jueves, 14 de septiembre de 2017

8 CONSEJOS PARA FOMENTAR LOS HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN SALUDABLE EN EF



alimentación, hábitos saludables y educación físicaEn este artículo trataremos los hábitos de alimentación saludable, las creencias erróneas, qué nos dicen y cuánta verdad hay en ello, qué necesitamos saber y cómo lo podemos poner en práctica en nuestras clases de educación física.
Hola a todos, hoy es un artículo especial. Y la verdad es que estoy muy contento.
Es un artículo de invitado que ha escrito @MiguelFranco2, del blog Zapemoche, donde nos habla sobre hábitos de alimentación saludable.
Miguel ha publicado recientemente el libro “El amor no es suficiente”, un libro de un centenar de páginas, una obra que se lee rápido y se aprende mucho. Te hace reflexionar sobre la obesidad, los hábitos de alimentación saludable, y los mensajes que les transmitimos a nuestro alumnado y a sus familias, que no siempre son los adecuados ni correctos.

Siempre me han gustado esos libros que te rompen parte de tus esquemas y te hacen reflexionar sobre si lo que hacemos está bien o solo regular. “El amor no es suficiente” es un libro que no te va a dejar indiferente.
Mil gracias a Miguel por aceptar esta colaboración en este blog. Todo un lujo. El resto del texto, pertenece íntegramente a su autoría

Índice de contenidos

A modo de introducción y contextualización

Mira, yo aquí me bajo, yo dejo el tren en esta estación.(…). En tren con destino errado, se va más lento que andando a pie. J. Drexler
Me lo advirtieron antes de dar el último paso. Antes de hacer el último clic debería haber anticipado que esto podía pasar
Si te llaman de algún lugar, si te piden alguna colaboración, si te critican, si te dejan en evidencia, si descubren lo poco que sabes, si te piden consejo, si no les sirve lo que les cuentas,… , deberás dar la cara. Ya no te puedes negar a hablar o a volver a escribir de lo que ya has escrito. Si sigues adelante puede que no ocurra nada de eso pero también puede que pase cualquiera de esas cosas.
Me lo dijeron personas que me quieren y me conocen. Aún así, el puntero del ratón se dirigió veloz hacia el cuadro donde se podía leer “Publicar”.
De aquellos polvos -cercanos- vienen estos lodos. Lo que podéis leer a continuación es consecuencia de aquel clic que significaba autopublicar en Amazon “El amor no es suficiente, un centenar de páginas de fácil y rápida lectura que tratan de animar a docentes y familias a actualizar sus conocimientos y prácticas relacionadas con la alimentación saludable.
La primera frase del libro es “No soy nutricionista”, y también quiero hacerlo saber al principio de esta entrada.
Los maestros y profesores gozamos de una privacidad que algunos pueden considerar privilegiada. De nuestro trabajo son testigos nuestros alumnos y, si lo queremos dejar ahí, nadie más está al tanto de lo que hacemos. Las programaciones son públicas pero nadie las consulta. Nadie viene a ver nuestras clases. En nuestro horario de trabajo atendemos a las familias cada vez que lo consideramos necesario o se nos solicita, pero pocas veces se habla de lo que se enseña y de cómo se enseña y se aprende. En esos encuentros o conversaciones telefónicas se suelen tratar temas relacionados con el rendimiento académico, el comportamiento, las relaciones con los compañeros y profesores, etc… Para dar más transparencia a lo que ocurre en nuestras clases, cada vez es mayor el número de maestros y profesores que comparten a través de blogs y redes sociales sus proyectos, sus estrategias, sus ideas, sus dificultades, sus preocupaciones o sus frustraciones. Es el caso de Kisco Vázquez, compañero que ha tenido la ocurrencia de invitarme a participar en esta joya que es El valor de la educación física. Espero aprovechar la oportunidad que generosamente me ofrece.

