sábado, 26 de septiembre de 2015

¿QUÉ TAN DUROS DEBEN SER TUS ENTRENAMIENTOS?


1.- LA DESTRUCCIÓN
Sentir incomodidad en determinados entrenamientos es correcto y hasta necesario (los entrenamientos de velocidad, por ejemplo), pero correr con dolor en tus rodillas, tobillos o cualquier parte de tu cuerpo es un gran error. No eres un corredor valiente, aguerrido o corajudo por correr con dolor; eres un corredor imprudente que no puede aceptar que los dolores son el medio de comunicación de tu cuerpo para que entiendas que estás haciendo algo mal. El trabajo duro es importante para convertirnos en mejores corredores, pero no debes confundirlo con la realización de entrenamientos extremadamente duros que excedan las capacidades de tu cuerpo para asimilarlo y sacar provecho de él. Correr no tiene que doler, y si luego de terminar tus entrenamientos sueles detectar estas señales, probablemente estés trabajando a una intensidad que no es la adecuada: – Sientes tus piernas duras y tienes dificultades para desplazarte con normalidad . – Arrastras cansancio y fatiga un día tras otro. – El cansancio se convierte en dolor. – Aplicas hielo y tomas antiinflamatorios diariamente para poder entrenar. Aunque parezca mentira, este último punto es el mas visto, demasiados corredores abusan del consumo de drogas como el ibuprofeno o el diclofenac para poder entrenar; creen que como les quitan el dolor, ya están en condiciones de exigirse nuevamente. 
2- LA ADICCIÓN AL DOLOR 
Muchos corredores tienen miedo de correr lento, creen que correr a un ritmo relajado no sirve de nada. Como consecuencia de ello, se hacen adictos al dolor de sus entrenamientos (corren rápido demasiados días a la semana) y de las lesiones que sufren. Por ello, es esencial que seas inteligente al momento de planificar tus entrenamientos, incluye entrenamientos duros (en intensidad y cantidad de kilómetros) y entrenamientos a ritmos lentos y con volúmenes que no sean exagerados. Sin embargo, correr lento es una parte esencial del plan de entrenamiento de un corredor de 21k y 42k. Cuanto mayor es la distancia que tengas pensado correr, mas importante es el sistema aeróbico y mayor será la importancia del oxígeno en la velocidad a la que puedas correr en forma sostenida por determinado tiempo. Así, tanto para el medio maratón como el maratón, la contribución energética proviene en un 99% del sistema aeróbico. Entrenar lento colabora a mejorar tu sistema aeróbico, te permite ser mas eficiente en el uso de los sustratos energéticos, te ayuda a correr mas kilómetros y tiende a exigir menos tu cuerpo. Planifica tus entrenamientos, de manera tal que tu cuerpo tenga tiempo de recuperarse, no hace falta que no corras al día siguiente de un duro entrenamiento, pero si lo haces, corre de manera prudente y a un ritmo que le permita a tu cuerpo no sumar mayor estrés. 
LAS CLAVES 
La dureza de cada uno de tus entrenamientos, debe ser definida en base a tu plan de entrenamiento, objetivos, antecedentes, forma física y posibilidades. El plan de entrenamiento, debería contemplar y combinar sesiones de entrenamiento duras (ya sea en volumen, intensidad o ambos) con sesiones de entrenamiento de recuperación y/o descanso total. Para ello, será clave que tengas claros tus objetivos (¿correr un 21k o un 42k?), antecedentes (¿tienes experiencia en la distancia?, ¿hace cuanto tiempo corres?, etc), forma física (¿estás al 100% o lesionado?), y posibilidades (¿puedes entrenar los 7 días de la semana o solo 2?). Todos estos factores, serán los que te ayuden a tí o tu entrenador, a definir la dureza de cada uno de tus entrenamientos, pero la pauta siempre debería ser: entrena seguro y evita las lesiones.

http://2142runners.com/que-tan-duros-entrenamientos/

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