domingo, 22 de enero de 2012

CÓMO CONSUMIR SIN 'CONSUMIRNOS' EN EL INTENTO

IDEAS ANTE LA CRISIS Roo Rogers y las alternativas al 'usar y tirar'


'Las sociedades occidentales están haciendo la transición del 'yo' al 'nosotros''
El campo se amplía: del coche, a la bici, el empleo o el aparcamiento compartido.

"Compro, luego existo" es el lema con el que hemos funcionado durante las últimas décadas. En el nombre del crecimiento económico, hemos tenido que renunciar a la categoría de apacibles "ciudadanos" para convertirnos en voraces "consumidores", dispuestos a defender nuestra condición a empujones -o incluso a navajazos- a las puertas de los grandes almacenes.

Aunque a lo mejor hay otra manera de consumir, sin 'consumirnos' en el intento. Una alternativa a esta cultura de "usar y tirar" que está devorando el planeta. Un modo más sensato, más eficiene y más ajustado a la medida de los tiempos que corren: el consumo 'colaborativo'.

"Palabras como 'colaborar' o 'compartir', que eran casi tabú hace unos años, han empezado a convertirse en la moneda corriente. Todo esto empezó a fraguar antes de la recesión, gracias a Webs como eBay e iniciativas similares. Aunque es ahora cuando se está propagando, con las redes y las nuevas tecnologías, que nos permiten llegar a una escala que hace unos años era impensable".

"Es el auténtico consumo sostenible, el que cierra el círculo de las cinco 'erres': reducir, reciclar, reusar, reparar y redistribuir".Hablamos con Roo Rogers, coautor junto a Rachel Botsman de 'What's mine is yours' ('Lo que es mío es tuyo'), el libro-bandera de una tendencia conocida ya como 'consumo colaborativo', inspirada en un principio así de elemental: "Los individuos cooperarán para actuar en aras del bien común".

Se remonta Rogers a los estudios del psicólogo Michael Tomasello, autor de 'Por qué cooperamos', que ha sido capaz de encontrar "respuestas de empatía y colaboración" en los niños a partir de los dos años. Contra la creencia acendrada del instinto posesivo ("¡mííííío!"), Tomasello asegura que los niños son "sociables y cooperativos por naturaleza" y que son las "normas culturales" que aprenden a partir de los tres años las que les acaba volviendo egoístas.

Sostiene pues Roo Rogers que las sociedades occidentales, por mera evolución, han entrado en una fase de transición de la cultura del 'me' ('yo') a la cultura del 'we' ('nosotros'). Y vaticina que el estilo de vida 'colaborativo', hasta ahora asociado con lo 'alternativo', será cada vez más visible y más común.

La revolución silenciosa
"¿Quién iba a vaticinar hace veinte años el éxito de ZipCar y otras empresas de coche compartido? ¿Cómo íbamos a concebir que algo tan 'personal' como el automóvil lo íbamos a compartir con desconocidos? ¿Y quién iba a decirnos que en las grandes ciudades habría bicicletas públicas de todos podríamos usar a tiempo parcial?".

"El horizonte del 'consumo colaborativo' se extiende mientras hablamos", asegura el británico Rogers, al frente ahora de una 'incubadora' de ideas en Nueva York, Redscout Ventures, desde la que ayuda al lanzamiento de nuevas empresas y productos en la misma línea ( como el 'Happify', una aplicación para el iPhone que permite descubrir y "compartir" todo lo que te ayuda a ser feliz).

"La sociedad, ante los retos que se presentan, va a tener que dar un giro copernicano de la satisfacción individual al redescubrimiento del bien colectivo".Del coche compartido pasamos a los aparcamientos compartidos (ParkatMyHouse), a los empleos y a los espacios de trabajo compartidos (Citizen Space, Hub Culture), a los huertos urbanos 'colaborativos' (Landshare, Urban Gardenshare), al intercambio de habilidades (Brooklyn Skillshare), a los bancos de tiempo, al trueque gratuito (Freecycle), al alquiler de objetos y herramientas a tiempo parcial (Ecomodo), a los préstamos entre particulares (Zopa), al alquiler diario de habitaciones en cualquier ciudad (Airbnb, Roomorama)...

Rogers asegura que no estamos más que en el Big Bang de la era del consumo consumo colaborativo. El coautor de 'Lo mío es tuyo' vaticina que la incertidumbre económica, las innovaciones sociales y la ubicuidad de las nuevas tecnologías van a crear lo que los americanos llaman "la tormenta perfecta" para hacer que esta nueva de forma de consumir acabe desplazando al "shop till you drop" ("compra hasta caer rendido") que nos ha llevado de cabeza a la bancarrota.

"El consumo 'colaborativo' es el auténtico consumo sostenible, el que cierra el círculo de las cinco 'erres': reducir, reciclar, reusar, reparar y redistribuir. Aunque dar el salto cualitativo va a requerir un cambio de mentalidad. Como consumidores, será básica la confianza mutua, que al fin y al cabo es la que da valor al dinero y a las relaciones comerciales. Como productores, hay que ampliar la noción de eso que llamanos 'beneficios', para que todos salgamos ganando, incluido el planeta".

Vestido de blanco y de verde optimista, pese a los nubarrones que tenemos encima, Rogers nos invita a subirnos a la "revolución" silenciosa e invisible: "Hemos llegado a un punto en que la sociedad, ante los retos que se presentan, va a tener que dar un giro copernicano de la satisfacción individual al redescubrimiento del bien colectivo".
Carlos Fresneda (Corresponsal) Londres

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