Preocupación y esperanza con respecto a los hábitos saludables de alimentación

Hay motivos para la preocupación. Hay motivos para la esperanza. Los primeros son evidentes y nos hablan de ellos las cifras de sobrepeso, obesidad y sedentarismo en nuestros alumnos. Los segundos hay que buscarlos un poco mejor porque no están a la vista.
Yo quiero echar una mano a compañeros y familias para que podamos emprender más pronto que tarde el camino de la esperanza. Un camino difícil de recorrer pero en el que los profesionales de la educación física podemos jugar un papel importante. Somos esenciales en el proceso que puede generar un estilo de vida saludable en nuestros alumnos. No somos expertos en nada pero debemos saber de muchas cosas.
El problema al que nos enfrentamos es complejo. Y como os podéis imaginar no vengo a proponer la solución definitiva porque no la tengo. A partir de ahí debemos reconocer que algo estamos haciendo mal. En casa, en el colegio y en las instituciones que se encargan de proponer soluciones.
El sobrepeso creciente y los problemas que a medio y largo plazo traerá consigo nos obligan por lo menos a tomarnos la molestia de analizar la cuestión y lanzar algunas propuestas para cambiar de rumbo.
Para ello, quisiera organizar la información de este post en torno a cuatro preguntas principales que tienen que ver con nuestro papel como educadores en relación a la promoción de hábitos saludables, centrándonos en la alimentación:
  • ¿Qué sabemos?
  • ¿Qué necesitamos saber?
  • ¿Cómo lo vamos a aprender?
  • ¿Cómo lo vamos a llevar a la práctica?
Vamos a ello.

¿Qué sabemos sobre los hábitos saludables de alimención?

Mayoritariamente sabemos que:
  • Las personas engordan porque comen mucho y se mueven poco.
  • La solución vendría por comer menos y moverse más.
  • Las recomendaciones nutricionales oficiales se resumen en:
    • Pirámide de la alimentación como icono que resume lo que serían buenos hábitos alimentarios.
    • La no existencia de alimentos prohibidos y la no diferenciación entre alimentos buenos y malos.
    • La moderación y la variedad. Se puede -y se debe- comer de todo sin excesos.
    • El desayuno como comida más importante del día. Un desayuno con lácteos, cereales, tostadas y zumo natural sería considerado un buen modelo.
    • Las grasas juegan un papel importante en origen/solución del problema, ya que son el macronutriente más calórico.
    • Mensajes basados en calorías y nutrientes (grasas, proteínas e hidratos de carbono).
También sabemos, por tanto, que la responsabilidad del sobrepeso y la obesidad recae sobre las personas que los sufren y sus entornos. Dado que las causas del problema están claras -comer más de lo que se gasta, ingerir muchas calorías, moverse poco,…- y la solución salta a la vista de puro sencilla -comer menos y moverse más-, toda aquella persona que no lo consiga es culpable. Se lo merece por perezosa y glotona. Por lo tanto, con fuerza de voluntad suficiente el problema del sobrepeso no existiría o sería muy fácil de solucionar. Nos falta fuerza de voluntad. Debemos ser más fuertes para vencer las tentaciones y para empezar a hacer ejercicio.
Por último, sabemos que como maestros y profesores de educación física hemos colaborado en transmitir esas recomendaciones y, por lo tanto, de acuerdo a lo que expongo a continuación, hemos ayudado a hacer más grande el problema. Todo ello con la mejor de las intenciones.

¿Qué necesitamos saber acerca de los hábitos de alimentación saludable?

