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sábado, 26 de septiembre de 2015

CORRER EN LA PLAYA


La playa es un ingrediente muy común en nuestras vidas que cobra un especial protagonismo en la época estival. Es un lugar ideal para relajarse, descansar, refrescarse, cuando las temperaturas son altas pero, y ¿para entrenar? ¿Podemos convertir nuestro lugar de descanso, dada nuestra mentalidad de deportistas, en el escenario habitual del entrenamiento de carrera en verano? ¿Qué ventajas tiene correr en la playa sobre otras superficies y, sobre todo, qué inconvenientes nos puede acarrear si convertimos la arena de la playa en el escenario habitual de nuestros entrenamientos estivales? 

En esta nueva entrada al blog intentaremos encontrar las respuestas a estas cuestiones, pero antes, haremos una serie de precisiones sobre el tipo de superficie que nos encontramos cuando corremos sobre la arena: 

ARENA SUELTA (seca) P8191195 “La arena suelta es más beneficiosa para caminar que para correr” OK: Beneficioso caminar, pero es el menos adecuado para hacer carrera continua Mejora propiocepción y fuerza en nuestros tendones, pero sólo es conveniente en tramos cortos, con trabajo fraccionado de 15’’-30’’, recuperando caminando KO: El firme, al no ser estable provoca que en cada zancada, nuestras articulaciones inferiores sufran al tener que adaptarse al terreno, aumentando el riesgo de lesiones. El mayor problema viene en el impulso, al no tener una base sólida sobre la que apoyar el pie, la musculatura, tendones y ligamentos trabajan de una forma excesiva para impulsar el pie y estabilizarlo, favoreciendo de esta manera las sobrecargas musculares y posibles lesiones tendinosas. 

ARENA MOJADA (orilla del mar) OK: Se puede hacer carrera continua, aunque mejor sólo calentar y soltar (entre 20’-30’ como máximo) y trabajo fraccionado de fuerza y técnica Se puede terminar el entrenamiento con 5’-10’ muy fáciles descalzo casi tocando el agua por los beneficios ambientales. KO: Aunque es más compacto y firme que la arena secar, aun así sigue siendo deformable, lo que nos hace perder respuesta en la fase de impulso. Es habitual que esta zona de la playa esta inclinada lateralmente, lo que nos genera una dismetría en la zancada que puede provocarnos alteraciones en la colocación de la cadera y en la zona lumbar. 

 “La arena mojada es el terreno ideal para correr, pero sin hacer exceder los 20-30 minutos” SI NO PUEDES RESISTIR LA TENTACION DE CORRER EN LA PLAYA LO MÁS ADECUADO ES: Si al final has decidido correr por la playa, busca las horas en las que la marea este lo más baja posible (bajamar) y busca los tramos con menos inclinación. AH!! y SIEMPRE CON ZAPATILLAS!!. Evita que te entre agua en las mismas, pues el pie húmedo puede provocarte rozaduras y heridas en la piel. Evita que las sesiones sobre este terreno sean de duración larga. Un entrenamiento recomendable puede ser correr 20-30 minutos sobre terreno más firme (asfalto) y terminar la sesión con 15-20 minutos corriendo por la playa. Después descálzate y corre 5´ descalzo por la orilla, recuperando sensaciones y sintiendo cómo funcionan nuestros apoyos cuando corremos. Para finalizar camina 10´ con el agua por los tobillos, la arena te proporcionará un efecto de masaje, facilitará el retorno venoso y el agua refrescará tus pies, disminuyendo los procesos inflamatorios.

http://blogs.sportlife.es/cristinaazanza/2015/07/30/correr-en-la-playa/

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