sábado, 1 de diciembre de 2012

EL RAP, BAJO LA LUPA DE LA NEUROCIENCIA

INVESTIGACIÓN | Conexiones cerebrales

Comienza a sonar la música y las palabras fluyen como sin pensarlas, surgen rimas reivindicativas, rítmicas... Mientras, las conexiones neuronales echan humo y los procesos creativos se ponen en funcionamiento. Un estudio ha observado por primera vez qué ocurre en el interior del cerebro cuando un rapero improvisa. Mediante imágenes de resonancia magnética funcional, que miden el flujo sanguíneo de los tejidos, un grupo de investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU (NIH por sus siglas en inglés), ha tratado de observar qué mecanismos cerebrales se ponen en marcha durante un rap improvisado. 

 Sus conclusiones, que se acaban de aparecer en el último 'Scientific Reports' (una publicación del grupo 'Nature'), pretenden ayudar a comprender mejor cómo funciona el proceso creativo y qué regiones cerebrales se ponen en funcionamiento cuando alguien realiza una creación artística (bien sea musical, literaria o pictórica). Improvisar en la camilla Para su experimento, Siyuan Liu y su equipo convencieron a 12 raperos para someterse a una resonancia magnética cerebral mientras improvisaban algunas letras. Los autores admiten que éste no es el escenario habitual en el que están habituados a rapear, pero todos ellos se prestaron con gusto a colaborar. 

 Comparando la imagen obtenida de su cerebro con la de otros raperos que estaban interpretando letras ya conocidas y ensayadas, los neurólogos pudieron observar algunas peculiaridades únicas en el rap improvisado. Concretamente, una especial activación del córtex medio prefrontal, ubicado en el lóbulo frontal y relacionado con la planificación; pero también en ciertas áreas con funciones motoras y emocionales, como la amígdala. El esquema cerebral que se encendía en las resonancias de raperos que improvisaban sugiere a los especialistas que este estilo musical pone en funcionamiento una red que relaciona "motivación, lenguaje, afecto y movimiento". De hecho, añaden, parece que al improvisar se alteran las relaciones entre regiones ligadas a la intención y a la acción, de manera que esta reorganización funcional del cerebro facilite la fase más creativa del rap.  

Los autores vieron un curioso fenómeno con respecto a los dos hemisferios del cerebro. Mientras que en la primera parte de la creación musical se activaba mayoritariamente el hemisferio izquierdo (el encargado de verbalizar, leer, escribir...); cuando los raperos se acercaban al final de cada frase, era el lado derecho el que se 'encendía' (el mismo que, según experimentos anteriores, se activa en personas que están escuchando música). Aunque admiten que no sabe muy bien a qué responde este patrón de lateralización, sospechan que tiene que ver con el propio proceso creativo, con un estallido inicial de ideas que poco a poco se van reposando, a medida que la letra va llegando al final de cada frase o estrofa. Los investigadores consideran que este tipo de rap "ofrece una oportunidad única para estudiar la improvisación lírica; una forma de creatividad multidimensional que combina la música y el lenguaje". Por eso, concluyen, sus observaciones pueden ser útiles para indagar en este terreno en futuros trabajos.
María Valerio | Madrid 

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