De ser lugares apenas visitados por un puñado de montañeros se han convertido en destinos masificados (Monserrat y Guadarrama, en Barcelona y Madrid, reciben 2,5 y cuatro millones de visitantes al año reespectivamente). Pero sólo algunos de quienes van a la montaña lo hacen con preparación y equipamiento adecuados; la mayoría va sin los conocimientos ni el material imprescindible. El resultado no es otro que la multiplicación de los accidentes en montaña. De esto saben mucho los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña, Greim, de la Guardia Civil, servicio que celebra estos días el 50 aniversario de su fundación y que ha rescatado a gente con zapatos en el Aneto o cruzando glaciares en camiseta.
«Al menos la mitad de los implicados en accidentes de montaña carecen de capacidad adecuada para afrontar la dificultad a la que se exponen», señala con rotundidad el teniente Fernando Rivero, responsable de Comunicación de este servicio, que está a la vanguardia de los rescates en el mundo alpino."Es cierto que los últimos años se han multiplicado los operativos, precisamente por la mayor afluencia de personas que acuden a la montaña", admite Rivero. Durante 2016 se realizaron 950 rescates, con 101 fallecidos y 562 heridos. En lo que llevamos de año ya se han rescatado mil personas, con un cómputo de 70 fallecidos y 433 heridos. Y todavía quedan los primeros meses de invierno, considerados entre los más peligrosos.
Coincidiendo con el medio siglo de su puesta en marcha, el GREIM ha hecho públicos los datos que subrayan el papel de sus integrantes como auténticos ángeles de la guarda de nuestras montañas. Desde 1981 han realizado cerca de 20.000 rescates, en los que auxiliaron a más de 32.000 personas. De ellas, 2.636 fallecieron, resultando heridas 11.707 personas.En el desglose de los accidentes aparecen datos sorprendentes, como que en 2016 el senderismo fue la actividad que tuvo mayor número de accidentados: 260. "No quiere decir esto que el senderismo sea la actividad más peligrosa, pero sí es la practicada por más gente y, proporcionalmente, los menos preparados tanto por experiencia como por equipación", advierte el portavoz de los GREIM.
Según los datos de la Guardia Civil, el origen más importante de los accidentes fueron los tropiezos, con caída en el mismo nivel; es decir en un sendero o camino, no en pared ni precipicio. De los 950 rescates de 2016, 255 fueron por esta circunstancia, el 28%. El segundo motivo fue el extravío, con 201 rescates, 21%. El tercero, con 116 casos, 12%, problemas físicos, como agotamiento.Ahora que estamos a las puertas del invierno, se inicia otro periodo crítico en los accidentes de montaña. El montañismo invernal y, sobre todo, el esquí, tanto en pista como en montaña son fuente segura de accidentes.
Consecuencia de la evolución de los esquís, que ha facilitado el aprendizaje y otorga una falsa seguridad a los usuarios, en las pistas se han multiplicado las caídas, los golpes entre esquiadores y los accidentes por aludes. A pesar de que muchos accidentados son evacuados por el personal de las propias estaciones sin que intervenga la Guardia Civil, en 2016 el GREIM efectuó 43 rescates de esquiadores y snowboarders.Entre los datos recogidos por el GREIM, destaca algo que saben bien los profesionales y expertos de la montaña sin recurrir a estadísticas. "El 98 por ciento de los accidentes son por causas humanas, el hecho fortuito casi no existe", señala el teniente Fernando Rivero, quien advierte que los afectados adolecen por lo general de falta de previsión y de prudencia. Falta de nivel técnico e inexperiencia, con el 42% de todos los rescates, es la primera de las causas de los accidentes en montaña. Le sigue la falta de preparación física, con 303 casos, 32% del año.
"Existe una tendencia generalizada a sobrevalorarnos en cualquier actividad de montaña. Algo que sobre todo sucede en la gente más inexperta", subraya el teniente Rivero.
El riesgo de los rescatadores
La cara B de esta historia son los accidentes que se producen entre los propios rescatadores en las intervenciones. Durante sus 50 años de historia han fallecido 12 miembros del GREIM en algún operativo. La imprudencia y la falta de preparación hacen sufrir un serio riesgo a quienes socorren a algún accidentado. La inconsciencia y la irresponsabilidad no sólo pone en riesgo la propia vida, también se juega con las de esos rescatadores que la arriesgan por los que auxilian.
Uno de los accidentes más impresionantes sucedido por miembros del GREIM es buen ejemplo de esto.
Fue en 2015, cuando dos pilotos de helicóptero y un miembro del grupo se estrellaron en el trascurso de un rescate. En este caso fue un accidente leve, que en otro sitio no hubiera producido inconvenientes, pero en la montaña la cosa es muy diferente. Tres miembros del GREIM salieron en helicóptero para evacuar a un corredor que había sufrido una torcedura en una carrera de montaña. El accidente se produjo en una zona arriscada y durante la evacuación del herido, la hélice del aparato tocó la pared de la montaña, estrellándose. El accidentado sobrevivió.
http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2017/12/23/5a3d3947e2704ea0598b45f6.html
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