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domingo, 14 de febrero de 2010

VIAJE CULTURAL A GRECIA



El día 17 de marzo hasta el 24 del mismo mes se llevará a cabo el viaje cultural a Grecia correspondiente al curso 2009-10. He tenido la inmensa fortuna de acompañar junto con Josefina (profesora de matemáticas) a Carmen Sánchez jefa del Departamento de Cultura Clásica que ha tenido la deferencia de invitarme a dicho viaje.


Como profesor y amante de la actividad física no se me escapa la importancia que tiene el viaje para mi formación profesional y cultural, pues no en vano Grecia ha supuesto el primer eslabón en el desarrollo posterior del deporte moderno.Quedo muy agradecido por esta oportunidad.


Ampliando los apuntes dados por Carmen, os dejo algunas muestras de la organización de los primeros Juegos Olímpicos acaecidos en Grecia y de su desarrollo posterior.

El Deporte y la Educación Física en la Grecia Antigua

INTRODUCCIÓN

La gimnasia era un elemento característico de la formación del joven griego. Desde la infancia hasta la adolescencia, se practicaban actividades físicas en forma obligatoria y esa práctica es uno de los rasgos dominantes de la vida griega. Dondequiera que se implante el helenismo aparecen gimnasios, siendo estos los centros de mayor importancia en la vida de los helenos, estadios, donde se desarrollaban las principales actividades de los juegos panhelénicos instalaciones deportivas. El deporte, para los griegos, no solo es un entretenimiento apreciado; es una cosa muy seria, que se relaciona con un conjunto de preocupaciones higiénicas y medicinales, éticas y estéticas a la vez.

La educación física era uno de los aspectos esenciales de la iniciación en la vida civilizada de la educación. De ahí el lugar naturalmente preponderante que ocupa en el programa de la "efebia", escalón superior de la educación de las clases dominantes. Sin embargo, no parece que estuviese reservada a estos adolescentes ya mayores, ni que éstos la descubriesen en la víspera de su ingreso en la vida adulta.
Esta forma de educación era impartida en Esparta a niñas y jóvenes, en pie de igualdad con los varones.

EL DEPORTE HELÉNICO

El deporte profesional se fue diferenciando cada vez más del deporte aficionado, y, por consiguiente, del deporte escolar. Tanto en la época arcaica como en la helenística, la educación física fue esencialmente deportiva, dominada por la noble emulación del espíritu de competición: prepara al niño, y luego al adolescente, para intervenir honrosamente en los concursos consagrados a las diversas pruebas de atletismo. Los demás deportes quedan decididamente al margen.

El deporte helénico conoce de muchas variedades de juegos con pelotas: la de frontón, la de robar la pelota, la triangular, la pelota "al aire" e inclusive una especie de jockey, que se jugaba con un cayado. Los jóvenes practicaban de ordinario todos estos juegos, conjuntamente con los demás deportes; pero solo a título de diversión. Estos juegos en sí no eran los deportes verdaderos. En ninguna parte figuran en los programas de los Juegos, ni en los grandes Juegos Panhelénicos: Piticos, Istmicos, Nemeos y Juegos Olímpicos Antiguos.

Los Juegos Olímpicos de la antigüedad.

En el 776 A.C. se inauguraron los primeros juegos registrados oficialmente, un acontecimiento deportivo tan importante que sirvió de base para medir el tiempo en la antigua Grecia, aunque es probable que la fecha real del origen de los juegos sea mucho más antigua. Desde los más remotos tiempos se había rendido culto a Zeus, el Dios supremo de los griegos, en su viejo altar que había en una colonia situada en la confluencia del Cladeo y el Alfeo. Más tarde, en el siglo V, en el bosque sagrado, el Atlis, descollaban entre los templos el dedicado a Zeus, en cuyo interior se alzaba la monumental estatua de mármol, de trece metros de altura, que representaba al Dios sentado, cubierto con ropas de oro.
A Olimpia llegaban gentes de las más variadas clases y procedencias; desde todas las Ciudades Estado (Polis) llegaban peregrinos en multitud, visitantes y mercaderes y la campiña se cubría de tiendas y barracas. Numerosos son los personajes de la historia Griega que concurrieron en los juegos, entre otros Herotodo de quien se cuenta que leyó en Olimpia los primeros capítulos de su historia; filósofos como Sócrates, Platón, Aristóteles, Anaxágoras, Pitágoras y Diógenes; célebres curanderos y charlatanes como Menecrates de Siracusa; escultores jóvenes y viejos, y por supuesto, Fidias entre ellos; hombres de estado como Filipo de Macedonia y el famoso general ateniense Temístocles, que se presentó en el estadio después de la batalla de Salamina y los espectadores prescindieron de los juegos para aclamar al héroe.

