domingo, 18 de febrero de 2018

UN BUEN EDUCARDOR NO EJERCE UNA EDUCACIÓN POR LA FUERZA Y A SU ANTOJO




El Licenciado en Filosofía, Ciencias de la Educación y Psicología, especializado en Psicopedagogía, Bernabé Tierno Jiménez (1940 – 2015), fue profesor y director de instituciones educativas, autor de más de 60 libros escritos sobre psicología y autoayuda. Él sostiene que “la educación está determinada por la actitud de los formadores” y ha recomendado como posible solución “la búsqueda del talón de Aquiles de motivación de cada muchacho”. […] Es necesario enseñar a los estudiantes a “focalizar su propia atención en los puntos buenos”. “Todas las técnicas de educación tienen que ir encaminadas a que el educando crea en sí mismo porque educamos para la vida y para la felicidad”. BERNABÉ TIERNO DESTACA LA IMPORTANCIA DE LA ACTITUD DE LOS EDUCADORES Y RESALTA LA VALÍA DE SU ACTITUD OPTIMISTA.
En muchas partes somos testigos o leemos cómo en otras partes del mundo, no se respetan los derechos humanos; se pierde el valor del trabajo y el esfuerzo; la sociedad permanece muda ante una población de millones de desocupados, sin vivienda y con hambre; obligados a inmigrar por la violencia, el hambre o la guerra; cómo se descubre la corrupción, en todos los niveles y vemos impasibles cómo estas personas ni van a la cárcel, ni devuelven el dinero que robaron; “hay una desconfianza creciente en los políticos, y nos olvidamos del amor a nuestros mayores. […] ¿Qué está haciendo la educación ante este panorama? ¿Qué podemos hacer como educadores? Primero, saber y estar convencidos que “un buen educador no ejerce una educación por la fuerza y a su antojo de forma autoritaria o caprichosa”. Y es necesario que tengamos muy claro la noción de Axiología como el “estudio la naturaleza o esencia de los valores y de los juicios de valor que puede realizar un individuo”; porque se usan los términos de axiología, moral o ética, sin saber en qué se diferencian, o simplemente usamos los términos para juzgar una conducta o una situación. Es bueno que conozcamos los conceptos y que reflexionemos antes de emplearlos. 

Todos los que estamos en el mundo de la Educación, en más de una oportunidad nos habremos visto en la necesidad de analizar y poner en el Proyecto Educativo Institucional la importancia y trascendencia de la educación en valores. Nuestra planificación sabemos que ya no se circunscribe sólo al aula y la escuela, porque las redes se han metido en la vida y el quehacer educativo, y nos acercan a otras realidades, que necesitamos saber. Y de esta opción dependerá la marcha institucional. “Lo mismo que aprendemos a comer, leer o escribir, también se aprenden las pautas de conducta y los comportamientos morales. Si no enseñamos a nuestros hijos y educandos lo que está bien y lo que está mal, nunca aprenderán a comportarse como seres en igualdad”. “La intolerancia genera violencia imposibilitando el diálogo”. Les invitamos a leer nuestra anterior publicación:

Si no nos detenemos, si no somos capaces de hacer un alto frente a la velocidad digital que parece exigirnos el mundo de hoy; si no aprendemos a tomar control de nuestro tiempo y nuestra vida, será muy difícil descubrir qué valores nos convienen, y cuáles enseñar. La influencia de los “mass media” son imperceptibles y muy sutiles, y tantas veces intervienen (interfieren) negativamente en la educación. La formación permanente y continua es una exigencia vocacional, a pesar que hay otros factores que también son urgentes y necesarios, como la revalorización de la tarea docente, que parece que después de tantos siglos, la sociedad no escucha a Aristóteles profesor de Alejandro Magno: “Aquellos que educan bien a los niños merecen recibir más honores que sus propios padres, porque aquellos sólo les dieron vida, éstos el arte de vivir bien” más urgentes.
Vale la pena saber que hay una diferencia entre los valores humanos en general y nuestros propios valores personales. “El concepto de valores humanos abarca todas aquellas cosas que son buenas para nosotros como seres humanos y que nos mejoran como tales, mientras que los valores personales son aquellos que hemos asimilado en nuestra vida y que nos motivan en nuestras decisiones cotidianas”. Y esto es lo que debemos enseñar a distinguir a nuestros estudiantes, junto con los conocimientos de las ciencias y la tecnología. 

