que daña a largo plazo las arterias. 
- Colesterol elevado: al dañar las arterias y arterioesclerosis. 
- Enfermedades cardiacas: en especial la arritmia conocida como fibrilación auricular. Entre los factores de riesgo más importantes del estilo de vida se incluyen el tabaquismo, el sedentarismo, el estrés y la obesidad. Algunos de estos factores de riesgo, como la edad o las enfermedades genéticas, no son modificables pero existen tratamientos farmacológicos para el control de la hipertensión, la diabetes o el colesterol. 

En el caso de las embolias de origen cardiaco puede ser necesario el tratamiento preventivo con anticoagulantes, que previenen la formación de émbolos. Los hábitos de vida saludables, la dieta equilibrada con bajo contenido en sal, el abandono del tabaquismo o el ejercicio moderado diario mejoran el pronóstico en las personas con un mayor riesgo de padecer un ictus. 

Presente y futuro de los tratamientos 

La Comunidad de Madrid ha conseguido reducir hasta un 50% la mortalidad por ictus a través de un plan específico que incluye la capacitación de 6 centros para la atención integral de ictus operativos. Los hospitales La Paz, La Princesa, Ramón y Cajal, 12 de Octubre, Gregorio Marañón y Clínico San Carlos atienden en unidades específicas a los pacientes de ictus. 

El tratamiento que ha demostrado una mayor eficacia se centra en las medidas para abrir la arteria que está ocluida mediante la denominada fibrinolisis intravenosa. El problema es que este tratamiento debe ser aplicado de forma rápida, pues a partir de las 4,5 horas de iniciarse los síntomas ya no es eficaz y tiene riesgos. Si se aplica de forma correcta evita un caso de muerte o dependencia cada 7 pacientes tratados. 

Como alternativa en algunos pacientes puede utilizarse la trombectomía mecánica, que consiste en extraer el trombo mediante un dispositivo a traves de un cateterismo. Aunque su utilidad definitiva no está demostrada ya se realiza en algunos casos en la práctica diaria. En el futuro se espera que existan mejores fármacos fibrinolíticos, más eficaces y con menor riesgo, y que mejoren las técnicas de trombectomía. Actualmente se investiga activamente en fármacos que protejan el cerebro para aumentar el tiempo en que la fibrinolisis es eficaz o en medicamentos para estimular la plasticidad neuronal mejorando así la rehabilitación.
 Infosalus Jose Egido España 

miércoles, 30 de octubre de 2013

AUMENTA UN 25% EN PERSONAS DE 20 A 65 AÑOS EN DOS DÉCADAS

El ictus afecta cada vez más a jóvenes y la carga global del accidente cerebrovascular podría duplicarse para 2030.


El derrame cerebral, una condición tradicionalmente asociada con la edad avanzada, afecta cada vez más a jóvenes y a personas de mediana edad, según las principales conclusiones del Estudio sobre la Carga Global y Regional del Ictus 1990-2010, publicado en 'The Lancet'. Además, se prevé que el importe global de la discapacidad y la enfermedad y la muerte prematura causada por un accidente cerebrovascular se duplique en todo el mundo para 2030 . A nivel mundial se ha producido un aumento alarmante del 25 por ciento en el número de casos de ictus entre las personas de 20 a 64 años en los últimos 20 años, representando en este grupo el 31 por ciento del número total de accidentes cerebrovasculares, en comparación con el 25 por ciento de antes de 1990, según concluye este primer análisis integral y comparable de la carga regional y por países del ictus entre 1990 y 2010. 

Por primera vez, los científicos también fueron capaces de estudiar la incidencia del accidente cerebrovascular en los niños y los jóvenes y vieron que más de 83.000 personas de 20 años y más jóvenes se ven afectados por el accidente cerebrovascular en el mundo cada año. Sorprendentemente, el 0,5 por ciento de todos los accidentes cerebrovasculares ocurren en este grupo de edad. Un segundo estudio publicado en 'The Lancet Global Health' muestra que en 2010, las tres quintas partes (61,5 por ciento) de la discapacidad y más de la mitad (51,7 por ciento) de las vidas perdidas a un accidente cerebrovascular fueron el resultado de accidentes cerebrovasculares hemorrágicos (la forma más mortal, sobre todo causada por la presión arterial alta y los estilos de vida poco saludables), a pesar de ser tan común como los accidentes cerebrovasculares isquémicos. 