Urge un replanteamiento de nuestras creencias relacionadas con la alimentación saludable y su relación con el sobrepeso en la población infantil.
Voy más allá, urge una disolución de las mismas para empezar a construir otras nuevas. ¿Por qué? Porque estamos intentando llegar a la Torre Eiffel usando un mapa de Madrid. Para poder cambiar este mapa equivocado por el de París, que es el que nos puede ayudar a encontrar la Torre Eiffel, podemos empezar a reflexionar a partir de los siguientes aspectos:
  • En caso de que comamos mucho, el comer mucho es consecuencia de una mala elección de alimentos. No es la causa. Defiendo que si la elección es adecuada es imposible (o casi) comer mucho y engordar.
  • No es posible adelgazar comiendo menos y moviéndose más. Es una fórmula que no funciona a largo plazo. El largo plazo es el que nos interesa cuando hablamos de hábitos saludables.
  • La teoría del balance energético ha perdido la categoría de teoría para pasar a ser una falacia. La primera ley de la termodinámica se cumple siempre pero carece de utilidad práctica real para afrontar el problema del sobrepeso.
  • Debemos empezar a diferenciar los alimentos -la comida real- de los productos y sustancias comestibles -cosas que se comen y se pueden digerir-. Este aspecto es, en mi opinión, fundamental.
  • Cualquier cosa que comemos es más que las calorías que contiene. También es más que sus macronutrientes.
  • El protagonismo lo han de tener los alimentos, no las calorías ni los macronutrientes.
  • Debemos empezar a centrarnos en la respuesta metabólica que las cosas que comemos generan en nuestro cuerpo. Lo realmente importante es lo que ocurre en nuestro interior con lo que actualmente estamos comiendo.
  • El QUÉ comemos es más importante que el CUÁNTO comemos y el CUÁNDO comemos . El QUÉ condiciona poderosamente el CUÁNTO y el CUÁNDO.
  • Nos educa nutricionalmente la industria alimentaria. Ni familias ni maestros ni médicos ni nutricionistas. Es la industria alimentaria la que genera la mayor parte de la información sobre comida que recibimos y que reciben nuestros alumnos y sus familias. Además, su relación con las instituciones que se encargan de elaborar las recomendaciones oficiales es más que sospechosa.
  • El desayuno no sólo no es la importante del día, sino que puede ser la peor. Si está formado por lácteos chocolateados y azucarados, zumos, cereales del desayuno y otros derivados de harinas refinadas con azúcar y grasas poco saludables (galletas, magdalenas, pan de molde,…) estamos empezando a colaborar con el problema desde primera hora de la mañana. Si la alternativa es no desayunar, defiendo a todo niño que no quiera desayunar, salvo problemas específicos que requieran la atención de algún especialista.
  • La relación del desayuno con el buen rendimiento físico y académico es un mito. Es normal no tener hambre por la mañana. Ojalá forzar a desayunar a un niño leche con ColaCao y cereales Kellogg’s pronto sea visto como una locura del pasado.
  • La persona con sobrepeso y su entorno familiar no deben cargar en exclusiva con la responsabilidad del problema. Se les culpa por no ser capaces de adelgazar aplicando una fórmula que no funciona. Es una gran injusticia.
  • Los hidratos de carbono son básicamente proveedores de energía. ¿No es energía potencial almacenada lo que nos sobra como sociedad con sobrepeso? ¿Qué es la grasa almacenada en los adipocitos si no? ¿Cómo es posible que la base de la alimentación siga ocupada por cereales y derivados si lo que nos proporcionan es básicamente más energía que deberemos eficazmente almacenar? ¿La ingesta de energía -de gasolina “súper”- no debería ir en consonancia con nuestro nivel de actividad física?
  • Nuestro cuerpo es metabólicamente flexible e increíblemente adaptativo. Es capaz de funcionar con diferentes combustibles. La grasa es uno de ellos. ¿Cómo pretendemos movilizar y quemar grasa si nos pasamos el día comiendo hidratos de carbono procedentes de harinas refinadas y productos procesados? Estamos “matando” esa flexibilidad metabólica y amputando parte de esa capacidad de adaptación que nuestro cuerpo tiene.
  • Los alimentos procesados y ultraprocesados son en su mayoría alimentos malos. Los alimentos malos existen y no hay que comerlos. Son los malos malísimos de la película de terror que estamos presenciando.
  • Si los comemos, hay muchos mecanismos y procesos metabólicos que en nuestro cuerpo empiezan a alterarse: sensación de hambre, sensación de saciedad, entorno hormonal, movilización y almacenamiento de grasa, percepción de sabores, microbiota intestinal, …
  • La variedad en la dieta es un mito. El equilibrio no existe si damos por bueno el consejo de que se puede comer de todo lo que encontramos, por ejemplo, en un supermercado.
  • El papel del ejercicio físico como herramienta contra el sobrepeso y la obesidad es más limitado del que a nosotros nos gustaría.Comer mal no se compensa con moverse mucho.
Cada una de esas cuestiones ha sido simplificada y a veces exagerada a propósito y daría para mucho más, pero no es el lugar ni el momento. Todas son matizables. Tan solo son líneas maestras con la intención de provocar.
Creo que pueden ayudarnos en la reformulación de nuestros conocimientos. Quieren facilitar esa renovación. A nosotros como educadores nos importan las generalidades. Transmitimos mensajes que deben calar en todos nuestros alumnos. Damos -debemos dar- ejemplos válidos que sirvan para la mayoría. Los casos particulares deben ser tratados por profesionales de la salud: dietistas-nutricionistas y médicos actualizados. Insisto: actualizados.

