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sábado, 28 de febrero de 2015

ELECTROESTIMULACIÓN: LA CARA "B" DEL FITNESS EXPRÉS

¿Qué riesgos tiene ponerse en forma con un biotraje?

El electrofitness está de moda, prueba de ello es la proliferación de franquicias que han aparecido en nuestro país. Muchas personas sedentarias a lo largo de este último año han escogido este sistema de entrenamiento para ponerse en forma desconociendo sus contraindicaciones. “El beneficio que aporta la utilización de este tipo de chalecos no compensa al riesgo”, afirma Nicola A. Maffiuletti, el mayor experto mundial en electroestimulación muscular. Llamar a un centro de electrofitness y formular una pregunta: “¿Cualquiera puede ponerse el traje del que me hablas?”

La respuesta ha sido clara: “Claro que si… Cualquiera”. Abdominales con chaleco electroestimulador. / GETTY IMAGES “Tengo muchas agujetas. Es normal, sólo hago una sesión de 20 minutos a la semana. Supongo que merecerá la pena y que habrá una relación directa entre las molestias que tengo y los resultados que voy a obtener. El chico que me pone el traje me ha dicho que voy a estar mucho más tonificada y es lo que quiero”, relata Tamara, una chica de 26 años tras salir de una sesión de electroestimulación muscular integral. “No me gusta hacer ejercicio y esta ha sido la primera vez que me animo”, señala. 

Como ella, muchas personas sedentarias a lo largo de este último año han escogido este sistema de entrenamiento para ponerse en forma desconociendo sus contraindicaciones. Pero… ¿Todo el mundo puede usar un biotraje? “No encuentro ningún interés en el uso de chalecos de electroestimulación, excepto por el hecho de que tal vez ciertas fibras musculares se pueden activar con mayor facilidad”, asegura Nicola A. Maffiuletti, doctor en fisiología, un investigador que lleva 15 años dedicándose a estudiar la electroestimulación muscular y que en este tiempo ha publicado más de una veintena de estudios relacionados sobre esta materia.

Si preguntamos a Tamara qué siente tras terminar la sesión de electrofitness explica que “nota que su cuerpo trabaja más”. “La actividad física que realizamos en un gimnasio es voluntaria, el patrón de reclutamiento de las fibras musculares impacta sobre todo en la fibra lenta, si utilizamos EMS global activamos las intermedias y rápidas, por tanto el estrés neuromuscular es mucho mayor que si hacemos una actividad normal voluntaria. Esta técnica por ser tan exigente la aplicaría en personas sanas, bajo un control escrupuloso de la programación del entrenamiento, revisando la respuesta fisiológica para no excedernos en la carga de entrenamiento y no provocar estados de fatiga severos.

Lo desaconsejaría por los estudios que estamos viendo en personas con problemas cardíacos, hipertensos y con miopatías”, señala Carlos González Haro, Doctor en Ciencias del Deporte, especialista en Alto Rendimiento y Fisiólogo. Fitness con chaleco electroestimulador. / GETTY IMAGES Cuando echamos un vistazo a la publicidad que ofrecen estas franquicias, en algunas recomiendan esta práctica como un remedio para la reducción de la hipertensión y patologías asociadas. “Conforme el trabajo aumenta demasiado (algo que es difícil de controlar en cada individuo que utiliza esta tecnología), el riesgo de excesivo daño muscular y de activar órganos cercanos a los músculos activados, como por ejemplo el corazón, es muy alto”, asegura Maffiuletti. 

Contraindicaciones 

Además, hay dos casos particulares que tener en cuenta: “La EMS está contraindicada en tronco y abdomen en la mujer embarazada, por la posibilidad de afectación del feto. Tampoco se aconseja su uso en extremidades, (esa contraindicación sería relativa). No se recomienda en niños en crecimiento, por la posibilidad de dañar las fibras musculares y los cartílagos. Otras contraindicaciones podrían darse en pacientes con enfermedades metabólicas como la diabetes o el hipertiroidismo, y en personas con enfermedades neurológicas como la epilepsia”, señala Cristina Pérez Encinas, médico deportivo de la Universidad Católica de Valencia. Según una investigación de Kemmler (2012), todo tipo de electroestimulación estaría severamente contraindicada en casos con marcapasos cardiaco, desórdenes y problemas de circulación, hernias de abdomen o inguinal, perturbaciones neurólogicas, irritación de piel, quemaduras, heridas o niveles altos de ácido úrico.

