Científicos del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento en Bethesda, en Estados Unidos, aseguran que estar en buena forma física puede ayudar a preservar un buen funcionamiento de la memoria, según los resultados de un estudio que publica el último número del 'Journals of Gerontology'.
Estudios previos ya habían sugerido esta relación entre el ejercicio físico y el deterioro cognitivo en la vejez pero generalmente siempre se preguntaba a los participantes la frecuencia con que hacían deporte de jóvenes.
En esta ocasión, los investigadores analizaron una muestra de 1.400 hombres y mujeres de 19 a 94 años que habían formado parte del Estudio Longitudinal de Envejecimiento de Baltimore, a quienes se les pidió que caminaran, trotaran o corrieran en una cinta de andar hasta que comenzaran a quedarse sin aire.
Durante ese periodo, una máquina medía la cantidad de oxígeno inhalado y dióxido de carbono exhalado para calcular la cantidad máxima de oxígeno (O2) que el organismo puede absorber, transportar y consumir por unidad de tiempo determinado, indicador que se conoce como 'VO2 max'.
"El 'VO2 max' es la máxima cantidad de oxígeno usado por los pulmones durante un minuto de ejercicio. Generalmente, cuanto más oxígeno a sus pulmones son capaces de utilizar, más saludable se encuentran", según ha reconocido Carrington Wendell, autor de la investigación.
Los investigadores hicieron un seguimiento a cada participante durante una media de siete años después de la prueba de esfuerzo, y a lo largo del mismo todos se sometieron al menos a una prueba de memoria y concentración y la mitad acudieron a una segunda visita para completar pruebas cognitivas adicionales.
Así, observaron que aquellas personas que estaban en mejor forma física cometieron menos errores en las pruebas cognitivas. Por ejemplo, en el caso de las personas de 80 años, aquellos que estaban un punto más activos que sus contemporáneos cometieron un 25 por ciento de errores en las pruebas.
Wendell y su equipo no estaban tratando de determinar por qué el ejercicio puede ayudar a prevenir la pérdida de memoria en su estudio, pero tras los resultados apuntan que el ejercicio puede tener un efecto directo sobre las células a la hora de enviar señales al cerebro, algo que deberán confirmar en estudios posteriores.
La psiquiatra de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) Deborah Barnes, que no participó en el estudio, ha apuntado que "hubiera sido bueno tener más medidas del 'VO2 max', y no sólo del inicio del estudio".
No obstante, y aunque reconoce la importancia de los resultados de este estudio observacional, ahora lo que queda es analizar en qué beneficia estar en forma al cerebro y, sobre todo, buscar fórmulas "para hacer que la gente salga a la calle y haga ejercicio".
MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS)
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