domingo, 7 de marzo de 2010

ARTÍCULOS DE OPINIÓN: ORGULLO Y LAMENTO DE LA EF

Del Blog "gente correr"Javier Bernabé he rescatado este texto, espero que al autor no le importe:

Hace días llegó este texto a mi poder a través de mi cuenta de correo. Está circulando por la red y he cogido el enlace de uno de los que considero mejores blogs del área; espero que no moleste al autor. Se trata, como se puede ver de un escrito en el que se manifiesta la preocupación por la pérdida de la especialidad de EF en la formación inicial del profesorado. Nada que decir sobre esto…..o sí, quizás si hubiera algo que decir. Pero quiero pararme antes en otra cuestión que apunta este escrito.

No comparto en absoluto ese sentimiento épico de ser docente de EF, por el simple hecho de dedicarme a impartir docencia en lo que concierne al cuerpo y al movimiento. Creo que hay que tener cuidado con este tipo de manifestación que incita a identificar esta especialidad docente con la posesión de cierto status de heroicidad gratuita. Hay que tener cuidado porque estas afirmaciones tienen varios efectos no deseados:

El primero es que sitúan a un colectivo docente específico (los y las docentes de EF) en un campo privado al cual, al parecer ningún otro ser humano puede acceder, a no ser que imparta la materia de EF. Como nadie puede acceder a ese estado que se define en la carta de varias maneras, pero que a fin de cuentas es un estado especial caracterizado por una emotividad excluyente, nadie que no sea de este colectivo puede entender que supone dar clase de EF

El segundo efecto que se obtiene es el de que este es el camino sembrado para ir de cabeza al pozo del victimismo, que es la tendencia a sentirse víctima de una causa. En este caso, hay dos causas, según puede leerse en el escrito de referencia:

Una causa es la pérdida de la especialidad de EF en los estudios de magisterio; de esta causa se podrá opinar, hablar y habrá quién lo haga. La otra causa no es argumentativa, no obedece a ningún incumplimiento de normativa ni a nada objetivable. Simplemente es que es muy duro dar clase de EF, que no se reconoce al colectivo de docentes todos los méritos de los que son acreedores.

Por ese camino no vamos a ningún lado. Ese colectivo docente de profesionales de la EF lleva demasiado tiempo apoyándose en diversas injusticias, incomprensiones de la sociedad y daños infligidos a la profesión para hacerse ver y valer. Este colectivo ha dado, y está dando pocas razones, pocos argumentos para sostener la importancia de la actividad física en la sociedad. Habiendo sobrados motivos para vindicar los derechos de la ciudadanía a la actividad física, este colectivo de docentes de EF se ha especializado a mirarse el ombligo y pedir que se le reconozcan, no solo mejores condiciones profesionales o laborales, sino la condición de “colectivo incomprendido”, de “héroe de la educación” y otros títulos que a nadie parecen importar.

Es cierto que hubo un tiempo en que este sector de actividad tuvo que hacerse un hueco en todos los niveles de la sociedad. Era necesario hacer patente la necesidad de profesionales de la actividad física convenientemente preparados que se formaban en los INEF. Era necesario que el sistema educativo incluyera la actividad física entre sus enseñanzas obligatorias primero para completarlo y además para hacerlo de mayor calidad y por último era necesario organizarse para que todas estas necesidades fueran entendidas por quienes las podían traducir en decisiones y así nacieron los Colegios Oficiales de Profesionales de la Actividad Física y las Asociaciones de Docentes de Educación Física.

La incomprensión encontrada en una sociedad que daba la espalda a la actividad física fue mayor de la esperada y es entendible que en aquellos tiempos se aludiera a la diferencia que existía entre los demás cuerpos docentes y el trato que recibía el colectivo de docentes de EF. Pero eso ya pasó.

Lo que le ha ocurrido a este colectivo profesional es que se ha acomodado en la queja y tal parece que las generaciones de titulados y tituladas posteriores al reconocimiento social de la tarea docente, tienen que seguir pidiendo las cosas de forma plañidera por que esta sea la única manera de lograr mejoras.

No es cierto que dar clase de EF sea más duro que dar cualquier otra materia. ¿Qué se pasa frío? Otros pasan calor, tienen alergia al polvo de tiza o les molesta la luz de fluorescente. Ese no es el camino de pedir las cosas. No se pueden pedir ni reclamar mejoras instalándose en la queja. Este colectivo tiene, necesita abandonar la queja y razonar sus demandas.

¿Causas y motivos para enfocar la tarea que hay por delante? Las hay. Este colectivo debe, por exigencia profesional, sacarlas a la luz. Sucintamente, son todos los asuntos que tienen que ver con la actividad física y la salud, la formación inicial y continua de los y las profesionales del sector.

¿Modo de hacerlo?. Como lo hace mucha gente desde las universidades, desde los COPLEFs, Asociaciones profesionales: Investigando, formándose, colaborando con instituciones, en definitiva, teniendo algo que aportar que no sea el lamento, forjándose el reconocimiento con acciones sustantivas que contribuyan a que la actividad física sea y se ejerza como un derecho de las personas.

Somos muchas personas de este colectivo interesadas en avanzar, en conseguir que las personas lleven estilos de vida más activos, que este colectivo sea protagonista necesario de la mejora de la calidad de vida de la población. Trabajar es la palabra, no quejarse.

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