viernes, 28 de febrero de 2014

LA TENDINITIS EN EL DEPORTE

Para comenzar explicaremos que es la Tendinitis a grandes rasgos. Hace referencia a la inflamación del tejido conectivo del músculo, es decir en el tendón. El tendón es el elemento que sirve de unión entre el músculo y el hueso. Las tendinitis en el medio deportivo son lesiones muy frecuentes que, además, suelen plantear problemas difíciles. Este tipo de lesión constituye el 15% de los motivos de consulta en traumatología deportiva, pero debemos saber que esta frecuencia es muy variable según el nivel deportivo y la cantidad de entrenamiento, así como en función del deporte practicado. Esto se debe a que en el ámbito deportivo generalmente se somete tanto al músculo, como al tendón y articulación a una serie de movimientos repetitivos, consecuencia del gesto deportivo que se practica. Del 10 al 20 % de las tendinitis son rebeldes y pueden dificultar definitivamente la carrera del deportista. 

EXISTEN DISTINTAS TENDINITIS DEPENDIENDO DE DÓNDE SE LOCALICEN Y SU EVOLUCIÓN. 

Las localizaciones son numerosas y variadas, según el deporte practicado. Sin embargo, bajo el término de tendinitis hay que diferenciar: Las tendinitis propiamente dicha, en las que la afectación se localiza en pleno cuerpo tendinoso. La tenoperiostitis (o entesitis), que corresponde a la afectación de la inserción tendinosa en el periostio. La miotendinitis; afecta también al cuerpo muscular. La tenosinovitis, que produce una afectación inflamatoria de la vaina sinovial del tendón. La tendinitis nodular es secuela de una lesión localizada o de una degeneración. La tenosinovitis estenosante cursa con inflamación de la envoltura sinovial, lo que va a dificultar el paso del tendón, generando así la tendinitis. De hecho, estas distintas formas no son más que la expresión de la reacción del tendón y de sus anexos a la sobre­carga funcional, por lo que quedan excluidas aquí las tendinitis dependientes de una patología inflamatoria general o infecciosa. 

CAUSAS DE TENDINITIS 

Cada una de las causas puede presentarse como etiología única, pero parece ser que lo más frecuente es que existan varios factores favorecedores, por lo que resulta muy difícil determinar cuál es el verda­dero elemento desencadenante. El término causa es tal vez abusivo y parece más lógico hablar de circunstancias favorecedoras o desencadenantes. 

Causas mecánicas: Se agrupan bajo este término los distintos factores que llevan consigo un agotamiento funcional del tendón. Deformidades anatómicas: Trastornos estáticos de la bóveda plantar (pies planos, cavos, valgo o varo del retropié). Desviación del eje de los miembros inferiores, sobre todo en el plano frontal (genu varo, valgo), que provoca la des­viación del eje del sistema mÚsculotendinoso. Ciertas displasias de la cadera. Estas deformidades, que alteran la buena mecánica tendi­nosa, son fuente de tendinitis cuando se asocia una solicitación excesiva en razón de la actividad deportiva. 

Causas relacionadas con la actividad deportiva: La actividad deportiva, cuando es demasiado intensa, es fuente de lesiones dado que los saltos y los ejercicios provocan por sí mismos pequeños microtraumatismos. No hay duda de que el aumento de la cantidad y la intensidad del entrenamiento, indispensable para el triunfo deportivo al más alto nivel, es una de las causas principales del número creciente de lesiones tendinosas entre los deportistas de alto nivel, por lo que sería deseable respetar ciertas reglas en el entrenamiento, la progresión y la adaptación del mismo a las posibilidades y al estilo de cada atleta, y variar las secuencias en función de las localizaciones del agotamiento. 

Insuficiencia técnica: El buen dominio del movimiento deportivo permite un rendimiento óptimo del esfuerzo muscular. Por el contrario, un mal movimiento para obtener el mismo resultado exige incrementar el esfuerzo y, por tanto, una mayor tensión mecánica. El mejor ejemplo es la frecuencia de las epicondilitis en el jugador de tenis de nivel medio. El mal centrado de la pelo­ta en la raqueta provoca una rotación de la misma y un aumento de trabajo para los epicondíleos. 

El terreno: Es sabido que los suelos duros son bastante más nocivos que las superficies blandas. Los deportistas que practican en superficies artificiales (deportes en sala, ciertas canchas de tenis, carrera a pie sobre carretera) se ven afectados con mayor frecuencia y la causa son los fenómenos de resonancia y de vibración. Por otra parte, los terrenos naturales (césped, maleza) son mucho menos nocivos. Actualmente, están en estudio nuevos tipos de suelos con ciertas cualidades de elasticidad (vuelta a la impulsión). 

