"PERO MUY POCO PROBABLE"
El agravamiento de la lesión de un deportista al infiltrarse para competir "es posible pero muy poco probable y extraordinariamente infrecuente", tal y como ha asegurado a Europa Press el presidente de la Federación Española de Medicina del Deporte (Femede), el doctor Pedro Manonelles.
A su juicio, "es función del facultativo valorar qué es lo que es conveniente y que es lo que no es conveniente, o que es lo que tiene menos riesgos o complicaciones o que es lo que no lo tiene". Para él, el concepto de agravamiento de la lesión "evidentemente existe como teoría", pero en la realidad y en la practica "es excepcional".
En este sentido, Manonelles indica que desde Femede son "respetuosos" con la indicación de utilización de una sustancia que establece el profesional sanitario. Sin embargo, aclara que "otra cosa sería que se encontrara un uso inadecuado", para como expone como ejemplo "los casos de fractura o postcirugía".
Para el máximo representante de la federación, el deporte de competición "es una cosa muy peculiar que tiene unas consideraciones que no se pueden mezclar con respecto al deporte aficionado o al deporte salud". A su parecer, "cada una debe ser tratada en su propio contexto", por lo que sostiene que en la práctica deportiva de alto nivel "esta técnica puede tener su utilidad y su necesidad".
Además, afirma no estar de acuerdo "con que se empeore la salud del deportista", ya que antes de realizar una infiltración se deben "contemplar las circunstancias". Así, explica que, "en general, la mayor parte de los profesionales médicos que realizan técnicas lo hacen, prácticamente la totalidad, buscando que los efectos de esa actividad sean lo menos perjudiciales para la persona".
NO SE BUSCA QUE EL DEPORTISTA COMPITA "DE CUALQUIER MANERA"
No obstante, reconoce que, "en algún caso, puede haber alguna persona que trascienda esos límites", algo de los que afirma que no está libre "ninguna profesión". De cualquier forma, Manonelles insiste en que "no se busca que el deportista compita de cualquier manera y bajo ninguna protección, sino al contrario, se valora el tipo de lesión y las circunstancias".
La infiltración "es una técnica que consiste en introducir a través de la piel, y mediante una aguja, un medicamento en una localización periférica y accesible, generalmente debajo de la piel", señala el experto. Para ello, pueden usarse diversos fármacos, siendo los que más se emplean los anestésicos, que "fundamentalmente lo que consiguen es una disminución del dolor"; aunque también se pueden emplear algunos con corticoides, los cuales "son antiinfalamtorios", indica.
Entre los primeros, destaca al 'Scandinibsa'; mientras que de los que contienen corticoides cita a 'Cortidene'.
Éstos pueden utilizarse para cuando existen lesiones musculares, aunque se utilizan más en lesiones ligamentosas, como "esguinces de tobillo y de rodilla o, en algún caso, de tendinitis", afirma.
El efecto de los mismos depende de la sustancia ya que, en el área de los anestésicos, éste puede durar "entre diez minutos y dos horas como mucho", manifiesta Manonelles. Por su parte, los corticoides "pueden tener un efecto muchísimo mayor", ya que si se ponen en preparaciones retardas "podrían tener efectos hasta pasadas dos semanas", asegura.
LOS CORTICOIDES PUEDEN TENER EFECTOS SECUNDARIOS EN SÍ MISMOS
Los primeros no tienen efectos secundarios en sí mismos, algo que sí ocurre en los fármacos con corticoides, que pueden acarrear "una atrofia del tejido subcutáneo, calcificaciones o romper un tendón si se infiltra justo en el cuerpo del mismo", sostiene. Además, y aunque su administración se hace con pequeñas dosis, "teóricamente podrían tener algún efecto a nivel sistémico, por ejemplo alterar el metabolismo de la glucosa", subraya.
"Desde luego, si se utilizan de manera reiterada pueden tener problemas para la salud", continúa el galeno en referencia a los corticoides. No obstante, aclara que los sistémicos están incluidos en la lista de sustancias dopantes, "aunque por infiltración se puede usar comunicando su uso".
Las técnicas de infiltración "se utilizan con frecuencia en el fútbol, probablemente en cada jornada", pero Manonelles no considera "que sea una cosa masiva". En otros deportes "es menos frecuente, pero también se usa", añade.
Para él, el deporte de élite es "de altas prestaciones", por lo que el deportista "realiza su actividad al límite, es incontrolable". Por ello, considera que éste "tiene consecuencias para la salud" porque se somete al deportista de forma reiterada al límite de las posibilidades "de su corazón, de su ligamento, de su fatiga o de lo que sea".
Al respecto, sostiene que "no es un deporte que podamos denominar precisamente sano", ya que el organismo es sometido reiterandamente a tensiones extremas. "El deporte de altas prestaciones tienen sus riesgos", concluye.
MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS)
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