sábado, 26 de septiembre de 2015

EL DEPORTE EN LA INFANCIA DEBERÍA SER JUEGO, APRENDIZAJE Y DIVERSIÓN, NO COMPETITIVIDAD Y RIVALIDAD

Ayer fue el primer día de Julia en la escuela de atletismo, una hora jugando en un grupo en que había tanto niños y niñas. Salió feliz, que es lo mas importante. Y yo también. 

Los padres estuvimos charlando con el coordinador de la escuela que nos transmitió una filosofía con la que no puedo estar más de acuerdo, alejada de la rivalidad y las competiciones, para nada centrada en buscar atletas de élite sino en que los niños aprendan y disfruten. Harán de todo: relevos, salto, lanzamientos… y lo harán jugando y disfrutando. 

¿Cuándo competirán? Lo tienen claro, cuando lo pida el niño. Allí no se entrena, allí se aprende nos dijo convencido. Y no hay prisa, hay que ir paso a paso. Cuando regresé a casa y se lo conté a mi santo, también se alegró de encontrarse con ese espíritu. Él fue entrenador de baloncesto varios años y sabe de primera mano que hay una visión muy distinta y con la que nunca ha estado de acuerdo, con niños sometidos a un estrés importante, presionados por ganar, frustrados si no lo hacían bien, disputándose minutos en el terreno de juego con sus compañeros, escuchando en partidos semanales a los adultos perder las formas.

Él procuraba que todos los niños que entrenaba jugarán tiempos parecidos, que aprendieran pasándolo bien y sin obsesionarse por ganar, que ni se insulta al arbitro ni se juega sucio contra los rivales y que no pasa nada si se pierde. Pero muchos entrenadores y padres no compartían esa postura, ni siquiera con los niños más pequeños. Puede que algunos de boquilla sí, pero en el campo lo que se veía era otra cosa. 

“No saques a Fulanito, que no da pie con bola” “¿por qué sientas a Menganito, que es el mejor del equipo?” “¡Claro que es importante ganar! ¡A machacarlos!” “Mira al pequeñajo rubio del otro equipo, corre como una niña. Jajaja” “De momento le pega bien, a ver si acaba en el Madrid y nos saca de pobres” De verdad, ¿tanto nos cuesta a los adultos entender que no debemos reírnos de los niños, presionarles, insultarles incluso? Y eso incluye a entrenadores y árbitros. Cuando estaba en primer año de la carrera tuve un amigo que tuvo que dejar de ser arbitro de fútbol en las categorías infantiles porque le decían de todo menos guapo. 

A un chaval de dieciocho años. ¿Tan complicado es entender que, efectivamente, el aprendizaje mas importante es otro? ¿Tan difícil es ser hombres y mujeres que demos un ejemplo positivo a nuestros hijos? Yo no concibo la infancia sin correr, sin saltar, sin hacer deporte. Igual que sin reír o hacer amigos. Pero tampoco la concibo como un campo en el que sembrar rivalidad, agresividad, frustración y presión, algo que por desgracia es habitual en muchos deportes a nivel infantil.
http://blogs.20minutos.es/madrereciente/2015/09/16/el-deporte-en-la-infancia-deberia-ser-juego-aprendizaje-y-diversion-no-competicion-y-rivalidad/?utm_source=Facebook-20minutos&utm_medium=Social&utm_campaign=Postlink

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