Su cerebro es más sensible a la influencia del marketing.Los hábitos, el entorno, los genes, la familia... Son muchos los factores que inciden directamente en las posibilidades que tiene un niño de convertirse en obeso. El marketing es otro de ellos; de los más señalados últimamente. Pero, ¿hasta dónde llega su efecto? ¿Es capaz la publicidad de hacer engordar a los más pequeños?
Un estudio publicado esta semana en la revista 'The Journal of Pediatrics' aporta nuevos datos para el debate. Según sus conclusiones, que los autores no dan por definitivas, el cerebro de los niños con sobrepeso es más vulnerable al marketing de la industria alimentaria que el de otros niños.
Los investigadores, de la Universidad de Missouri-Kansas City, querían comprobar si existían diferencias en la respuesta neuronal de los niños en función de su peso.
Para ello, reclutaron a 20 niños, la mitad de los cuales tenían obesidad y les invitaron a completar un cuestionario que pretendía valorar su capacidad de autocontrol.
Seguidamente les sometieron a una resonancia magnética funcional para ver cómo se comportaba su cerebro al mostrarles el logotipo de 60 productos alimentarios y otros 60 de artículos no relacionados con la comida.
El experimento demostró, por un lado, que los niños con sobrepeso manifestaban ser bastante más impulsivos que sus compañeros.
Además, las técnicas de imagen dejaron ver que, cuando contemplaban logos de productos de alimentación, los niños con peso normal presentaban una mayor activación de regiones cerebrales implicadas en el autocontrol y el control cognitivo.
Los investigadores también observaron una respuesta más marcada en regiones relacionadas con la recompensa entre los niños con sobrepeso expuestos a las marcas de alimentación, si bien estas zonas no eran las mismas que comúnmente se citan en estudios relacionados con la motivación por la comida.
En sus conclusiones, estos autores señalan que una de las claves para combatir la obesidad podría radicar en "la capacidad para mejorar el control".
En este sentido, señalan que incluir "un entrenamiento del autocontrol en las intervenciones relacionadas con la obesidad y el comportamiento podría tener un importante éxito".
Pese a todo, reconocen que su trabajo es "preliminar" y tiene importantes limitaciones, por lo que reclaman nuevos trabajos que examinen la respuesta cerebral de los niños expuestos a publicidad antes y después de haberles sometido a programas para reducir la obesidad.
Cristina G. Lucio | Madrid
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