La adolescencia es una etapa clave desde el punto de vista nutricional.IDEALUn estudio del grupo de investigación GENUD (Growth, Exercise, Nutrition and Development) de la Universidad de Zaragoza demuestra que las concentraciones en sangre de ciertas vitaminas y minerales están asociadas con un marcador de salud durante la adolescencia, como es el caso de la condición física.
Este estudio, coordinado a nivel europeo por Luis Gracia junto a investigadores de Bélgica, Francia, Grecia o Italia, se apoya en que los bajos niveles de condición física están asociados a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en la población en general, por lo que utilizar este tipo de valoraciones desde edades muy tempranas podría ayudar a reducir el impacto de la patología vascular. El grupo, que ha utilizado datos del proyecto transversal HELENA (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence), ha valorado estos micronutrientes en más de 3.500 adolescentes europeos entre 12 y 17 años en el que se ha convertido en el estudio pionero en la utilización de un número tan amplio de vitaminas y minerales.
Los micronutrientes son sustancias que el organismo necesita en pequeñas cantidades para el correcto funcionamiento del cuerpo mediante distintos procesos bioquímicos y metabólicos del organismo, sin las cuales no podría realizar las funciones vitales. Para el estudio, los investigadores recogieron muestras de sangre en las que las concentraciones de ciertos micronutrientes estaban íntimamente conectadas con el rendimiento de los adolescentes en las pruebas de condición física. Por ejemplo, en relación con la condición física cardiorrespiratoria, mayores concentraciones de hemoglobina, retinol y vitamina C, en varones, y de beta-caroteno y vitamina D, en mujeres, estaban asociadas con un mayor consumo máximo de oxígeno.
Unos resultados que deben tenerse especialmente en cuenta desde etapas tempranas de desarrollo en una Europa con bajos niveles de actividad física y altos niveles de sobrepeso y obesidad, relacionados a su vez con una mala alimentación e ingesta de micronutrientes que como consecuencia puede derivar en una baja condición física, además del alto riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
Este nuevo estudio es uno de los primeros en encontrar asociaciones en este grupo de edad, con la importancia de controlar los resultados por un importante set de variables de confusión, aunque tal como sugieren los autores estas variables deben ser estudiadas más en profundidad con un estudio de carácter longitudinal que permita evaluar relaciones causales.
ESCRITO POR EFE/J.A,.M. Viernes, 30 de Noviembre de 2012
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