Durante los días que duraban los juegos, la comarca se consideraba un Estado neutral y se establecía la tregua sagrada que impedía cualquier tipo de guerra. Una leyenda dice que en 1255 a.C. Hércules, el héroe griego, tomó como tarea limpiar los establos de Angias, rey de la Elide, que poseía numerosos animales y cuya suciedad provocaba epidemias en la zona. Para ello desvió el curso del río Alfeo haciéndole pasar por los establos del rey, que así fueron limpiados.

Augias se negó a pagar lo convenido y Hércules lo mató. Agradecido a Zeus por concederle la victoria, éste decide organizar una fiesta en su honor. En ella se disputa una carrera y la distancia fue determinada por el mismo Hércules, quién midió con 600 de sus pies la longitud de un estadio (192.27 m.). Otra versión indica que estableció las Olimpíadas como una manera de limpiar el pecado de haber matado al rey Augias. Estos juegos fueron despareciendo paulatinamente. En el siglo IX a. C. Iphitos, rey de Elide, consultó a Pitia sobre lo que debía hacer para salvar a su país de la peste y el pillaje de las guerras. Pitia le contestó que debía restablecer los juegos de Olimpia. En el año 884 a.C. Iphitos con Licurgo, rey de Esparta, convinieron restablecer los mismos, declarando que Olimpia sería inviolable durante el desarrollo de los Juegos y que la organización estaría a cargo del reino de Elide. Otra leyenda cuenta que un rey griego tenía una hija muy hermosa y para encontrarle marido estableció que los pretendientes debían ganarle en una carrera de carros. Si perdían, morían atravesados por su jabalina, y así cayeron trece hombres. Por fin, un joven llamado Pelops logró ganar la carrera, la novia y el trono, y en honor a los dioses instituyó las olimpíadas.

Al acercarse la fecha de los Juegos, precedía a éstos una Tregua Sagrada, verdadera etapa de unidad nacional, proclamada en todo el territorio griego; ésta duraba tres meses y permitía a los peregrinos trasladarse sin riesgos a Olimpia. Los Heraldos de Elide recorrían Grecia proclamando la Tregua Sagrada y convocando a todos los ciudadanos libres a los Juegos. Nadie podía entrar con armas a Elide o violar su suelo.

Todos los participantes en las pruebas de cualquier clase debían estar inscriptos con un año de anterioridad, haber jurado cumplir con el reglamento y si no son victoriosos de Olimpiadas precedentes, era necesario que entrenaran con diez meses de antelación y por lo menos uno en el gimnasio de Elis bajo la supervisión de los helanódices (Jueces). Allí eran supervisados y se sometían al régimen de disciplina olímpica. De igual forma el atleta que llagaba tarde, los esclavos, los homicidas, los delincuentes, los que no habían pagado multas y entre otras razones, eran excluidos de los juegos.

Cuando el período de prueba había pasado, se despedía a los atletas con las siguientes palabras:
"Hacia Olimpia; id al estadio y mostraos como hombres capaces de vencer; en cuanto al que no esté preparado que vaya donde quiera". Hasta la celebración numero 77 de estos Juegos, celebrados en el año 472 a. C., la duración de los mismos fue de un día, con la participación de atletas, poetas, músicos pintores, escultores, etc. pero en vista que el programa de pruebas había aumentado considerablemente, se decidió que a partir de los siguientes (468 a. C.) su duración fuera de 5 días. El orden de los eventos todavía es incierto, dado que no siempre eran incluidos los mismos en cada Olimpíada, y algunos se añadían en forma esporádica, pero puede considerarse como prototipo el siguiente programa:


