Es el libro que todos los corredores, incluso los que apenas abren un libro en su vida, han leido.
No es que nos dé pistas sobre lo que debemos/podemos hacer, sino que, por el contrario todos nos vemos reflejados en todo, o en parte, de lo que cuenta: los entrenamientos, las competiciones, las angustias, las manias, la felicidad, la autosuperación, los retos,… todas las cosas de las que hablamos entre nosotros, los corredores y que los que no corren no parecen comprender…. las carreras como una parte vital de nuestras vidas, en las que todo lo demás es secundario.
Sonrio al recordar. Es un libro que me ha encantado. Y como encima lo escribe un escritor que corre, es delicioso leerlo.
Tras leerlo, nunca he vuelto a entrenar igual porque cada cosa me recuerda algo del libro:
la melena recogida en forma de colas de caballo de las chicas con las que me cruzo, me recuerdan a Murakami.
Los corredores con los que me cruzo, me recuerdan las reflexiones de Murakami.
Mis ampollas, tras una carrera, igual que Murakami.
Lo que voy sintiendo, esa agonía, ese ansia de llegar a más, ese no rendirme e ir en piloto automático hasta la meta, esa preparación mental antes de una carrera, la preparación minuciosa de los entrenamientos...todo en ese libro me explica a mi misma, aunque a distancia, que yo soy muy precavida y no hago ni una sóla burrada con mis entrenamientos o competciones.
Si alguna vez, ves que flojeas, que te falta motivación, vuelve a coger este libro y saborea sus páginas. Seguro que vuelven tus ganas de ponerte las zapas y salir a trotar. Garantizado.
Publicado por letrapi en 09:20
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