OLIMPIA
Olimpia, el valle sagrado, la ciudad eterna del deporte, duerme silenciosa y tranquila su sueño de historia, entre el murmullo de siglos de las aguas del Alfeo y el susurro de la brisa levante en las copas de los pinos del monte Cronos.
Allí, en donde hoy el visitante sólo encuentra un denso silencio que envuelve sus ruinas, en otro tiempo reinó el bullicio y la animación, y sus calles y sus plazas se vieron repletas de una abigarrada y cosmopolita multitud que venía de todas partes del mundo conocido, para presenciar el supremo acontecimiento, por el cual y para el cual, se paralizaban las guerras y se establecía la tregua. La lucha pacífica, incruenta, del hombre contra el hombre para la consecución de un fin superior: la victoria.
Sp Fotinos en un libro sobre Olimpia dice: Aquí se encuentra la vertebra de una gran civilización de la que sus restos sublimes, extendidos por doquier atestiguan la armonía y la gracia eterna de antaño. Se siente el soplo de un mundo lejano y desaparecido; se percibe el color rosado de una aurora que los hombres jamas habrán podido soñar. Versos inmortales de una melodía encantadora se elevan entre las obras de los humanos, ofreciéndose a los ojos de los visitantes, para cantar la gloria de los dioses.
Es en el S.VI a.d. J.C cuando Olimpia alcanza su esplendor cuyo punto alguido se logra en los siguientes milenios. Aquí Esparta es el líder manteniendo una hegemonía y dominio a base de la fuerza militar. En esta época se rinde culto al ideal ético del "arete" como máximo logro del hombre equilibrado y perfecto. La "arete", simboliza de esta forma, un modo y manera de vivir definidos, por la actitud que encarna al héroe homérico, pero es esta época no deja de ser un termino genérico en el sentido que se busca la gloria, no solo en las batallas, sino a través del agonismo lúdico y buena prueba es que desde 720 al 566 a.d J.C de los ochenta y un vencedores olímpicos conocidos, cuarenta y seis fueron espartanos, 21 vencedores de la carrera de estadios de 36.
A comienzos del s. VI a. d J.C a la originaria carrera del estadio que mantuvo su protagonismo en las trece primeras olimpiadas históricas, se la añade el diaulo o doble carrera en la 14 ª olimpiada y posteriormente el dolico o carrera de fondo en la 15ª olimpiada. En el año 708 a.d J.C (18ª olimpiada se añaden competiciones de lucha y pentatlón. En el 688 (25ª olimpiada) las carreras de cuadrigas.
Los juegos olímpicos de la antiguedad no sólo eran un evento atlético. Favorecieron el desarrollo cultural al amparar la creación humana en diversos campos como la escultura, arquitectura, matemáticas y poesía. Por ejemplo, destaca el templo de Zeus en Olímpia, diseñado por Libon de Elis y en cuya edificación se uso un sistema de proporciones geométricas que se basó en los planteamientos de Euclides. El discóbolo se inspiró en los juegos. Y hay infinitas odas escritas por famosos poetas como Píndaro y Simónides, para inmortalizar los triunfos de los atletas.
EL ESTADIO DE OLÍMPIA EN EL PERIODO CLASICO TARDIO
Las pistas del estadio Olímpico poseen una longitud de 192,28 m, siendo una versión muy difundida en Elis la de que fue Heracles el famoso semidios tan venerado y querido en el lugar, el que establece esta distancia y que se componía de la suma de seiscientas veces las huellas de sus pies, de lo que se deduce que el pie de Heracles media 32 centímetros de largo.
La anchura de las pistas era de treinta metros. Al este y oeste, las pistas se hallaban delimitadas por un hilera de bloque de piedras caliza con dos profundas ranuras donde los atletas apoyaban los pies desnudos para tomar impulso (VER FOTO)
Las losas o travesaños de salida (áfesis). En cada uno de los grupos de travesaños había agujeros separados cuatro pies olímpicos (1, 28 m) para delimitar las orientación de la carrera (lo que actualmente se conoce como la calle). Se podrían instalar fácilmente 20 corredores (ver fotografía encabezada)
El estadio de Olímpia no tiene ni nunca tuvo graderios, los asientos era la hierba en una serie de cinco o seis terrazas. No obstante alguna tribuna se ha descubierto y se supone que se presidia los juegos los jueces.
DE LAS DIFERENTES EDIFICACIONES DESTACAMOS LA PALESTRA
Destinada a la práctica de las modalidades de lucha (lucha, pugilato y pancracio).