¿Cómo vamos a aprender sobre hábtos de alimentación saludable?

No es fácil encontrar fuentes fiables. La información relacionada con la alimentación es enorme. Reina la confusión. Es complicado acertar y decidir, sobre todo si una cosa y su contraria parecen ser válidas. Abundan las recetas mágicas, las dietas milagro, los batidos desintoxicantes y los superalimentos sanadores. Todos ellos de la mano de quienes nos los venden y aliñados casi siempre con una buena dosis de poca vergüenza.
Eso quiere decir que, como maestros que nunca dejan de ser alumnos debemos ponernos a estudiar. Y os voy a presentar algunas personas que han sido clave en el proceso que me ha llevado a autopublicar “El amor no es suficiente” y a tener el privilegio de poder participar en este blog.
Luis Jiménez (@centinel5051): es la persona de la que más he aprendido sobre nutrición y su relación con el sobrepeso. No es titulado en nutrición. Su rigor y su prudencia son admirables. Si hoy se publica un estudio relevante mañana está en su blog en un idioma entendible por todos los mortales. Su blog y sus libros son fundamentales para entender qué está pasando:
Juan Revenga (@juan_revenga): dietista-nutricionista y divulgador infatigable. Su blog es una herramienta muy útil para iniciar la “demolición de la pirámide” y muchos otros cambios necesarios. Artículos sencillos, profundos y críticos. Mis primeras actividades con alumnos se basaban siempre en ellos.
Marcos Vázquez (@fitrebelde): una visión global de la salud desde una perspectiva evolutiva de la mano de la evidencia científica. No es titulado en nutrición. Su blog, su canal de podcast y algunos de sus libros son muy interesantes:
Aitor Sánchez (@midietacojea): el dietista-nutricionista que más presencia está teniendo en medios de comunicación generalistas. Todo un “influencer”. Hace fácil lo difícil. Recomiendo sus tips en rtve.com.
Dietética sin patrocinadores (@DieteticaSin). Sus intenciones lo dicen todo: “La salud y la nutrición deben ser conocidos por el público y los profesionales con información actualizada. Y, sobre todo, sin influencia alguna por parte de la industria (…) Lo que nos une es un interés por la nutrición más actual y por una divulgación libre de conflicto de sesgos.”
Un planteamiento aún más radical (por buscar la raíz) lo encontraréis en el enigmático Vicente y su blog No vuelvo a engordar. Su libro de descarga gratuita es revelador en el mejor sentido de la palabra.
Reconozco que devoro todo lo que esas referencias escriben y publican. Os animo a tomaros al menos una tapita de cada uno de ellos de vez en cuando.
Como regla general, y a pesar de que pueda parecer una opción exagerada, desconfiaría de:
  • Artículos con titulares impactantes relacionados con lo buenos que son algunos alimentos y lo malos que son otros.
  • Campañas institucionales avaladas por grupos de expertos, por muchos sellos de ministerios y asociaciones oficiales de nutricionistas que lleven.
  • Todo aquello que hable de moderación, de equilibrio, de variedad, de balance energético, de quemar el exceso de calorías, …
No digo que anden siempre equivocados, tan solo opino que en la mayoría de los casos no nos ayudan a salir del estado actual de confusión que nos impide crear un relato fiable, mantenido en el tiempo y que promueva realmente un cambio de hábitos.
Si leéis o veis alguna noticia acerca de un descubrimiento reciente relacionado con la nutrición, acudid a las fuentes que os he mencionado porque os ayudarán a sacar mejores conclusiones. Siempre se hacen eco de ellas.