Primer día: Inauguración con soemnidades religiosas en el templo de Zeus, en las que se efectuaban sacrificios de animales siendo los helanódices protagonistas en estos llamados "sacrificios divinos". Los atletas pronunciaban el juramento de ser libres, de pura raza helénica sin haber cometido nunca crímenes ni actos sacrílegos. Se daban a conocer los competidores y jueces, así como las reglas aplicables recogidas en el reglamento el cual era inviolable. He aquí los preceptos de este reglamento:
Quedan excluidos de los juegos los esclavos y los bárbaros (los bárbaros eran los extranjeros)
Quedan igualmente excluidos los que no han pagado multa, los delincuentes, homicidas, delincuentes y los reincidentes.
Inscribirse con un año de anticipación , haber jurado cumplir el reglamento y si no son victoriosos de olimpíadas anteriores , es necesario que hayan pasado diez meses de entrenamiento , uno de ellos como mínimo en el gimnasio de Elis ( capital de Elide) bajo la supervisión de los helanódices
El atleta que llega retrasado queda fuera de la competición.
Prohibición a las mujeres casadas de acudir a los Juegos y de mostrarse en el Alteo , bajo pena de ser arrojadas a un precipicio , (a excepción de la sacerdotisa de Deméter que ocupa un puesto de honor)
Durante las pruebas, los maestros de atletas eran recluidos en un recinto especial completamente desnudos.
Prohibición de matar al adversario o intentar hacerlo.
Prohibición de empujar al contrario fuera de los limites u otro medio ilícito para vencer.
Prohibición de intimidar o sobornar al contrario
Quien pretendiera sobornar o intimidar a los helanódices era apaleado.
Prohibición a los participantes de manifestarse contra el público o los jueces
Cuando un atleta se considere perjudicado por el fallo de los jueces, puede apelar al senado de Olimpia por su cuenta y riesgo; si se demostrase que los árbitros no han procedido de acuerdo a lo establecido en los juramentos previos, serían castigados, pero otro tanto sucedía con el reclamante caso que su apelación careciera de fundamento.

Segundo día: Carreras a pie, lucha, boxeo, pancracio, carreras a caballo para jóvenes.

Tercer día: Carreras a pie, lucha, boxeo, pancracio y carreras con armas para hombre

Cuarto día: Pentatlón, carreras de carros y a caballos.

Quinto día: Procesiones, sacrificios, banquete a triunfadores (Olimpionikes) que eran coronados con ramas de olivo silvestre, cortadas en las márgenes del río Alfeo.

En los antiguos juegos, realizados cada cuatro años, se disputaban carreras y salto de longitud. Más tarde se incorporaron la lucha, el pentatlón, lanzamientos, etc. Olímpico procede de la palabra latina "Olympias" , voz derivada de "Olimpo" nombre con el que se designaba a la cumbre más alta de una cadena de montañas situada entre Macedonia y Tesalia , al norte de Grecia; en su cumbre adoraban a Zeus , padre de los dioses . La edad de oro de los juegos fue del 460 a.C. hasta 337 a. C., acudiendo a los mismos los mejores atletas del mediterráneo.

Grecia comenzó a declinar como potencia mundial en el siglo III a. C. y surgió Roma, que la absorbió en el siglo II a. C. Se perdió poco a poco el espíritu de los aficionados y la atmósfera religiosa del pasado. Los meses prolongados de entrenamiento riguroso que dieron gloria a sus padres, ya no atraían a los jóvenes. Las grandes ciudades comenzaron a contratar atletas profesionales. Muchos eran extranjeros, y según las reglas, no tenían derecho a competir. Los Juegos fueron decayendo hasta que el Emperador cristiano de Roma, Teodosio I el Grande los abolió por completo en el año 394 de nuestra era, un año después de la 293 olimpíada, aduciendo que era un festival pagano. Los juegos morían después de 1200 años de continuidad.

LAS PRUEBAS

La prueba característica, que no solamente goza de preferencias entre todos los diversos tipos de carrera, sino que es también, en cierta medida, la prueba deportiva por excelencia (el vencedor, por ejemplo, daba su nombre a la olimpíada) era la carrera del estadio (Dromos).

Era la prueba de velocidad y parece haber sido la primera de cuantas se realizaron en los tiempos primitivos. La distancia a recorrer era de seiscientos pies, medida que corresponde a una distancia variable (pues el pie patrón no era el mismo en todas las ciudades) del orden de los 200 metros, aproximadamente: el estadio olímpico tiene 192,27 metros, el de Delfos 177,5 metros, el de Pérgamo 210 (dimensión excepcional).