El material: En este apartado se puede hacer regencia a los materiales que se utilizan en cada una de las prácticas deportivas como la raqueta en el tenis o en el golf. También hay que tener en cuenta la utilización del calzado, que en cada ámbito deportivo cambio, fútbol con las botas de tacos, baloncesto con deportivas a la altura del tobillo, el esquí con sus botas duras y altas… Todos los materiales influyen en la correcta realización de ejercicio físico, por lo que deben estar bien adaptados a cada deporte y sobretodo a cada persona, ya que una incorrecta colocación, utilización o defecto genera una mayor sobrecarga del tendón. 

Causas metabólicas: En las que debemos tener en cuentas factores tales como una buena alimentación o hidratación entre otros. 

Causas vertebrales: Es cierto que existen ciertos trastornos cuya manifestación clínica evoca una tendinitis, pero que tienen un origen vertebral innegable. Por regla general, se trata de alteraciones vertebrales menores; a cada nivel vertebral corresponde una proyección tendinosa: Supra y subespinosa: C4‑C5. Epicondilitis: C5‑C6. Epitrocleítis: C6‑C'7. Aductores: L1‑L2. Aquiles: L5‑SI. 

Causas infecciosas: Determinados autores han demostrado la existencia de correlación entre los focos infecciosos, sobre todo en la región bucofaríngea, y las tendinitis, pero por el momento, tal relación no tiene explicación. 

Causas degenerativas: Están asociadas a la edad y al desgaste o envejecimiento del tendón como consecuencia de la realización del gesto deportivo repetidamente. Además hay que añadir que el tendón es una zona poco vascularizada, por lo que cualquier tipo de lesión a éste nivel tendrá mayores dificultades para su correcta resolución 

EXPLORACIÓN CLÍNICA 

A la hora de realizar una buena exploración es necesario realizar una anamnesis adecuada para poder precisar a la hora de dar un diagnóstico y la causa del mismo. Hay que realizar al mismo tiempo una inspección de la zona afectada en busca de una ligera tumefacción o un discreto edema local en los tendones subcutáneos, signos que rara vez aparecen en la práctica. La forma de aparición del dolor. Clásicamente, es progresiva, si bien un comienzo brusco, por ejemplo al arrancar no es excepcional y debe hacer pensar en una rotura parcial. 

El dolor suele localizarse en el tendón, pero puede irradiar a la masa muscular. El ritmo es muy particular, al menos al comienzo de la evolución: es máximo al iniciarse el esfuerzo, desaparece durante el mismo «en caliente» y reaparece con el ejercicio o tras el esfuerzo. La evolución resulta en una progresiva agravación del dolor, tanto en intensidad como en duración. Pueden pro­ducirse todas las fases, que van desde la simple molestia a raíz del esfuerzo deportivo, hasta la impotencia funcional en la vida cotidiana. 

Finalmente, la anamnesis busca una causa desencadenante o, al menos, favorecedora: 
Entrenamiento mal llevado (aumento de la intensidad o de la cantidad), Terreno inadecuado, Calentamiento mal realizado o inexistente, Modificaciones de la técnica, Cambio de material o material inadecuado, Mala higiene alimentaria. La exploración busca el signo fundamental y la causa, necesarios para el correcto diagnóstico de tendinitis, es decir, una contracción iso­métrica dolorosa en todas las amplitudes. Además, la palpación del tendón provoca dolor y, cuando se estudian los movimientos pasivos, se nota la falta de limitación articular.. 

TRATAMIENTO 

Como consecuencia de todos los factores que influyen en la aparición de tendinitis, en efecto, hay que elegir entre los distintos medios terapéuticos en función de la localización, la gravedad y la antigüedad de la afectación, el nivel deportivo y las motivaciones del paciente y, desde luego, según los tratamientos realizados con anterioridad. Entre las diferentes medidas para el tratamiento podemos encontrarnos las siguientes: 
Tratamientos profilácticos: Realizar una adecuada prevención para evitar la aparición, haciendo consciente al deportista de la realización del correcto gesto deportivo postura, alimentación… 

Consejos dietéticos: El deportista debe tomar una ración hídrica suficiente para compensar las pérdidas derivadas de la actividad deportiva, es decir, 2‑3 litros de líquido al día, preferentemente entre las comidas. Además, el aporte hídrico en la alimentación debe ser equilibrado. 

Factores tecnológicos: La corrección de los factores tecnológicos es el ejemplo de la necesidad de que exista una estrecha colaboración entre el médico y el entrenador. Se trata de eliminar del entrenamiento todos los métodos que puedan provocar una sobrecarga funcional del tendón; de más está insistir en la necesidad del calentamiento y de los estiramientos tenomusculares. Durante la práctica deportiva, hay que detectar el movi­miento nocivo o un defecto en el estilo. 