 El Licenciado Bernabé Tierno Jiménez nos recuerda también sobre la necesidad de una educación en valores, que impulse los hábitos del individuo y de los pueblos, las culturas y en definitiva de la sociedad en general, que permitan la adaptación del hombre al medio en el que se desenvuelve. “Es fundamental entender la educación como el acto de perfeccionarse y autorrealizarse desde la infancia con la adquisición de unas normas que estén fundamentadas en los valores imprescindibles en la formación del ser humano”. Y esta es tarea de los padres y la colaboración cercana y necesaria de los maestros.
Cuanto mejor distinguimos e identificamos nuestra naturaleza, tanto más fácilmente percibiremos los valores que le pertenecen, y mejor podrá ser nuestra orientación y enseñanza docente tendremos. Si desea Usted reflexionar un poco más sobre el tema, el profesor Bernabé Tierno, le invita a una lectura sosegada de su libro que pretende ayudarle a saber vivir y a ser feliz. Por motivos únicamente educativos, compartimos con Ustedes el enlace para descargar en PDF, el libro 

Las generaciones de estudiantes que están en nuestras aulas, son el futuro, la fortaleza y la energía de espíritu de la sociedad de mañana. “Es una exigencia enseñarles desde la igualdad y con nuestro propio ejemplo cómo afrontar cada día las dificultades y los nuevos retos con amor, optimismo e ilusión, no desistiendo en el empeño de lograr una vida fundamentada en la igualdad y el respeto hacia los demás y hacia uno mismo”. Necesitamos conocer, reflexionar e interiorizar que “no existen los valores como realidades aparte de las cosas o del hombre, sino como la valoración que el hombre hace de las cosas mismas”.  ¿Qué es educar en valores y qué no es?


EDUCAR EN VALORES E IGUALDAD es:
·     Actuar de forma sincera, honesta y abierta, compartiendo de forma natural con la familia hasta los sentimientos de temor, desaliento y preocupación.
·        Desmontar las “etiquetas” destructivas y sexistas como: “Cada día lo haces peor”, “todos son iguales”, “mujer tenía que ser”, “me avergüenzo de ti”, “eres un desastre”, etc. Este leguaje negativo provoca verdaderos estragos en la formación de una persona bloqueando su seguridad, aumentando la culpabilidad y destruyendo su autoestima.
·        Estar atentos a reforzar y alentar todo aquello positivo del educando.
·        Nadie puede educar si no se acepta y estima a sí mismo, porque mal puede valorar y aceptar a los demás quien no se quiere y valora a sí mismo.
·        Tratar a cada hijo o educando como persona distinta, diferente, independiente y libre sea hombre o mujer. Hay que aceptar su individualidad, la cual es sagrada y permitirle ser él o ella mismo/a, dejarle seguir su camino y su vocación.
·        Predicar con el ejemplo es reflexionar sobre los efectos que producen las respuestas de nuestros hijos y educandos en nuestras propias conductas y actitudes negativas como los insultos o las formas violentas, contribuyendo de esa manera a evitar situaciones educativas lamentables y así enmendar nuestras acciones.
·        La educación es amor, ciencia, arte, respeto, espontaneidad, tolerancia, creatividad, ternura, paciencia, etc…
·        Educar es actuar siempre desde la madurez, desde la coherencia interna, desde la propia verdad y realidad de que somos humanos y estamos en constante aprendizaje – tú aprendes de mí, yo aprendo de ti– ofreciendo lo mejor de nosotros sin prepotencias ni alardeos, desde el respeto y la humildad.

EDUCAR EN VALORES NO ES:
·        Manipular, ni chantajear, ni siquiera dirigir impidiendo que las personas sean dueñas de sus actos y sus vidas.
·       Culparse entre los cónyuges o educadores de la mal crianza de los hijos o educandos. Educar es asumir cada cual su parte de error y poner remedio cuanto antes.
·        Consentir por parte de los padres o educadores todo ante determinados comportamientos de los hijos o educandos, mientras el otro se muestra intransigente. La contradicción de dos seres adultos que se ocupan de la educación de los pequeños y adultos provoca en los educandos la pérdida de sentido de la autoridad. Esta actitud confunde y desorienta al educando.
·        Aplicar parámetros distintos según el mal o buen humor del momento, ni dar órdenes contradictorias, porque de esta forma deja al educando sin puntos de referencia y sin saber a qué atenerse, sintiéndose perdido.
·        Aplicar parámetros distintos según el sexo del educando.
·        Dejar perdidos a los hijos o educandos sin unas normas precisas y claras para que les guíen y les proporcionen seguridad.
Sabemos que este artículo no agota el tema, por ello les sugerimos leer el artículo completo del profesor Bernabé Tierno, del cual hemos extraído partes literales, por motivos únicamente educativos – pastorales, que ha sido publicado por el Club Optimista Vital, bajo el título: 

“Y Ustedes deben enseñar no sólo los contenidos de una materia, sino también los valores de la vida y las costumbres de la vida. Estas tres cosas deben transmitir” (Papa Francisco 16/03/2015).
http://webdelmaestrocmf.com/portal/buen-educador-no-ejerce-una-educacion-la-fuerza-antojo/

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