Además de la de un solo estadio, se disputaban carreras más largas: la carrera doble, o de dos estadios (Diaulos), de 385 metros en Olimpia, casi como la nuestra de 400 metros; y la carrera de distancia o fondo, (Dólica), es una de las carreras que más contradicción ha traído pues según el criterio de diferentes autores e historiadores resulta que la distancia de esta carrera pudo haber sido de siete, doce, quince, veinte y hasta veinticuatro recorridos del estadio, aunque es probable que variase de una ciudad a otra.

El programa de la mayor parte de los juegos incluye también la carrera con armas, en las que los corredores llevaban casco y escudo (desde el año 450 A.C. se corrió sin canilleras de bronce); la distancia variaba según las regiones: 2 estadios en Olimpia y Atenas, 4 en Nemea, y acaso más en Platea (donde las reglas eran particularmente severas: armadura completa). Un tanto al margen del deporte propiamente dicho figura las carreras de antorchas, también muy frecuentes.

Salto de longitud.

El atletismo griego conoce una sola clase de salto: el salto en longitud con impulso, no se practica el salto en altura, ni en profundidad, ni con garrocha; el salto sin impulso se admite únicamente a título de ejercicio preparatorio. En esta prueba la técnica no coincide con la moderna: la carrera es más breve y menos rápida. El atleta se lanza desde un podium fijo (se utilizarían sin duda las instalaciones de la línea de salida del estadio) y cae sobre un piso mullido y aplanado; la prueba sólo era válida cuando las huellas de los pies quedaban nítidamente impresas en el suelo, de modo que se descartaban los resbalones, las caídas, y según parece, la caída con un pie más avanzado que el otro.

Pero, y eso es lo más importante, el atleta saltaba sosteniendo en las manos sendas halteras de piedra o de bronce, cuya forma era de dos tipos: o bien un sector esférico (ahuecado para facilitar la aprehensión), o bien una masa redondeada con un cabo o mango; su peso podía oscilar entre uno y cinco kilogramos.

El peso de las halteras servía para reforzar el juego de balanceo de los brazos, muy similar al que hoy realizamos en un salto en longitud sin impulso.
Lanzamiento de disco

A partir del siglo V A.C. el disco era de bronce y, según parece, más pesado que el actual. Los ejemplares que se conservan varían considerablemente y pertenecen a tipos distintos, que pesan 1,3 Kg., 2,1 Kg., 2,8 kg. , ó 4 kg.

Probablemente el tipo de disco variaba según los lugares, las épocas (los más ligeros son los más antiguos, del siglo VI A.C.) y las categorías: los niños lanzaban un disco más ligero que el de los adultos El estilo empleado parece haber sido muy distinto del que reinventaron los modernos al establecer este deporte en las primeras olimpíadas modernas en Atenas 1896.

Mucho se ha discutido al respecto, tanto entre los arqueólogos como en los medios deportivos: se trataba de interpretar correctamente la significación de cierto número de monumentos figurados, vasos pintados, estatuas, el discóbolo parado de Naucidas y, sobre todo, el célebre bronce de Mirón, el cual, por no ser conocido más que a través de copias de mármol, imperfectas y a menudo restauradas burdamente, dio pie con frecuencia a hipótesis descabelladas. La base del lanzamiento no era un círculo, como actualmente, sino un espacio limitado solo por delante y los costados, lo cual daba mayor libertad al atleta.

Lanzamiento de la jabalina.

Entre los antiguos, la jabalina no sólo era un objeto deportivo, sino un arma de uso corriente, así en la caza como en la guerra; en las pruebas atléticas, sin embargo, únicamente se tenía en cuenta la distancia alcanzada, siguiendo una dirección ya dada; en la práctica corriente se ejercitaba de otro modo, procurando alcanzar un blanco señalado horizontalmente, sobre el terreno. La jabalina deportiva, larga como el cuerpo humano y gruesa como un dedo, carecía de punta, llevaba lastre en un extremo y era, según parece, extremadamente ligera.
En cuanto al estilo de lanzamiento, éste difería mucho del que se emplea actualmente: los antiguos, en efecto, usaban un tipo de propulsor de correa de cuero de unos 30 a 45 cm. de largo, atada cerca del centro de gravedad y que daba una o varias vueltas alrededor del fuste, terminando en un nudo donde el lanzador introducía los dedos índice y mayor de la mano lanzadora.

