Esta semana te explicamos uno de los riesgos mas comunes en época estival, hidrocución y senderismo.
Y además, otros cuatro riesgos que debes conocer para poder identificarlos a tiempo.
Como ya te he dicho otras veces, hacer que un paseo por el campo sea algo agradable o, que se convierta en una pesadilla depende de ti, de tu formación y preparación para reaccionar cuando ocurra lo imprevisto.
Por tu seguridad y la de los que te acompañen, no dejes de leer los siguientes consejos.
Empezamos, prepárate.
1.- HIDROCUCIÓN O MAL LLAMADO “CORTE DE DIGESTIÓN”.
Cuantas veces has ido por la montaña asado de calor, empapado en sudor, deseando encontrar una sombra donde poder quitarte esa mochila de la espalda.
Tumbarte debajo de esa encina que te da su sombra, al lado de un arroyo de agua fresca con alguna que otra poza.
Miras a tu alrededor y no hay nadie.
Sientes ganas de meterte y refrescarte. No te vale lavarte la cara, mojarte la cabeza.
Lo que quieres es bañarte. Hundirte en la poza y calmar tu sofoco.
Y no te cortas. Ahí vas, de cabeza…
No son pocos los que no nos lo pensamos y nos vamos bañando de charco en charco.
Pero cuidado.
Corres riesgo de una HIDROCUCIÓN.
Tu temperatura corporal ha subido y el contraste con el agua fría es muy alto. Y además, la sensación de contraste de temperatura se da en una gran área de piel de tu cuerpo a la vez, con lo que dicho contraste con tu temperatura corporal es mayor.
Eso provoca un “espasmo” del sistema respiratorio, inhibiéndose a continuar con su deber.
Se nos “corta la respiración”.
Literalmente.
Y el corazón no se queda a la zaga. “Si tú no respiras, yo me paro”.
Es la respuesta del sistema circulatorio a un contraste tan alto de temperatura.
Resultado: parada cardio-respiratoria con resultado de … Susto, dejémoslo en susto.
Ten cuidado, valiente.
Si decides refrescarte en la montaña, hazlo despacio.
No desafíes a tu cuerpo.
2.- HIPERTERMIA O GOLPE DE CALOR.
Básicamente, se define como la imposibilidad de tu organismo en controlar un aumento de su propia temperatura corporal.
Los síntomas de una hipertermia leve son: cansancio, dolores musculares, dolor de cabeza, náuseas, hipotensión y en algunos casos, pérdida del conocimiento.
Con síntomas como la lengua seca u orín oscuro, la situación se nos agrava.
Si además presentamos somnolencia, piel roja y seca, dificultad respiratoria, pulso débil, sed intensa, dolor de cabeza, vómitos y pérdida de conocimiento prolongada, la situación requiere de hospitalización.
Solución, lo ideal sería ponerle al montañero en un lugar fresco. Esto va a ser difícil, pero por lo menos busquemos un lugar con sombra, aflojemos su ropa y refresquemos con paños húmedos. Si está consciente podemos darle pequeños sorbos de agua, siempre y cuando no los vomite. Es mejor no darle líquidos azucarados porque tienden a deshidratar.
Y ya sabes, como es mejor prevenir que curar, intenta planificar mejor tu marcha evitando tener que andar en las horas de mayor calor, bebe agua aunque no tengas sed, procura no bañarte en agua muy fría para evitar una vasoconstricción seguida de una vasodilatación, que puede preceder a un golpe de calor.
Planifica mejor tu ruta y estate atento de los síntomas en los niños y mayores, son más propensos.
3.- AGOTAMIENTO SÚBITO.
La falta de experiencia, a veces nos hace calcular mal nuestras propias fuerzas.
Si a esto le unes la falta de exactitud para calcular distancias, el desconocimiento de la orografía del terreno y una pizca de ansiedad porque no sabemos muy bien donde estamos, el resultado puede acabar con un agotamiento sobrevenido que nos deje totalmente anulados.
Puede que exista algún otro ingrediente, como el hecho de ser fumador, el inicio de una leve deshidratación, o la falta de forma.
Entonces estamos hablando de un problema serio.
Si el individuo padece alguna enfermedad que de alguna manera le impide estar a tope, quizá la mejor decisión sea no salir de momento a la montaña.
Pero yo en este caso, no quiero referirme a esas situaciones.
Agotamiento súbito
De lo que quiero hablarte es de esa otra en la que parece que ya no vamos a poder más. Y el motivo no es por algo físico, de nuestro cuerpo.
El motivo de que parezca que no podemos más lo tenemos en nuestra cabeza.
Las trampas sicológicas que nos tiende nuestro propio cerebro cuando salimos de nuestra zona de confort.
Te cuento un ejemplo.
Me ocurrió en mis primeras salidas a la montaña. Decidí visitar unas minas de plata abandonadas. Ya os diré por donde están. Nada más empezar la ruta se sube una cuesta, no muy inclinada pero muy larga. Yo, totalmente ignorante empecé a subir, y como no conocía esa técnica del “paso montañero”, pues ahí que iba, andando cada vez más deprisa para llegar antes.
