En el momento en el que alguien se apunta a un gimnasio es susceptible de caer en errores que no solo pueden perjudicar su salud sino también frenar todos sus intentos por estar en forma. Para explicar mejor cuáles son estos fallos y cómo remediarlos, hablamos con Raúl Abileo Rodriguez, titulado en Personal Trainer avanzado.
Elegir un gimnasio muy alejado de tu casa. Todos sabemos lo que cuesta dejar el aire acondicionado durante una calurosa tarde de verano. Si además, a esto se le suma el cansancio de todo un día de trabajo, ir al gimnasio puede convertirse en una difícil tarea. Por eso, cuanto más cerca se esté de él, más complicado es escaquearse.
Ir por libre sin preguntar a los monitores. Muchas veces se comete el error de no pedir consejo a los entrenadores del gimnasio cuando entran dudas sobre algún ejercicio. Esta es una de las causas más frecuentes de lesiones, ya que es fácil equivocarse en la postura o en el peso que hay que utilizar. ¡Lo mejor es preguntarles!
No calentar. Mucha gente se salta esta parte del entrenamiento dando por hecho que no es necesario hacer un calentamiento antes del ejercicio. Raúl, asegura que "es bueno que al empezar el primer ejercicio de tus series dejes una o dos para calentar los músculos utilizando menos peso del que luego vas a usar".
No alimentarse correctamente antes y después del ejercicio. Tan importante es llenar al cuerpo de energía antes del gimnasio como reponer lo gastado al acabarlo todo. Lo primero ayudará a que se realicen todos los ejercicios en perfectas condiciones, y lo segundo que la recuperación sea mucho más rápida.
Hacer solo ejercicio cardiovascular. Está comprobado que hacer ejercicios de fuerza antes del cardio ayuda a quemar más grasa. Además, a largo plazo se obtienen mejores resultados: un cuerpo tonificado y con formas.
Descansar demasiado entre ejercicios. Raúl explica que "el músculo se queda frío y al volver a realizar la serie se puede sufrir una pequeña lesión, como por ejemplo una contractura".
Olvidar la botella de agua. La deshidratación, y más en verano, es una de las principales causas de mareos y golpes de calor mientrasse hace deporte. ¡No hay que olvidarse de beber agua antes, durante y después del ejercicio!
Seguir siempre la misma rutina. El cuerpo siempre tiende a entrar en un estado de comodidad. Por eso, para un entrenamiento más efectivo, lo mejor es romper con esa falta de intensidad y cambiar los ejercicios cada uno o dos meses. Como dice Raúl, "si quieres cambiar, ¿por qué haces siempre lo mismo?"
Utilizar suplementos sin la recomendación de un experto. En el momento en el que se empieza a tomar suplementos sin consultar a un especialista, se está poniendo en riesgo la salud. Los suplementos deben servir para cubrir las necesidades nutricionales que no se pueden conseguir solo con la comida. Pero no son imprescindibles.
Y por último...
¡No hay que irse sin estirar! Después de hacer ejercicio es bueno realizar estiramientos para prevenir lesiones y para que al día siguiente aparezcan menos agujetas.
http://www.elmundo.es/yodona/2014/08/21/53d9083ee2704e24488b459a.html
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