Los más afectados son los menores de 75 años y los que viven en países de bajos y medianos ingresos (PBMI), donde la incidencia de ictus hemorrágico ha aumentado en torno al 19 por ciento. Los autores advierten que el cambio en la carga del derrame cerebral hacia las poblaciones más jóvenes es probable que continúe a nivel mundial a menos que se implementen con urgencia estrategias preventivas eficaces. Dirigido por el profesor Valery Feigin, director del Instituto Nacional del Ictus y Neurociencias Aplicadas de la Universidad de AUT en Nueva Zelanda, un equipo internacional de investigadores realizó una búsqueda exhaustiva de los datos disponibles para estimar la incidencia, la prevalencia y la mortalidad prematura y la discapacidad causada por el infarto cerebral (y los dos subtipos principales isquémico y hemorrágico) en 21 regiones del mundo para 1990, 2005 y 2010. 

Mientras que la edad media de las personas con ictus ha aumentado ligeramente, la mayor parte de la carga de accidente cerebrovascular (enfermedad global y muerte) ha pasado de personas mayores de 75 años a individuos de 74 años y más jóvenes. Este grupo representa el 62 por ciento de los nuevos infaros cerebrales; el 45 por ciento de las muertes y el 72 por ciento de la enfermedad y la discapacidad. Estas cifras son significativamente mayores en los PBMI y van en aumento. Aunque la tasa (estandarizada por edad por 100.000 habitantes) de las personas que mueren por accidente cerebrovascular ha disminuido en todo el mundo durante los últimos 20 años, el número real de muertes relacionadas con accidentes cerebrovasculares fue de 5,9 millones (26 por ciento de aumento) . 

 17 MILLONES DE PERSONAS SUFREN SU PRIMER ICTUS EN 2010 

El número de personas que tuvieron un primer accidente cerebrovascular subió significativamente a 16,9 millones en 2010 (un 68 por ciento más), los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares fueron 33 millones (84 po ciento más) y la discapacidad y la enfermedad asociada afectó a 102,2 millones (un 12 por ciento). Si las tendencias actuales continúan, las muertes por accidente cerebrovascular, los superviviente y la incapacidad y enfermedad serán más del doble en 2030 (es decir, a 12 millones, 70 millones y 200 millones de personas, respectivamente) . En los países de altos ingresos (HIC, en sus siglas en inglés), la reducción de la incidencia estandarizada por edad de un derrame cerebral (disminución del 12 por ciento), la mortalidad prematura (37 por ciento) y las enfermedades y las tasas de discapacidad (36 por ciento) en las dos últimas décadas probablemente reflejan una mejor educación, prevención y atención (por ejemplo, dejar de fumar, controlar la presión arterial, creación de unidades de ictus agudos) y diagnóstico. 

Por el contrario, en los PBMI, se lleva más vidas (42 por ciento más de mortalidad) y se asocia con mayor discapacidad y la enfermedad (46 por ciento más) que en los HIC en parte debido a un aumento en la prevalencia de los factores de riesgo relacionados, como una dieta poco saludable, presión arterial alta, obesidad, inactividad física y tabaquismo, en estos países. En general, los resultados muestran diferencias sorprendentes en la carga de ictus entre las regiones del mundo y niveles de ingresos nacionales, con un máximo de diez veces el número de muertes por accidente cerebrovascular y la enfermedad en general y la discapacidad entre los países PBMI más afectados en Europa del Este, África subsahariana y Asia meridional y oriental en comparación con los HIC menos afectados en Europa occidental, Australia y América del Norte. Según el profesor Feigin, "la carga del ictus en todo el mundo está creciendo muy rápido y ahora hay una necesidad urgente de diseñar estrategias de prevención, gestión y rehabilitación del accidente cerebrovascular culturalmente aceptables y asequibles para ser desarrollarse e implemetarse en todo el mundo".
24 Oct. (EUROPA PRESS)