Si quieres morirte pronto del corazón sólo tienes que imitar los patrones alimentarios de EE.UU e Inglaterra que copia todo el mundo. A saber: patatas fritas congeladas, pizzas, huevos a go-go, carne por un tubo y tantos bocadillos como puedas para evitar comer verdura o pescado. !Ah!...y de postre, un derivado lácteo: desde un yogurt con propiedades milagrosas hasta un flan, pasando por un trozo de tarta (cualquier cosa que no sea una fruta).
Los que se están aplicando en este modelo de alimentación que nos venden las multinacionales tienen un 35% más de números de sucumbir ante el principal asesino de hombres: el infarto. "La enfermedad del corazón se ha convertido ya en la principal causa de muerte en muchos países de occidente, incluida América Latina", dice el doctor Fernando Lanas quien ha dirigido la investigación en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Guatemala y México.
La citada investigación ha analizado la dieta de 16.000 personas en 52 países. En principio, los científicos identificaron tres patrones alimenticios: el "Oriental" (alto consumo de tofu, soja y otras salsas); el "Prudente" (alto consumo de frutas y vegetales) y el "Occidental" (alto consumo de alimentos fritos, bocadillos salados, huevos y carne).
La conclusión es que independientemente del tipo de población y el lugar donde se conume, la dieta "Occidental" tiene tres veces más riesgo de provocar ataques en el corazón. La dieta "Prudente" (la antigua "dieta mediterránea" que hoy sigue menos del 40% de los españoles), por contra, lograr reducir en un 30% el riesgo de un ataque cardiaco, mientras que la dieta "Oriental" no tiene ningún impacto en el riesgo de sufrir un infarto.
Curiosamente, los científicos creen que aunque los componentes de la dieta oriental pueden ser malos para el corazón (como la sal en la salsa de soja), estos elementos quedan contrarrestados debido a los componentes protectores de esta dieta, con mención honorífica para el pescado.
En el estudio los científicos pidieron a 5.561 pacientes que habían sufrido ataques cardiacos y a 10.646 personas sin enfermedad del corazón conocida que llenaran un cuestionario con el tipo de alimentación que seguían. El resultado es que el 30% del riesgo de sufrir un infarto guarda relación con la dieta y que se ha comprobado empíricamente que el alto contenido de sal de los alimentos incrementa la presión arterial, del mismo modo que consumir un tipo incorrecto de grasas puede bloquear los vasos sanguíneos.
Un recordatorio: lo anterior no significa que la pizza, la carne, los huevos, los bocadillos o los derivados lácteos sean malos (no hay alimentos "malos" y alimentos "buenos"; eso sólo pasa en el cine...) Simplemente es cuestión de medida: puedes tomarlos de vez en cuando, pero no consumirlos diariamente, ni hacer de ellos la base de tu alimentación.
Antonio Ortí
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