La ciencia ha demostrado que esto no son más que mitos, en los que seguimos creyendo tercamente.
Aquí hay otros prejuicios y mitos sobre nuestros cuerpos:
1. Mito: Si tocas un sapo, te saldrá una verruga.
Las verrugas son causadas en la gente por un virus conocido como el virus del papiloma humano. Este virus no afecta a los animales con verrugas y ciertamente no a los sapos, cuyas manchas que pensamos son verrugas realmente son glándulas.
2. Mito: No se puede despertar a un sonámbulo.
Cuando una persona caminar y realiza varias acciones, como en un sueño, es un sonámbulo. Pero no tiene nada de malo si se despierta, puede que se sienta confundido y desorientado, pero es peor los daños que puede tener si tropieza con diversos objetos o caminar en lugares peligrosos. Por lo tanto, despertar suavemente a un sonámbulo y ayudarlo a regresar a la cama no tiene nada de malo.
3. Mito: Puedes resfriarte si sales a un clima húmedo y frío.
No hay una evidencia que apoye esta opinión. Los virus son más comunes durante el invierno, y con la humedad, adicionalmente, la gente pasa más tiempo en casa, en los inviernos, donde es más fácil la propagación de virus. Lo único que se sabe es que el frío disminuye nuestra resistencia a las infecciones.
4. Mito: El cabello y las uñas crecen después de la muerte.
Ni lo uno ni lo otro van a seguir creciendo. Sólo que después de la muerte la cutícula y la piel se arruga, lo que hace parecer que el cabello y las uñas están más largas.
5. Mito: Después de afeitarnos el pelo crece más grueso y más oscuro.
Es una ilusión óptica. Cuando te afeitas con una navaja dejas el pelo con un final en punta, afilado. Como los pelos después de afeitados no tienen forma cónica da a parecer que el pelo es más grueso (pero no lo es). También puede dar la sensación de que es más duro al tocarlo por su final en punta.
6. Mito: Los hombres piensan en el sexo cada siete segundos.
Si esto fuera cierto, sería muy difícil para los hombres concentrarse en las tareas más básicas, como el trabajo. Aunque no hay manera de comprobar esto, los científicos sostienen que esta afirmación es una exageración.
7. Mito: Las diferentes áreas de la lengua son las responsables de los sabores.
La idea de que las papilas gustativas de la lengua están distribuidas en diferentes áreas según el sabor como dulce, ácido, salado y amargo, es una idea que ha estado en la mente de la mayoría de las personas durante mucho tiempo. Sin embargo no es así. Cada área de la lengua puede sentir todos los gustos. El mito de que hay un mapa de la lengua para los diferentes sabores, surgió de una traducción incorrecta por parte de la prensa alemana sobre una teoría propuesta por un profesor de la Universidad de Harvard.
8. Mito: Sólo usamos el 10 por ciento de nuestro cerebro.
William James, psicólogo, que vivió en la década de 1800, metafóricamente sugirió que sólo usamos el 10 por ciento de nuestro cerebro. Esta frase se ha convertido en un rumor y según el resto del cerebro no está claro y no se utiliza. De hecho, las neuronas inactivas son importantes en cualquier momento, así como las activas.
9. Mito: Si viras los ojos te vas a quedar bizco.
Cuando vemos hacía nuestra nariz, creamos una convergencia normal, es decir, el número de rotaciones del ojo en relación de uno con el otro con el fin de ver un objeto. Con el estrabismo, un ojo mira directamente y el otro mira hacia otro lado. Muy a menudo se trata de una desviación que se produce en los niños y es causada por enfermedades del sistema nervioso, lesiones y otras enfermedades. En los adultos, se produce en situaciones extremas, tales como apoplejía y algunas enfermedades graves, pero el hecho de que juegues con tus ojos no implica que te quedaras así.
10. Mito: La lectura en la oscuridad impide la visión.
La lectura con una linterna en la oscuridad no afectará tu visión, pero si hace difícil la lectura. Los ojos contienen dos tipos de receptores: los bastones y los conos. Los conos nos permiten leer y ver los colores, y los bastones capturan el movimiento en la visión periférica y se puede ver con ellos en la penumbra. Al apagar o bajar la luz los ojos funcionan como un interruptores con los bastones, que no son los ideales para la lectura. Pero no te causara ningún daño, pero si puedes llegar a sentir la vista cansada.
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