jueves, 24 de abril de 2014

LAS CLAVES MILENARIAS PARA CUIDAR LA SALUD

EL MÉDICO QUE RECHAZÓ LAS SUPERSTICIONES 

Cuando Hipócrates de Cos (460 a.C – 370 a.C) empezó a estudiar medicina, la disciplina no existía como tal. Fue el primer médico que rechazó las supersticiones, leyendas y creencias populares que señalaban como causantes de las enfermedades a las fuerzas sobrenaturales o divinas. Hoy sabemos que gran parte de sus hallazgos se basaban en una anatomía y una fisiología incorrectas, pero logró sentar las bases de la medicina de hoy en día. Hipócrates y sus discípulos (se desconoce con exactitud qué partes del Corpus hippocraticum, que reúne las enseñanzas del médico, son de su puño y letra) fueron los descubridores de trastornos y dolencias como la acropaquia, el cáncer de pulmón o las hemorroides; los primeros que calificaron las enfermedades como “agudas”, “crónicas”, "endémicas" o “epidémicas"; y los que intentaron términos como “exacerbación”, “recaída”, "resolución", “crisis”, “paroxismo” o “convalecencia”, que todavía tienen un uso destacado en la práctica médica. Sólo existen dos cosas: ciencia y opinión: la primera engendra el conocimiento; la segunda, la ignorancia 

Según el doctor estadounidense David B. Agus, profesor de medicina en la Universidad de California del Sur y autor del libro Hábitos prodigiosos para vivir más y mejor (Ariel), muchas de las conclusiones a las que llegó Hipócrates continúan presentando una relevancia capital para la medicina de hoy en día. “De hecho”, asegura el galeno, “podría alegarse que el mundo moderno ha incorporado la ciencia y los datos a este ámbito de estudio, pero que las observaciones y recomendaciones iniciales de Hipócrates presentaban ya una precisión asombrosa hace más de dos milenios”. Estos son varios ejemplos de consejos que Hipócrates dio a sus contemporáneos y que, según Agus, hoy en día valen también para nosotros: Caminar es la mejor medicina para el hombre. Que la comida sea tu alimento, y el alimento tu medicina. Declara el pasado, diagnostica el presente y prevé el futuro. Primum non nocerum (lo primero es no hacer daño). 

Es mucho más importante saber qué persona tiene la enfermedad que qué enfermedad tiene la persona. Si encontráramos el modo de que cada persona hiciera la cantidad correcta de ejercicio y recibiera el alimento necesario, ni en exceso ni en defecto, habríamos hallado el camino más seguro hacia la salud. Un hombre sabio debería considerar la salud la mayor de las bendiciones y aprender cómo utilizar su propio pensamiento para extraer provecho de sus enfermedades. La naturaleza no entiende de excesos. No hacer nada también es un buen remedio. Sólo existen dos cosas: ciencia y opinión. La primera engendra el conocimiento; la segunda, la ignorancia. 

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-04-21/ya-lo-dijo-hipocrates-las-claves-milenarias-para-cuidar-tu-salud_116738/

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