Rápido empecé a respirar con dificultad y, según me iba faltando el aire en los pulmones, mi cerebro me minaba con mensajes del tipo: “yo no puedo hacer esto”, “quien me manda meterme en esto”, “no necesito hacer esto”, “mejor me quedo en casa”.
Esa trampa sicológica es la que te vas a encontrar cada vez que fuerces a tu cuerpo a realizar un trabajo para el cual no está acostumbrado. Y esas trampas serán tan fuertes que te harán dudar de tu verdadera capacidad. Te harán sentir un agotamiento súbito imposible de vencer.
Si no lo has hecho antes, te recomiendo que leas nuestro post sobre capacidad de sacrificio.
Y te puedo asegurar con conocimiento de causa, que siempre se puede mas.
Que tu cerebro es un vago que intenta arrastrar a tu cuerpo. Que intentará convencerte para que abandones el esfuerzo incluso, sabiendo las recompensas que tendrías al final, en la meta.
No te dejes engañar por él, verás que con un poco de práctica identificarás esas trampas sicológicas y te crecerás ante ellas.
4.- Peligro de tormenta. Caída de rayos.
Todos hemos presenciado una de esas tormentas de verano, de esas que van fraguándose durante varios días y que acaban con un cielo negro que da miedo ver.
Y de pronto todo comienza con un rayo a lo lejos, seguido de un trueno ensordecedor que invita a escondernos en lo mas oscuro de casa.
Lo malo es que esto nos pille en medio de la montaña, durante nuestra ruta de senderismo. ¿Donde nos escondemos? ¿Qué hacemos?
Vamos a empezar por explicar a qué nos enfrentamos.
Lo mas peligroso de una tormenta es la caída del rayo a la tierra. Se produce cuando la diferencia de potencial entre la nube y la tierra supera la capacidad aislante del aire. El peligro puede no ser aparente: se dan casos de caída de rayos a más de 20 km de distancia del lugar en que descarga la tormenta.
Atentos, aproximadamente el 30% de las personas alcanzadas por un rayo mueren, y el 74% de los supervivientes quedan con discapacidades permanentes.
Los afectados se concentran en zonas de campo, ya que en las ciudades, la propia estructura de edificios y la existencia de pararrayos minimizan los riesgos.
Las lesiones más frecuentes son daños neurológicos y cardiopulmonares,
Pero aunque las anteriores son las mas severas, no perdamos de vista otras lesiones muy corrientes en este tipo de accidente: quemaduras en las zonas por donde entra y sale el rayo y en las zonas de contacto con partes metálicas, pérdida de visión y audición, fracturas óseas, etc. Puede haber, además, confusión y pérdida de memoria.
Ahora bien, ¿que hacemos si nos vemos sorprendidos por una tormenta con aparato eléctrico?
La Asociación Profesional de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid recomienda:
– Si practicas Senderismo, conviene prestar atención a los partes meteorológicos.
– Desistir de hacer cumbre o terminar una ruta en el caso de que veamos formarse un cumulonimbo en clara progresión hacia la tormenta y en la dirección en la que nos dirigimos.
– En caso de sentir un cosquilleo en la piel, que se eriza el cabello y que los objetos metálicos o que terminan en punta metálica emiten un extraño zumbido parecido al de una colmena y se producen chispas o destellos la tormenta está próxima.
– NUNCA echar a correr durante una tormenta y menos con la ropa mojada, esto es muy peligroso.
– Deshacerse de todo material metálico (piolets, bastones, mochilas con armazón, palas, paraguas, herramientas…) y depositarlo a más de 30 metros de distancia.
- APAGAR WALKIE-TALKIES Y TELÉFONOS MÓVILES.
– NUNCA refugiarse debajo de un árbol o una roca o elementos prominentes solitarios. Un árbol solitario por su humedad y verticalidad aumenta la intensidad del campo eléctrico. En cambio un bosque, aunque sea pequeño, puede ser un buen refugio. Cobijarse debajo de los árboles de menor altura.
– Alejarse de terrenos abiertos y despejados, como praderas o cultivos. En estas zonas una persona sobresale bastante del terreno y puede convertirse en un pararrayos. Es preferible quedarse debajo de un grupo de árboles, a ser posible de menor altura que otros de la zona.
– Aislarse del suelo y del contacto con charcos o zonas mojadas. Salir inmediatamente y alejarse de ríos, piscinas, lagos, el mar y otras masas de agua.
– Alejarse y NO refugiarse en pequeños edificios aislados como graneros, chozas, cobertizos…; las tiendas de campaña tampoco son seguras.
– NO refugiarse en la boca de una cueva ni al abrigo de un saliente rocoso, el rayo puede echar chispas a través de estas aberturas, algunas son incluso canales naturales de drenaje para sus descargas. Solo ofrecen seguridad las cuevas profundas y anchas, mínimo un metro a cada lado.
– La posición de seguridad más recomendada ES DE CUCLILLAS, lo mas agachado posible, con las manos en las rodillas, tocando el suelo sólo con el calzado. Esta posición nos aislará en buena medida al no sobresalir sobre el terreno. No debemos echarnos en horizontal sobre el suelo.
