martes, 19 de octubre de 2010

UNA DOSIS DE SALUD QUE SE SIRVE EN TAZA

Ocho de la mañana. Comienza el día y el cuerpo te pide un café. El olor y el inconfundible sonido de la cafetera te avisan de que está listo. Esta situación ocurre en la gran mayoría de los hogares de todo el mundo. Al segundo producto más exportado –por detrás del petróleo– sólo le gana el agua en consumo y cada vez más científicos destacan sus ventajas. Pero, como todo, hay que tomarlo en su justa medida. Se calcula que tres es el número de cafés que el organismo puede tomar al día. Diferentes estudios han podido registrar efectos positivos al incluir de forma moderada la bebida en la alimentación cotidiana, pero si su consumo se da sin control, y además se combina con una dieta poco saludable, el resultado puede ser un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Estas son algunas de las principales líneas de investigación sobre los beneficios del café para la salud:



RENDIMIENTO
El efecto sobre la disminución de la percepción de cansancio empezó a estudiarse a principios del siglo XX, pero no fue hasta finales de la década de los 70 cuando comenzó a tenerse en cuenta como ayuda para los deportistas. Aunque se ha establecido que retrasa un 10%-20% la aparición de cansancio en ejercicios de resistencia, hay personas que experimentan efectos secundarios como nerviosismo, dolor de cabeza o insomnio, más frecuentes con dosis elevadas. "La cantidad óptima de cafeína depende de cada individuo. Lo perfecto serían 3 miligramos por kilo de peso corporal. Sin embargo, hay personas que tienen más tolerancia", dice María Antonia Lizarraga, profesora de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Barcelona. "Ayuda tanto a los deportistas que practican ejercicios de resistencia como a los que priman la fuerza", añade.

CEREBRO
Se han llevado a cabo estudios para evaluar cómo afecta el café a la cognición y la capacidad memorística. La cafeína es un psicoestimulante, y como tal provoca sensaciones subjetivas como bienestar, confianza, motivación, alerta, vigilancia, eficiencia y concentración, pero "no está demostrado que aumente las capacidades cognitivas, es decir, que permita tener más memoria. Sin embargo, sí que podría ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson", asegura Rafael Franco, neurocientífico del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra (CIMA).

CORAZÓN
Varias investigaciones han llegado a la conclusión de que quienes beben de dos a cuatro tazas al día tienen un riesgo un 20% más bajo de enfermedad cardiaca en comparación con los que toman una menor cantidad. Los investigadores sugieren que el beneficio cardiovascular del café puede explicarse por los antioxidantes que contiene.

HÍGADO
Los consumidores asiduos de café tienen un riesgo reducido de padecer problemas hepáticos como cirrosis
, según varias investigaciones. Los expertos aseguran que hay uno o más componentes del café capaces de disminuir hasta un 22% el riesgo de que el hígado enferme gravemente. Hay estudios que muestran que los bebedores de café tienen menos elevadas las transaminasas, proteínas que produce el hígado de forma natural y que se elevan en enfermedades como la cirrosis.

CÁNCER
Las mujeres que beben más de cuatro tazas de café o té por día tienen la mitad de probabilidades que las no bebedoras de padecer cáncer de útero, según otro estudio. Los investigadores creen que puede deberse a la cafeína, ya que esta disminución de riesgo no se ha observado en quienes consumen café descafeinado. En otra investigación se encontró un 39% menos de riesgo de padecer cáncer de cabeza y cuello entre los participantes que eran bebedores regulares.


El café es una mezcla de muchas sustancias químicas: cafeína, carbohidratos, lípidos, aminoácidos, vitaminas, minerales, antioxidantes y otros componentes activos.

Tras los diferentes estudios centrados en esta última, los antioxidantes han ocupado un lugar preferente en las investigaciones y se sabe que su tueste y la manera de prepararlo incrementa su cantidad. No obstante, los investigadores creen que podría haber otras moléculas protectoras todavía por identificar que podrían convertirse en la base de nuevos fármacos y terapias en el futuro. "El problema del café es que se habla de él en general, pero hay muchos tipos. Los que más se conocen son los arábica y los robusta. Los primeros, más aromáticos, con menos cafeína y menos antioxidantes. Los segundos, con aromas más fuertes y más antioxidantes", señala María Paz de Peñás, profesora titular de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Navarra.

"El café que se consume en España, el expreso, tiene más sustancias antioxidantes y es mucho más concentrado que el de otros países, de ahí que tomemos menos cantidad. Al hablar de sus beneficios hay que tener en cuenta que es un alimento saludable si se toma moderadamente, pero no es una bebida mágica sin más", recalca la experta.
Emma Fernández Madrid

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