miércoles, 14 de marzo de 2012

EL GUSTO POR LOS DULCES SE PIERDE, CON FRECUENCIA....

En algunas especies de mamíferos

El gusto por los dulces se pierde, con frecuencia, al evolucionar la especialización de la dieta

Científicos del Centro Monell, en Estados Unidos, han llegado a la conclusión de que 7 de 12 especies relacionadas de mamíferos han perdido el sentido del gusto de lo dulce, en un estudio publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'. Ya que estas especies insensibles al sabor dulce sólo comen carne, los resultados demuestran que el gusto por los dulces se pierde, con frecuencia, durante la evolución de la especialización de la dieta.

Las investigaciones anteriores del equipo de Monell ya habían revelado que, por ejemplo, tanto los gatos domésticos, como los salvajes, son incapaces de percibir compuestos dulces, debido a defectos en un gen que controla la estructura del receptor del gusto de este sabor -los gatos son carnívoros obligados, es decir, que subsisten a base de carne.

En el estudio actual, los científicos de Monell se preguntaron si otros carnívoros estrictos también han perdido el receptor del gusto dulce. Para ello, examinaron los genes del receptor del gusto dulce en 12 especies de mamíferos de diferentes hábitos alimenticios, observando, una vez más, la pérdida de este sabor y, para para su sorpresa, que es un rasgo muy extendido en las especies de carnívoros.

El autor principal, el doctor Gary Beauchamp, biólogo en Monell, comenta que "se pensaba que el sabor dulce era casi un rasgo universal en los animales, pero la evolución ha llevado, de forma independiente, a su pérdida en especies diferentes".

Los expertos observaron que la integridad del gen receptor del gusto dulce estaba estrechamente relacionada con las dietas de los animales. Los lobos marinos, los osos marinos, las focas del Pacífico, las nutrias de Asia, las hienas moteadas, y otras especies que se alimentan de carne, poseen genes defectuosos en los receptores del sabor dulce.

En contraste, los genes de los receptores del dulce han permanecido intactos en los lobos, la nutria canadiense, el oso de anteojos, el mapache, y el lobo rojo -unos carnívoros, y otros consumidores de otros alimentos, además de carne. En conjunto, los hallazgos sugieren que la dieta relacionada con la pérdida del gusto dulce demuestra la importancia del nicho de la dieta, en la estructura y función del sistema sensorial de un animal.

Para explorar más a fondo la relación entre la conducta alimentaria y el gusto, los investigadores examinaron los genes del sabor dulce y umami en los receptores en dos mamíferos: el lobo marino y el delfín mular -estos animales fueron seleccionados porque se tragan toda su comida, lo que sugiere que el gusto no juega un papel importante en su selección dietética. Como se predijo, la pérdida del gusto fue extensa en estos animales -sus genes de los receptores dulces y umami eran disfuncionales.

"Diferentes animales viven en diferentes mundos sensoriales, y esto se aplica, particularmente, a los alimentos. Nuestros resultados proporcionan evidencia adicional de que lo que les gusta comer a los animales -y esto incluye a los humanos- depende, en gran medida, de su biología receptora del gusto", afirma Beauchamp.

Además, la presente investigación plantea cuestiones más allá de la elección dieta, ya que los receptores del gusto han sido recientemente identificados en muchos órganos en todo el cuerpo, incluyendo el intestino, el páncreas, la nariz y los pulmones. "Nuestros resultados muestran claramente que los receptores del sabor extra-orales no son necesarios para la supervivencia de ciertas especies", apunta el doctor Peihua Jiang, biólogo molecular en Monell.
(EUROPA PRESS) -

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