Eso es lo que propone un estudio realizado por investigadores en Estados Unidos.
Con clases diarias de educación física se consiguió aumentar la actividad diaria realizada por los niños, lo cual tiene un efecto beneficioso para la salud.
En un país como Estados Unidos, donde la obesidad (a la edad adulta e infantil) es un problema tan extendido, éste estudio ha encontrado que asistir de forma diaria a clases de educación física hace que los niños sean más activos, en concreto aumenta la actividad unos 23 minutos.
Con este aumento se conseguiría alcanzar el nivel mínimo de actividad física recomendada para los niños.
Según las directrices de salud de Estados Unidos, se recomiendan 60 minutos diarios de actividad física en los niños, pero el sedentarismo hace que investigaciones revelen que los niños no consiguen esa medida.
Después de realizar varias intervenciones (recreos con actividad física, fomentar que los niños vayan en bicicleta o caminando al colegio, renovar equipos en los parques, programas de ejercicio después de la escuela…) se encontró que la medida de programar clases diarias de educación física era la que más aumentaba la actividad. Si a esto se le suma el resto de actividades que hace el niño (traslados al colegio caminando o en bici, otras actividades…) sí que se cumplirían los 60 minutos de ejercicio diario, indicados como recomendación saludable.
No se si es una opción realista programar clases diarias de educación física, aunque lo que sí está claro es que reducir el horario de este tipo de actividades va en contra de la salud pública. Tal vez inculcaruna vida activa a diario desde la escuela sea una medida eficaz para lograr adultos activos y que prevengan enfermedades derivadas de la mala condición física. ¿Qué pensáis vosotros?
Fuente | medlineplus
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