TELEMÁTICA El tratamiento mejora
Las nuevas tecnologías y la medicina van de la mano, no sólo en laboratorios de investigación y en hospitales, también en el hogar. Un estudio publicado en 'Archives of Internal Medicine', confirma las ventajas que ofrece la telemática para el control de la tensión arterial del paciente sin necesidad de acudir a la consulta.
Como explican los autores de este trabajo, "para mejorar el manejo de la hipertensión, es necesario incorporar nuevos métodos de cuidado que permitan hacer el seguimiento a distancia". Sin embargo, añaden, "apenas han sido evaluados". Esta es la razón por la que el equipo de científicos estadounidenses ha decidido analizar el tratamiento de la hipertensión a través de la telemonitorización de la tensión arterial.
Para ello, los investigadores han dividido a 593 personas con hipertensión en cuatro grupos. Uno estaba tratado de forma tradicional (a través del médico de cabecera), otro recibía, además, llamadas telefónicas centradas en la educación del paciente, sobre la patología, la importancia del tratamiento, etc. El tercer grupo tenía instrucciones para tomarse la tensión arterial y enviar sus cifras vía telefónica. A través de un programa informático basado en unos algoritmos determinados, el paciente recibe consejos o incluso se le indicaría un cambio en el tratamiento si fuera necesario. El resto de los pacientes se beneficiaba de los anteriores servicios: los mensajes educativos y la valoración de sus cifras.
En los primeros 12 meses, la intervención educativa demostró ser capaz de mejorar el control del paciente sobre su tensión arterial en casi el 13%. En cuanto a la transmisión de las cifras vía telefónica, también conseguía mejorar el autocuidado de la persona afectada. Sin embargo, a los 18 meses, estas medidas, de forma independiente, dejaban de dar resultados tan significativos.
Quienes más se beneficiaban de este método a distancia eran aquellos que no tenían un control adecuado de su tensión arterial antes de iniciar el estudio y que recibieron la opción combinada, es decir, las dos intervenciones telefónicas. En estos pacientes, su tensión sistólica disminuyó 8,3 mm Hg a los 12 meses de haber iniciado el programa terapéutico. En ellos también se produjo una reducción de la otra cifra de tensión arterial, la diastólica, cayendo 4,2 mm Hg en el mismo periodo.
En definitiva, este trabajo revela que "las ayudas telemáticas pueden favorecer el control de la tensión arterial, aunque en este caso el efecto se va perdiendo con el tiempo", subraya Josep Redón, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico de Valencia.
En cualquier caso, se trata de una gran apuesta en la medicina de un futuro próximo. "Hay algunos estudios pilotos que ponen de manifiesto las ventajas de la informática y la telecomunicación para mejorar el tratamiento de pacientes con enfermedades como la insuficiencia cardiaca", señala el doctor español. "Es una opción rentable desde el punto de vista coste-efectivo. Si tienes controles desde casa, se puede detectar un desajuste antes de que se descompense; muy útil tanto para el control de enfermedades cardiacas como para el manejo de los factores de riesgo de las mismas", concluye.
Las nuevas tecnologías y la medicina van de la mano, no sólo en laboratorios de investigación y en hospitales, también en el hogar. Un estudio publicado en 'Archives of Internal Medicine', confirma las ventajas que ofrece la telemática para el control de la tensión arterial del paciente sin necesidad de acudir a la consulta.
Como explican los autores de este trabajo, "para mejorar el manejo de la hipertensión, es necesario incorporar nuevos métodos de cuidado que permitan hacer el seguimiento a distancia". Sin embargo, añaden, "apenas han sido evaluados". Esta es la razón por la que el equipo de científicos estadounidenses ha decidido analizar el tratamiento de la hipertensión a través de la telemonitorización de la tensión arterial.
Para ello, los investigadores han dividido a 593 personas con hipertensión en cuatro grupos. Uno estaba tratado de forma tradicional (a través del médico de cabecera), otro recibía, además, llamadas telefónicas centradas en la educación del paciente, sobre la patología, la importancia del tratamiento, etc. El tercer grupo tenía instrucciones para tomarse la tensión arterial y enviar sus cifras vía telefónica. A través de un programa informático basado en unos algoritmos determinados, el paciente recibe consejos o incluso se le indicaría un cambio en el tratamiento si fuera necesario. El resto de los pacientes se beneficiaba de los anteriores servicios: los mensajes educativos y la valoración de sus cifras.
En los primeros 12 meses, la intervención educativa demostró ser capaz de mejorar el control del paciente sobre su tensión arterial en casi el 13%. En cuanto a la transmisión de las cifras vía telefónica, también conseguía mejorar el autocuidado de la persona afectada. Sin embargo, a los 18 meses, estas medidas, de forma independiente, dejaban de dar resultados tan significativos.
Quienes más se beneficiaban de este método a distancia eran aquellos que no tenían un control adecuado de su tensión arterial antes de iniciar el estudio y que recibieron la opción combinada, es decir, las dos intervenciones telefónicas. En estos pacientes, su tensión sistólica disminuyó 8,3 mm Hg a los 12 meses de haber iniciado el programa terapéutico. En ellos también se produjo una reducción de la otra cifra de tensión arterial, la diastólica, cayendo 4,2 mm Hg en el mismo periodo.
En definitiva, este trabajo revela que "las ayudas telemáticas pueden favorecer el control de la tensión arterial, aunque en este caso el efecto se va perdiendo con el tiempo", subraya Josep Redón, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico de Valencia.
En cualquier caso, se trata de una gran apuesta en la medicina de un futuro próximo. "Hay algunos estudios pilotos que ponen de manifiesto las ventajas de la informática y la telecomunicación para mejorar el tratamiento de pacientes con enfermedades como la insuficiencia cardiaca", señala el doctor español. "Es una opción rentable desde el punto de vista coste-efectivo. Si tienes controles desde casa, se puede detectar un desajuste antes de que se descompense; muy útil tanto para el control de enfermedades cardiacas como para el manejo de los factores de riesgo de las mismas", concluye.
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