Olimpia, el valle sagrado, la ciudad eterna del deporte, duerme silenciosa y tranquila su sueño de historia, entre el murmullo de siglos de las aguas del Alfeo y el susurro de la brisa levante en las copas de los pinos del monte Cronos.
Allí, en donde hoy el visitante sólo encuentra un denso silencio que envuelve sus ruinas, en otro tiempo reinó el bullicio y la animación, y sus calles y sus plazas se vieron repletas de una abigarrada y cosmopolita multitud que venía de todas partes del mundo conocido, para presenciar el supremo acontecimiento, por el cual y para el cual, se paralizaban las guerras y se establecía la tregua. La lucha pacífica, incruenta, del hombre contra el hombre para la consecución de un fin superior: la victoria.
Sp Fotinos en un libro sobre Olimpia dice: Aquí se encuentra la vertebra de una gran civilización de la que sus restos sublimes, extendidos por doquier atestiguan la armonía y la gracia eterna de antaño. Se siente el soplo de un mundo lejano y desaparecido; se percibe el color rosado de una aurora que los hombres jamas habrán podido soñar. Versos inmortales de una melodía encantadora se elevan entre las obras de los humanos, ofreciéndose a los ojos de los visitantes, para cantar la gloria de los dioses.
Es en el S.VI a.d. J.C cuando Olimpia alcanza su esplendor cuyo punto alguido se logra en los siguientes milenios. Aquí Esparta es el líder manteniendo una hegemonía y dominio a base de la fuerza militar. En esta época se rinde culto al ideal ético del "arete" como máximo logro del hombre equilibrado y perfecto. La "arete", simboliza de esta forma, un modo y manera de vivir definidos, por la actitud que encarna al héroe homérico, pero es esta época no deja de ser un termino genérico en el sentido que se busca la gloria, no solo en las batallas, sino a través del agonismo lúdico y buena prueba es que desde 720 al 566 a.d J.C de los ochenta y un vencedores olímpicos conocidos, cuarenta y seis fueron espartanos, 21 vencedores de la carrera de estadios de 36.
A comienzos del s. VI a. d J.C a la originaria carrera del estadio que mantuvo su protagonismo en las trece primeras olimpiadas históricas, se la añade el diaulo o doble carrera en la 14 ª olimpiada y posteriormente el dolico o carrera de fondo en la 15ª olimpiada. En el año 708 a.d J.C (18ª olimpiada se añaden competiciones de lucha y pentatlón. En el 688 (25ª olimpiada) las carreras de cuadrigas.
Los juegos olímpicos de la antiguedad no sólo eran un evento atlético. Favorecieron el desarrollo cultural al amparar la creación humana en diversos campos como la escultura, arquitectura, matemáticas y poesía. Por ejemplo, destaca el templo de Zeus en Olímpia, diseñado por Libon de Elis y en cuya edificación se uso un sistema de proporciones geométricas que se basó en los planteamientos de Euclides. El discóbolo se inspiró en los juegos. Y hay infinitas odas escritas por famosos poetas como Píndaro y Simónides, para inmortalizar los triunfos de los atletas.
EL ESTADIO DE OLÍMPIA EN EL PERIODO CLASICO TARDIO
Las pistas del estadio Olímpico poseen una longitud de 192,28 m, siendo una versión muy difundida en Elis la de que fue Heracles el famoso semidios tan venerado y querido en el lugar, el que establece esta distancia y que se componía de la suma de seiscientas veces las huellas de sus pies, de lo que se deduce que el pie de Heracles media 32 centímetros de largo.
La anchura de las pistas era de treinta metros. Al este y oeste, las pistas se hallaban delimitadas por un hilera de bloque de piedras caliza con dos profundas ranuras donde los atletas apoyaban los pies desnudos para tomar impulso (VER FOTO)
Las losas o travesaños de salida (áfesis). En cada uno de los grupos de travesaños había agujeros separados cuatro pies olímpicos (1, 28 m) para delimitar las orientación de la carrera (lo que actualmente se conoce como la calle). Se podrían instalar fácilmente 20 corredores (ver fotografía encabezada)
El estadio de Olímpia no tiene ni nunca tuvo graderios, los asientos era la hierba en una serie de cinco o seis terrazas. No obstante alguna tribuna se ha descubierto y se supone que se presidia los juegos los jueces.
DE LAS DIFERENTES EDIFICACIONES DESTACAMOS LA PALESTRA
Destinada a la práctica de las modalidades de lucha (lucha, pugilato y pancracio).
El Gimnasio instalación deportiva rectangular con dos pistas de carreras de 192 m. Lugar de entrenamiento de corredores y concursantes del pentlalon.
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