Un estudio científico del Clínical Journal of Sports Medicine señala que, el uso del biotraje provoca mayor daño muscular que el ejercicio convencional favoreciendo la aparición de patologías como la rabdomiolisis. “Se trata de un proceso de muerte celular programado ante una situación de estrés muscular. Muchas de las fibras son irrecuperables, no se pueden reparar. Este proceso de destrucción y eliminación de la fibra muscular es la rabdomiolisis.

Un corredor de maratón al cabo de dos días puede acumular unas 2.500 U/L de CPK, un marcador de daño muscular que aparece en sangre después de una actividad extenuante. Cuando realizamos un entrenamiento de fuerza máxima, cuatro días después podemos tener 18.000 U/L. Con la electroestimulación local obtenemos una concentración de 12.000 U/L, pero con la electroestimulación global (electrofitness o biotraje) se ha visto que se llega a 100.000 U/L cuatro días después. Un futbolista profesional llegó a 240.000 U/L. Esto fisiológicamente es una aberración. En futbolistas profesionales una semana antes de sufrir una lesión he visto 20.000 U/L”, señala el investigador González Haro avalado por sus 16 años de experiencia en deporte élite. Tal y como señala el Clinical Journal of Sports Medicine (Clin J Sport Med 2014;0:1–3), la EMS global está contraindicada en principiantes y también como única fuente de actividad física, precisamente este tipo de público suponen un gran porcentaje de los clientes del electrofitness.

“La EMS local ha sido ampliamente usada desde principios del S.XX. Hay estudios científicos que muestran evidencia (revisiones) de que funciona cuando es usada junto con otros métodos de entrenamiento y bien orientada. La EMS global, en todo el cuerpo, es muy agresiva, hay que tener cuidado. Las personas que la usen han de empezar con frecuencias bajas (20 hercios), muy pocas sesiones a la semana. Si tienen una excesiva fatiga deberían acudir a un especialista en entrenamiento para que les programe bien la recuperación a ese estrés, si va a más (fatiga generalizada, dolores musculares excesivos, incluso, color de orina oscuro) tienen que acudir a un hospital, ya que podemos estar ante un caso de rabdomiolisis”, explica González Haro. Por otra parte, la FDA (Food and Drug Administration), el organismo gubernamental de EEUU encargado de velar por la seguridad de los consumidores, califica de “publicidad engañosa”, las promesas como la reducción de contorno, pérdida de peso, eliminación de la celulitis, pérdida localizada de grasa o mejora de la figura cuando se promociona este tipo de tecnología. 

Rentabilidad "made in Germany

La moda del 'nuevo fitness', que llega desde Alemania, es una realidad. Muchos entrenadores reciben información comercial de fabricantes que intentan apuntarse a esta tendencia. En su publicidad prometen, con una inversión inicial de 9.500 euros (coste de adquisición de un equipo EMS), una rentabilidad de hasta 270.000 euros en seis meses. En sus folletos subrayan: “Resultados inmediatos. Apto para todos. No importa la edad, el sexo o el estado físico, existen programas de entrenamiento para cada caso específico. Entrenamiento global. Se ejercitan prácticamente todos los músculos, desde los superficiales hasta los más profundos. Seguro. Sin efectos secundarios. No hay riesgo de contracturas o sobrecargas musculares. Protege los ligamentos y las articulaciones”.

 En la calle, en la pared del centro de electrofitness de Tamara, hay enunciados que prometen que con tan sólo una sesión a la semana se puede obtener en 20 minutos el consumo de más de 2000 calorías. ¿Puede fisiológicamente el cuerpo quemar tanta energía? “El metabolismo energético humano es incapaz de metabolizar 2.000 calorías en veinte minutos. Ni siquiera un deportista profesional podría. No estamos predispuestos genéticamente para crear esa cantidad de energía”, señala González Haro. La publicidad en la puerta de la franquicia anuncia resultados como la pérdida de grasa localizada. “En relación a este tema, a la celulitis, al aumento de masa muscular o la mejora de dolores de espalda, no hay evidencia científica de que la electroestimulación, con o sin chalecos, sea mejor que el ejercicio convencional. Considero que el beneficio que aporta la utilización de este tipo de chalecos no compensa el riesgo”, concluye el investigador Nicola A. Maffiuletti.
http://cadenaser.com/ser/2015/02/09/deportes/1423486355_721177.html

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