¿Cómo vamos a poner en práctica estos consejos sobre hábitos de alimentación saludable?

Vamos a ser -a seguir siendo- agentes del cambio en nuestros centros educativos y en nuestros entornos familiares. La magnitud de la guerra en la que estamos inmersos se nos escapa de las manos, pero podemos ir librando pequeñas batallas. Solo algunas veces las ganaremos pero, ¿acaso no somos maestros y se nos presupone una valentía extrema? 😉
Algunas ideas:
  • Cambiemos las viejas pirámides de la alimentación (aunque vayan de modernas) por una opción más fácil de entender y con más criterio: healthy eating plate del Instituto de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Es también matizable pero recordemos que comemos de un plato y no de una pirámide.
  • Enseñemos a diferenciar entre comida real y productos comestibles. Es fundamental.
  • Cambiemos las recomendaciones sobre los almuerzos de nuestros alumnos para los recreos. No hay bollería saludable por muy casera que sea, no hay pan bimbo con nocilla saludable, no hay lácteo azucarado saludable, …
  • Recordemos que el zumo no es sustituto de la fruta, por muy natural que sea.
  • Valoremos académicamente los buenos hábitos. Comer fruta puede y debe subir la nota. Creemos un frutómetro, un frutosecómetro, un tuperómetro, … El curriculum nos lo permite. Nosotros elegimos nuestros instrumentos de evaluación.
  • Elaboremos dentro de un proyecto de salud de centro recomendaciones actualizadas para las familias: feria de la salud, folletos, carteles, murales,…
  • Revisemos los restos de lo que recogen las papeleras de nuestros centros y veamos si se parece a esta imagen. Preguntémonos muchas cosas al respecto.
restos de alimentación de lo que no deberían ser hábi</p> <ol>tos de alimentación saludable
  • Por último, demos ejemplo cuando estamos con ellos. Comamos fruta, frutos secos crudos o tostados, llevemos un “táper” con comida real, … Retemos a nuestro alumnado a hacer lo mismo y démosle la recompensa que merece.
El profesor y compañero de educación física Juan Ignacio Beltrán Carrillo (@nachobeltranc), en colaboración con el COLEF de Andalucía y el Foro de Educación Física de Lorca, ha elaborado un extraordinario documento relacionado con las cantinas escolares, todavía en modo borrador, alarmado por la tranquilidad y la frecuencia con la que se incumple la normativa vigente en casi todos los centros de secundaria de Andalucía. Una vez sensibilizados con el problema y adecuadamente formados, debemos poner nuestros miles de granitos de arena para que los entornos escolares no promuevan, con mejores o peores intenciones, unos hábitos que van claramente en contra de la salud presente y futura de nuestros alumnos.

En relación a la autopublicación de “El amor no es suficiente”, quiero aclarar algunas cuestiones:
  • No soy nutricionista. Soy profesor de educación física y padre de dos hijos.
  • No he pasado ningún filtro editorial.
  • Publicar en Amazon no requiere más de 4 clics y un pdf que creáis que merece la pena ser leído. Llegar ahí no implica ningún mérito especial.
  • Más que un libro es un desahogo. Es producto de la necesidad de compartir lo que muchas veces protagoniza las conversaciones de muchos amigos y compañeros de profesión.

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