Como en el caso del disco, el lanzamiento era precedido por un breve impulso y por una torsión general del cuerpo: el torso y la cabeza acompañaban al brazo derecho, que se extendía hacia atrás, por la derecha, a la mayor distancia posible.
Lucha, Boxeo y Pancracio.


Las pruebas anteriormente descriptas y la lucha, a partir de 708 a.C., se combinaban en los concursos para integrar la prueba compleja del pentatlón, destinada en suma a la coronación del atleta completo. La lucha se desarrollaba sobre un piso mullido. Se luchaba en parejas designadas por sorteo. El objetivo era derribar al adversario sin caer uno mismo (de lo contrario se anulaba el golpe). Se disputaban tres asaltos y estaba permitido tomar de brazos, torso y cabeza, no estando permitida la toma de piernas. Las pruebas de lucha eran sumamente populares en Grecia.

El boxeo llegó a Grecia, tal vez como suponen algunos, ya con ciertas características de organización desde el punto de vista de la competencia, pero sea cierto o no hay una conclusión que no admite controversia: en los Juegos Olímpicos de la antigüedad visitó por primera vez el Boxeo o Pugilato el ropaje atlético, con cierta reglamentación y la misma rudeza y peligros que conlleva el boxeo actual en los medios profesionales.

Detalles característicos del boxeo dignos de ser recordados son:
Las correas de piel (Usadas hasta finales del siglo V a.C.)
Una especie de guante llamada sphaira.
La ausencia del Ring.
La ausencia de rounds o asaltos (se terminaba la pelea cuando uno de los contendientes levantaba la mano derecha)
No se tenía en cuenta el peso de los peleadores.
La cabeza era la única parte del cuerpo donde se le podía golpear.
Entre otras características que perduran hasta nuestros días: la guardia, era alta, consecuencia de una mejor protección de la cabeza; una marcada posición del "jab" del brazo izquierdo, mientras el derecho parece haber estado reservado, principalmente, para los ganchos, uppercuts, etc.

En el pancracio, estaba permitido apelar a todos los recursos pero sin guantes ni otros aditamentos y en algunas regiones ni siquiera se permitía a los atletas cubrirse el cuerpo con aceite y arena como en la lucha estilo "orte pale" o en posición vertical, lo que quiere decir que en el pancracio todo dependía del cuerpo del contendiente.

El pancracio era la combinación de la lucha, boxeo, puntapiés, torceduras de miembros y otros ardites semejantes. Apareció por primera vez en los juegos olímpicos cuando estos ya contaban más de un siglo de existencia: durante la 33 olimpiada, en el año 648.
Carreras de carros y de caballos.

Las pruebas que se celebraban en el hipódromo han sido consideradas como las más emocionantes de los juegos. Pero también eran muy exclusivistas pues no todos podían darse el lujo de criar y mantener caballos con este objeto.

Era pues un patrimonio, casi exclusivo, de los reyes, tiranos, nobles, o aristócratas. En un principio el mismo dueño del caballo era quien los conducía, pero más tarde se emplearon aurigas profesionales.

En estas carreras participaban carros tirados por cuatro caballos (cuadrigas) y por dos caballos (vigas). En las carreras de caballos montados por jinetes desnudos, lo más importantes parece que era el propio animal, al extremo que se menciona el caso de un potro que después de haber lanzado a su jinete siguió la carrera y llegó de primero a la meta, habiéndosele otorgado el premio al dueño. Al caballo le erigieron una estatua como era costumbre honrar a los grandes vencedores de los juegos olímpicos.
BIBLIOGRAFÍA
"Guía de estudio Historia de la Cultura Física para los Cursos Regular para Trabajadores", Instituto Superior de Cultura Física, La Habana, Cuba, 1987.
http://www.portalplanetasedna.com.ar/juegos_olimpicos.htm
http://monografias.interbusca.com/deportes/los-juegos-olimpicos-antigua-grecia-7.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Juegos_Ol%C3%ADmpicos
HOMERO: "La Ilíada". Ed. Bergua, Madrid, 1935.
MARROU, Henry: "Historia de la educación en la antigüedad", Ed. Akal Universitaria, Madrid, 1985

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