– Si se va en grupo es aconsejable dispersarse unos metros y adoptar la posición y demás precauciones de seguridad.
– En caso de ir con niños, para evitar el pánico o el extravío, mantener contacto visual y verbal con ellos. Si un rayo afecta a una persona las demás en contacto pueden verse afectadas por la descarga, por esto mismo también es recomendable alejarse de rebaños y grupos de mamíferos.
– El mejor sitio para refugiarse a la intemperie durante una tormenta ES UN VEHÍCULO CERRADO.
Dentro debemos apagar el motor, bajar la antena de la radio y desconectarla, cerrar las ventanillas y las entradas de aire. En caso de caída de un rayo el vehículo se cargará sólo por el exterior mientras que el interior quedará intacto, fenómeno conocido como “Jaula de Faraday”. Debe evitarse tocar las partes metálicas del vehículo, incluso al salir de un vehículo que ha recibido una descarga. En caso de ir conduciendo y verse sorprendido por una tormenta conviene disminuir la velocidad y no detenerse en zonas por donde pueda discurrir gran cantidad de agua.
– Es totalmente falsa la creencia popular de que un rayo no cae dos veces sobre un mismo lugar.
5.- Mordeduras de animales y picaduras de insectos.
Claro, ya te has dado cuenta que estamos en el campo. Y en el campo viven animalitos, y algunos de ellos con muy mal genio.
No serás el primero que se sienta encima de un hormiguero de hormigas rojas canívales. O que es perseguido de manera insistente por alguna avispa.
Estos bichitos no son lo peor que te puedes encontrar.
Quizás no sea muy popular, pero en Madrid, en nuestra sierra de Guadarrama y La Pedriza tenemos víboras.
Vamos a hablar un poco de las criaturas que nos podemos encontrar:
Sanguijuelas:
Las hay marinas, de agua dulce e incluso arborícolas.
Tienen mala fama, y aunque su uso en medicina vuelve a estar en auge, no consiguen cambiar su mala imagen.
Lo normal es que nos muerdan mientras nos damos un baño en aguas de algún río de agua fresca.sanguijuelas
Entre los dientes poseen unas glándulas que segregan hirudina, que impide la coagulación de la sangre.
Su mordisco apenas produce un leve enrojecimiento de la piel. Y lo más importante, no transfieren ningún tipo de enfermedad, ni siquiera de infección.
Para quitártela cuando la tengas enganchada a tu piel, basta con que la quites raspando con tu uña. Después un poco d desinfectante y se acabó.
Avispas, abejas y tábanos.
No te voy a descubrir nada nuevo. Si te pica una abeja duele, si te pica una avispa duele y si lo hace un tábano, también.
Lo normal es que duela durante unas horas, que se hinche la zona y se ponga colorada.
Lo peor es que tu organismo reaccione con una crisis anafiláctica, es decir, que todo tu organismo muestre una reacción de tipo alergia tras la picadura de estos insectos.
Uno de los primeros sistemas será que se te inflamen zonas donde no existían picaduras. Si te pica en la mano y se te inflaman los labios o los ojos.
La visita al médico es de carácter urgente. No esperes.
Serpientes.
Pocas personas saben de la existencia de víboras en nuestra comunidad autónoma.
En la zona del Parque de Guadarrama o La Pedriza, su existencia está sobradamente constatada.
Ni que decir tiene que lo mejor es no tocarla, pero eso si la ves.Víbora
Como lo más fácil es que no la veas hasta que estés encima de ella, lo mejor sería intentar no estar en el mismo hábitat que ella.
Pedregales, canchales de rocas, lugares de acumulación de hojarasca o secadales, suelen ser los sitios donde gustan estar.
Procura evitarlos.
Pero si ya te ha mordido, la web “Víboras de la Península Ibérica” recomienda:
– Identificar a la serpiente sin tratar de capturarla o matarla.
– Constatar la mordedura y la inoculación de veneno por las dos marcas y el dolor.
– No cortar ni succionar la mordedura; ello aumenta la lesión local y el riesgo de infección. – Colocar un vendaje compresivo sobre la zona de la mordedura o un torniquete flojo entre ésta y la raíz del miembro mordido (debe permitir el paso de un dedo por debajo).
– Si el miembro afectado es un brazo, inmovilizarlo en cabestrillo con un pañuelo a la altura del pecho.
– Tranquilizar al accidentado.
– Aliviar el dolor con aspirina o con paracetamol.
– No dar al afectado bebidas alcohólicas o hipnóticos ni poner hielo sobre la mordedura.
– Evacuar a la víctima a un centro sanitario; los médicos valorarán la administración de suero antiviperino (su uso no está exento de riesgos).
Te hemos ofrecido algo de información sobre algunos de los riesgos que te puedes encontrar en tu excursión por la montaña.
Sabemos que no están todos.
Por eso queremos apelar a tu buen juicio, a tu sentido común y a tu sensatez, para que un día de ruta sea toda una experiencia y con la que siempre te queden ganas de volver.
¿Quieres contarnos tu experiencia? Con ello aprendemos todos de todos.
http://caminoalacumbre.com/hidrocucion-y-senderismo/
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