Finalmente, el material (zapatillas, raqueta, aparatos de gimnasia según la edad, etc.) deberá ser estudiado cuidadosamente. A un tipo de suelo corresponde un tipo de suela. Se comprende fácilmente que este control excede del ámbito médico tradicional. El médico no debe dudar en consultar con el entrenador para poner de manifiesto los posibles factores favorecedores de la tendinitis. Entre el terapeuta y el técnico deportivo debe haber una estrecha colaboración y confianza mutua. 

Tratamiento médico: El reposo es indispensable, aunque muchas veces no se sigue si se trata de una lesión inicial y poco invalidante. Puede tratarse de un reposo relativo, que sólo suprime el movimiento deportivo que pone en marcha el tendón afec­tado, o bien de un reposo deportivo completo o del reposo total del tendón, que puede llegar hasta inmovilizar el ten­dón lesionado por medio de una venda elástica, o incluso una escayola. La duración de este reposo es muy variable: puede ir desde algunas semanas hasta varios meses, según la gravedad de la afección. Infiltraciones locales: se trata sobre todo de inyecciones loca­les de corticoides u otros productos como anestésicos locales, vitamina B12… 

Son la terapéutica de elección en opi­nión de ciertos autores, aunque muy criticadas por otros porque se las acusa de favorecer las roturas tendinosas. En la práctica, parece lógico prohibir las inyecciones de cor­ticoides en pleno cuerpo tendinoso de los grandes tendo­nes, aislados y terminales en una función (tendón de Aquiles, tendón rotuliano o tendón largo del bíceps). En estos casos, sólo son lícitas las inyecciones peritendinosas. En las masas tendinosas en napa (tendón común de los epi­condíleos), las inyecciones intratendinosas parecen ser menos agresivas. Debido a la situación anatómica de ciertos tendones (sobre todo la porción larga del bíceps), se pueden aplicar las inyecciones por vía intraarticular. Dentro del tratamiento hay que destacar la Fisioterapia, desde donde se disponen de numerosos métodos: Es importante que el tratamiento no se limite sólo al tratamiento sintomático, por lo que es deseable corregir un eventual desequilibrio muscular agonista‑antagonista. 

Dentro del tratamiento sintomático se podrán utilizar técnicas de masaje, estiramientos, puntos gatillo... De la misma forma, se intentará detectar una posible retrac­ción muscular, origen de desequilibrios biomecánicos que provocan la sobrecarga funcional del tendón (tendón de Aquiles y aparato extensor del pie corto). El fortalecimiento de los grupos musculares se hace sobre todo mediante trabajo estático intermitente, que ofrece la ventaja de desarrollar eficazmente la fuerza muscular sin solicitar al tendón de una forma excesiva. La utilización del aparato Cybex permite la musculación iso­tónica e isocinética estrictas, menos traumatizante para el tendón y que mantiene el músculo en su función dinámica. Cuando los receptores tendinosos han sido afectados, es útil una fase de reprogramación neuromuscular. 

Por último, se trata de efectuar un trabajo funcional, la mayoría de las veces breve, cuyo objetivo es devolver al acto deportivo su carácter armonioso. Se intentará sobre todo hacer desaparecer las posibles compensaciones generadas por la tendinitis. La importancia y la duración de esta rehabilitación suelen ser breves, pero ésta no debe omitirse porque evita la apa­rición de recidivas. Hay que añadir otro tipo de tratamientos también utilizados dentro del ámbito de la Fisioterapia para ayudar en la resolución de la tendinitis: La crioterapia ejerce una acción analgésica, descongestiva, vasoconstrictora en una primera etapa y, luego, vasodilata­dora, existiendo varias formas de aplicación: bolsas de hielo, «packs», atomizadores, esponjas congeladas, etc. Habitualmente, se prescriben aplicaciones discontinuas de 15‑30 minutos, varias veces al día protegiendo la piel. 

La utilización del frío puede asociarse con otras técnicas (masajes con frío) o aplicarlo por su acción vasodilatadora secundaria, que favorece la penetración percutánea de los medicamentos. El calor, utilizado más bien en patología muscular, ejerce a veces una acción analgésica, como ocurre en el desentu­mecimiento y calentamiento en ciertas tendinitis. Las corrientes eléctricas: la baja frecuencia es la más utilizada debido a su acción analgésica. Las corrientes polarizadas permiten la penetración de las sustancias analgésicas o antiinflamatorias. Las ondas cortas médicas ejercen una acción vasodilatado­ra profunda. Las ondas electromagnéticas: las ondas centimétricas se aplican en las patologías de las inserciones. Las ondas mecánicas: los ultra y los infrasonidos suelen tener sus mejores indicaciones en las patologías tendinosas. La radioterapia antiinflamatoria debe reservarse para los casos rebeldes, ya que sus efectos secundarios no carecen de riesgos. El masaje se orienta a los músculos, pero también a las inserciones dolorosas. «Puncing» durante 15 minutos cada 2 días (5‑10 sesiones). http://www.fisioterapia-online.com/articulos/la-tendinitis-en-el-deporte Tratamiento vertebral.

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